Jiménez Ifergán: «Mi novela tiene similitud con 'Pretty Woman', pero no es fantasía sino realidad»
El empresario debuta en la novela con 'Los secretos de Sofi', una historia autobiográfica en la que cuenta «lo que durante décadas he callado»
Empresario con intereses urbanísticos, rescatador de ucranianos de la guerra de Putin y «arqueólogo sin título» -como él mismo se presenta- desde que inauguró en ... pleno corazón de Málaga en 2018 el museo Ifergán con la mayor colección privada de terracotas fenicias que se conoce. A esos perfiles, Vicente Jiménez Ifergán une también desde ahora el de escritor con 'Los secretos de Sofi', una novela «inspirada» en su propia vida en la que asegura que cuenta «lo que durante décadas he callado». El libro, que presenta este jueves en Málaga, retrata con detalle su vida en Ucrania y su relación con una «mujer de compañía», término que prefiere al «denigrante» prostituta. Pero en el volumen también descubre que hace décadas fue militar en el ejército de Israel y participó en el negocio del tráfico de diamantes en África. Ahora ha vendido todos sus negocios, su Ferrari y hasta ha cerrado su museo para dedicarse en cuerpo y alma a escribir. Antes de la charla, Vicente pide una tila doble y, después de la intensa conversación, pienso que también debería haberme pedido una.
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Jiménez Ifergán: «He cerrado mi museo en Málaga y he vendido el Ferrari»
-¿Desde cuándo escribe?
-Empecé a escribir un diario a los 17 años, cuando salí de Málaga.
-Pero usted no nació aquí.
-No, en Casablanca. Vine cuando tendría 2 o 3 años. Primero a Palau de Plegamans, en Cataluña, así que mi primera lengua fue el catalán, aunque lo único que me acuerdo es: «Cagondeu». Luego me vine a Málaga. Estuve en un internado, en los Carmelitas de Antequera, después en El Palo, pero me echaron acumulación de tarjetas rojas, y luego me fui al León XIII, de donde también me echaron, y volví a los Carmelitas hasta que un religioso dijo: 'Se va éste o me voy yo'. Entonces abrieron el Colegio Cerrado de Calderón y allí hice hasta COU, que me quedaron unas cuantas para septiembre, pero me aprobaron con tal de que me fuera.
-¡Vaya currículum!
-Yo era un niño bueno, pero he tenido una vida…
-De libro.
-Desde luego.
-Bueno, pues volvamos a la novela. ¿Desde cuándo escribe?
-Cuando me fui de España a Israel, empecé el diario. Estuve en un Kibutz, luego en la universidad, pero también lo dejé e ingresé en el ejército tres años. Recientemente, cuando vine de Ucrania, dije que ya estaba bien de tanta adrenalina, tanto riesgo y me puse a escribir. No soy escritor y, en principio, quería contratar los servicios de un 'ghost writer', un negro, pero no lo encontré y empecé a hacerlo solo poco a poco hasta que he completado 'Los secretos de Sofi' que, en realidad, es la última parte de un libro autobiográfico que yo quería escribir hace 20 años y que se llamaba 'Ambición'.
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«Quería contratar los servicios de un 'ghost writer', un negro, pero no lo encontré y empecé a escribir poco a poco hasta que he completado 'Los secretos de Sofi'»
Vicente Jiménez Ifergán
Empresario y escritor
-Son 700 páginas, le ha salido un novelón, en el que hay amor, guerra, negocios…
-Pues el manuscrito original eran mil páginas.
-¿Y cuánto ha tardado en escribirlo?
-Siete u ocho meses. Me levantaba todos los días a las cinco o seis de la mañana y me tiraba sentado escribiendo hasta la noche. Estaba tan absorto que no podía dejarlo. Llegué a estar un mes sin salir de casa.
-¿Es también lector?
