FreakCon 2020: 20.000 frikis hacen cola para disfrutar de la mayor convención de Andalucía
El evento consolida sus expectativas y consigue que los malagueños prefieran la cultura popular a la playa
El reloj marca las doce del mediodía. Han pasado dos horas desde que la cuarta edición de FreakCon abriera sus puertas. Pero fuera continúa todo ... igual. Miles de personas hacen cola para poder entrar a la mayor convención friki de Andalucía. El clima no acompaña a los elaborados trajes que llevan muchos de ellos. Los 20 grados al sol convierten a los cosplayers, con sus caras pintadas, sus armaduras y sus máscaras, en auténticos devotos de la cultura popular.
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Dentro, al amparo del aire acondicionado y de la sombra del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, nos encontramos con miles de personas que disfrutan de sus hobbies. Espadas y hachas de gomaespuma, pero muy realistas, van y vienen en el patio central. Son los combates de softcombat, que aunque tienen una zona delimitada, con sus tiendas al más puro estilo justa medieval, también se dan por cualquier zona en la que un grupo de amigos haya decidido ponerse a luchar. Todo ello al son y ritmo de la música K-Pop, de origen coreano, que decenas de adolescentes bailan frente a una gran pantalla. Aunque otros también lo hacen en el exterior, aprovechando el reflejo de los brillantes cristales del congreso para ensayar sus bailes, mientras amenizan a los que esperan para comprar entradas.
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FreakCon 2020: Un paseo visual por la convención
Este año, los asistentes comentan que tienen la sensación de que «todo está más ordenado, con más espacio entre puestos, algo que es de agradecer». Los estands que están en la primera línea son los más potentes: la Escuela Superior de Videojuegos y Arte Digital (EVAD, propiedad de los organizadores de FreakCon); la franquicia malagueña Comic Stores, referente como tienda de cómics en la provincia; la compañía Hasbro, con los muñecos exclusivos que han traído para la convención, entre los que se pueden hallar versiones especiales de Transformers, cascos de Star Wars, figuras de los Power Rangers y la serie Marvel Legends; Nintendo, que permite jugar a sus últimos títulos de Switch, y la editorial ECC, encargada de publicar los tebeos de DC Comics en nuestro país. En esta última había una cola continuada durante todo el día para lograr una firma o boceto de sus invitados: David Lloyd, Agustín Padilla y Carmen Carnero. Eso sí, ha faltado Peter Milligan a la cita, pero es lo que tiene el miedo al coronavirus, que ya se ha cobrado la cancelación de un evento similar en Paris.
A partir de este primer frente, el resto es un laberinto de comercios donde se venden todo tipo de productos de merchandising, como la tienda Neko Nya Store, con sus varitas de Harry Potter y máscaras de películas, o la zona de artesanos, donde se pueden comprar figuras impresas en 3D con una calidad impresionante, estatuas de plastilina o réplicas de personajes mágicos y objetos de cine. Al lado, el Instituto Profesor Isidoro Sánchez convierte con su maquillaje a personas en seres fantásticos ante los ojos atónitos de los asistentes.
Por la zona derecha del evento se encuentra el Callejón del artista, donde los autores venden los productos que ellos mismos han elaborado, como ilustraciones, camisetas o piezas de resina. Y lo hacen bajo la mirada de los invitados, como Luis Posada y David Brau entre otros, que no paran de firmar fotografías y cómics desde lo alto del escenario que hay en la zona.
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Por otro lado, en el margen izquierdo, está la zona dedicada al mundo asiático, con un puesto que vende espadas y katanas (Genshikens), un espacio destinado a bonsáis, otro a esgrima y un último a duelos de aikido.
Los asistentes fueron entrando sin pausa al evento. Tal es el punto que cuatro horas después de que hubiera abierto sus puertas aún había una larga fila esperando para comprar una entrada en la taquilla. Miles de personas deambulaban por los puestos buscando algún objeto que llevarse como recuerdo o sorprendiéndose ante el precio que alcanzaban las figuras de coleccionismo que lucían algunos comercios, con una cifra que rondaba los varios cientos de euros.
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No existía sensación de agobio por aglomeración. Aunque sí se daba, sobre todo por la tarde, una sensación de no poderlo abarcar todo, ya que muchos eventos coincidían en horario. Pero es lo que se pretende con este tipo de convenciones: ofrecer una gran cantidad de actividades para que los asistentes puedan tener un gran abanico donde elegir.
La hora de la comida fue la más pausada, aunque sobre las 16h, el goteo de personas comenzó a aumentar. La Legión 501 con sus trajes de Star Wars desfilaron, como cada año, ante las cientos de cámaras de los asistentes.
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En el patio principal, durante la tarde, no pararon de sucederse los partidos de Quidditch, que para quien no lo sepa, es una adaptación del deporte de Harry Potter en el que se persigue una bola dorada voladora. Eso sí, hasta que no se inventen las escobas mágicas, seguiremos viendo a los participantes agarrar un palo entre las piernas y lanzarse una pelota de mayor tamaño que la original. Junto a ellos, varios jóvenes chutaban sin parar un balón contra una gigantesca diana, buscando ver quién lograba más puntos.
Mientras todo esto se daba en una zona abarrotada de gente, en los auditorios dialogaban varios profesionales. Se grabó en directo el podcast sobre Sonic