-A mí me gustan las aventuras y la historia. Yo soy arqueólogo e historiador, pero sin título. Cuando era pequeño, en vez de irme al colegio, cogía un tenedor, una bolsa y me iba al monte a escarbar, a buscar tesoros. Y cuando volvía, mi madre me decía: «Te hará falta el colegio».
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-Hablando de aventuras, en el libro descubre que estuvo en el negocio de las minas de diamantes en África.
-La base central la tenía en Costa Marfil y de allí iba a Liberia, Sierra Leona, Burkina Faso, Mali, Ghana, Congo, Zaire y Sudáfrica. Me había formado en Amberes y, desde finales del 82, estuve siete años en África comprando diamantes en bruto. En el libro cuento cosas que jamás antes había revelado.
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«Yo he llegado a robar en un supermercado para comer y he dormido en cartones en una estación. He hecho de todo en mi vida»
Vicente Jiménez Ifergán
Empresario y escritor
-¿Y hasta dónde ha contado?
-En la novela me he desnudado. He sacado todo, me hacía falta. Este libro es un legado para mis hijos. He contado lo que durante décadas he callado. Sobre el tráfico de diamantes en África, sobre los bancos suizos, hasta doy el número de mi cuenta allí.
-Ya no será ese…
–No, ja, ja. El mundo está dominado por el dinero y con esta novela me siento libre, liberado. Pero también me he dado cuenta de que el libro puede ayudar a muchas personas a superar miedos y traumas. Ese es mi objetivo. El económico no me importa. Aunque todo me lo he ganado a pulso. Yo he llegado a robar en un supermercado para comer y he dormido en cartones en una estación. He hecho de todo en mi vida. Conforme iba escribiendo, me daba cuenta del alcance y me preguntaba: ¿Esto lo pongo o no lo pongo? Y decía: Vamos a seguir. No tengo nada que ocultar. Hombre, hay cosas duras que he obviado.
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-¿Cuáles?
-No he puesto fronteras, salvo en la parte de África. También estuve en Irak y, cuando pasé por el Donbás, publiqué lo que vi en mis redes para concienciar a los españoles de ayudar a Ucrania. Aunque tampoco puse todo lo que viví allí.
«Con esta novela he conseguido mi satisfacción personal. Pero también me he dado cuenta de que puede ayudar a muchas personas a superar miedos»
Vicente Jiménez Ifergán
Empresario y escritor
-El título de la novela habla de Sofi, pero el protagonista es Vicente, usted. ¿Esta es su vida?
–Digamos que está inspirada en hechos reales. En el libro también hablo de los maletines de dinero que se llevaban a Suiza del negocio del oro y los diamantes. Aunque estos delitos ya han prescrito. A estas alturas de mi vida ya no tengo que demostrar nada a nadie. Y para mí, el éxito es que 'El secreto de Sofi' pueda ayudar a otros a seguir adelante.
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El libro y su presentación
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Título: 'Los secretos de Sofi'
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Autor: Vicente Jiménez Ifergán
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Editorial: Autoedición, novela, España, 2025, 712 páginas
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Presentación: Jueves 20 de noviembre, a las 19 horas, en el hotel NH, con la presencia de su autor
-Mucha gente lo conoce por salvar ucranianos de la guerra trayéndolos a Málaga en un autobús, aunque en la novela también se descubre su historia personal con Sofi.
–Bueno, mi segunda mujer –Elena– también era ucraniana y nos vinimos a España porque un grupo de criminales quiso robarnos con amenazas de muerte. Después conocí a Sofi y, cuando estalló la guerra, salí pegando leches de Málaga a la frontera de Ucrania en coche. Llegué en solo 33 horas. La busqué por los campos de refugiados y me esperaba lo peor. Y cuando la encontré le dije: «Venga, vamos para casa». Pero saliendo de Praga di marcha atrás y volvimos a los campos de refugiados porque sentí la necesidad de que no podía recogerla solo a ella. Organizamos el primer autobús de refugiados que llegó a Málaga. Ella me ayudó mucho.
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-¿Qué fue lo peor de aquel feliz episodio?
–Fue duro porque era el único autobús que quedaba, pero hubiera traído más. Lo pagué a toca teja y en dos días lo organizamos. Cuando estaba todo listo me llamaron desde Málaga para decirme que no estaban preparados para recibir a la gente y les contesté: «¿Qué queréis que los deje en la calle muertos de frío?». Después me dijeron que me podían acusar de tráfico de personas e ir a prisión. Palabras textuales. Y les respondí: «Iré a la cárcel, pero con la cabeza muy alta». Pero lo peor fue dejar allí a 30 o 40 personas porque no había otro autobús.
«Al final uno se pregunta si tantas decenas de miles de muertos ha valido la pena para que ahora sea el agresor el que es recompensado»
Vicente Jiménez Ifergán
Empresario y escritor
-¿Cree que la guerra acabará pronto?
-No sé qué decir. Conforme ha pasado el tiempo, me he dado cuenta de la personalidad de Putin, que es un psicópata muy inteligente que quiere pasar a la historia como la persona que ha devuelto al esplendor perdido a la Unión Soviética. Yo admiraba a Putin porque cogió a todos los oligarcas que sacaron el dinero de Rusia y les hizo traer los fondos para invertir allí. Pero cuando consigues lo que quieres, te sientes el rey del mambo y, con la excusa de que Ucrania iba a entrar en la OTAN, decidió invadir. En mi opinión esta guerra solamente acabará si los ucranianos ceden la parte del territorio que Rusia ha conquistado, el Donbás. Crimea ya está perdida. Y Odessa no pueden perderlo porque es la única salida que Ucrania tiene al mar. Al final uno se pregunta si tantas decenas de miles de muertos ha valido la pena para que ahora sea el agresor el que es recompensado. Pero no queda más remedio: ¿hasta cuándo vamos a seguir perdiendo más vidas?
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Denigrar a la mujer
-El libro comienza de forma impactante con un retrato muy personal de la prostitución…
-No me gusta emplear la palabra prostitución.
-¿Cómo lo llama usted?
-Creo que la más adecuada es mujeres de compañía. Hablar de prostitución, que viene de la época de Jesucristo, denigra a la mujer. Al final todos buscamos compañía cuando estamos solos. Hay dos capítulos en el libro en el que hago un ensayo sobre la falsedad de las religiones y la sociedad en calificar y decir cómo una mujer debe vestirse o lo que puede decir. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar a una mujer?
-¿Y lo denigrante no es usar a la mujer como objeto sexual?
-Vamos a ver, estamos hablando de una transacción económica. Usted es periodista, ¿por su trabajo tiene una transacción económica?
-Sí.
-Tú eres un prostituto entonces, ¿no? Todo en este mundo es una transacción económica y una mujer es libre de poder elegir. Hay muchas mujeres a las que no les queda más remedio, aunque en el caso de la sociedad ucraniana y eslava es una cultura muy diferente a la nuestra. Lo que en una cultura está bien, en otra se considera que está mal.
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-Usted me habla de libertad, pero las que no tienen más remedio que prostituirse no son libres.
-¿Por qué?
-Si se ven obligadas a hacer algo que no harían si tuvieran otro trabajo no veo libertad.
-También es verdad. Pero si esa relación es consensuada, no hay ningún mal, todo lo contrario. A mí me echaron de todos los colegios, pero he aprendido de la historia que lo importante es el respeto a la fe. Por parte de madre soy judío, por parte de padre soy católico, uno de mis hijos es cristiano, otro ortodoxo y mi mejor amigo es musulmán. En fin, conozco un poquito de todo. Y quitando los dogmas de fe, cada uno es libre de hacer de su vida lo que quiera, sin hacer daño a nadie. Y a tu pregunta, cuando una mujer tiene necesidad de buscar dinero para dar de comer a su familia, salvar a su padre o a su madre, ¿qué hace?
«No todo es sexo, es compañía. Y si las relaciones íntimas son consensuadas, entonces no hay ningún problema»
Vicente Jiménez Ifergán
Empresario y escritor
-¿En su novela hay cierta dulcificación de las 'mujeres de compañía', como usted las llama, a lo 'Pretty Woman'?
-El guion original de esa película era que ella volvía a la calle. Y Julia Roberts dijo que no lo aceptaba, a menos que lo cambiasen. Y el director y el guionista lo hicieron para que, al final, ella se acabe casando con Richard Gere. Un poquito de similitud puede haber con mi novela, pero 'Pretty Woman' es fantasía, lo que yo cuento es pura realidad. Y sobre este punto, hay gente que está a favor y en contra. Todos somos libres de pensar y de poder expresarnos dentro de un respeto. Los hombres tenemos la necesidad fisiológica de estar con una mujer y muchos no tienen la capacidad o son tímidos y no pueden. Considero que esas mujeres mal llamadas prostitutas han hecho un servicio y una ayuda a muchos hombres para tener compañía. No todo es sexo, es compañía. Y si las relaciones íntimas son consensuadas, entonces no hay ningún problema.
-¿Qué diferencia hay entre lo suyo y lo del exministro Ávalos?
-Ninguna, pero la forma en la que ellos hablan de ellas es despectiva. Y tratarlas de esa forma es ya machismo y denigrar e insultar a la mujer.
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-¿Y machismo no es pagar por sexo?
-Volvemos al principio. Si todo lo basamos en una transacción económica, esto también lo es. Al final esta vida, en mi opinión, consiste en qué me das y qué te doy. Lo mires como lo mires, esto es una balanza. He estado casado dos veces y he estado con las mujeres más hermosas. Y al final todo es una transacción. No sé quien dijo que cuando la miseria entra por la ventana, el amor sale por la puerta. Y yo nunca he querido que la miseria entrase por mi ventana.
La otra guerra
-Usted es mitad judío, ¿cúal es su postura ante la matanza de Gaza?
-Mi mejor amigo es palestino. He investigado sobre los orígenes de mi familia y hemos vivido con los árabes desde tiempos inmemoriales. ¿Quienes han empezado siempre la guerra? Israel no, los países árabes. Y si nos vamos ya a 40 años atrás, el diablo es Irán y los ayatolás que quieren la destrucción del estado de Israel. Como digo en el libro estoy a favor de la creación de un estado palestino. ¿Pero con quién negocias? ¿Se puede negociar con la persona que te quiere asesinar? ¿Con Hamas, con Al-Fatah?
«Estoy a favor de la creación de un estado palestino. ¿Pero con quién negocias? ¿Se puede negociar con la persona que te quiere asesinar?»
Vicente Jiménez Ifergán
Empresario y escritor
-¿No hay solución entonces?
-Sí, pero no estaremos para verla, te lo aseguro. La solución es reconocer que todos los países tienen derecho a su existencia. Y que cada uno debe respetar las creencias del otro. Pero es que entre los mismos árabes se matan, porque los iraníes son chiítas y el resto son sunitas y no se pueden ver.
-¿Y qué ha sentido al ver la matanza en Gaza?
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-Cuando veo por la televisión a esos niños inocentes veo una masacre, porque lo es. Pero te voy a hacer una pregunta. ¿Qué harías si unos terroristas vinieran a matar a tu familia a tu casa?
-Pues puedo entender que el primer instinto sea el de la violencia, pero dudo que lo hiciera. No obstante, estamos hablando de una matanza sistemática.
-Pues eres de los pocos que me dice que no lo sabe, porque el 99,99% me dice lo mismo: «Yo iría a matarlos». Con esto no quiero justificar nada, sino únicamente decir lo que es la respuesta general. Ahora hemos asistido a una masacre y siempre las ha habido a lo largo de la historia. El que esté libre de culpa que tire la última piedra.
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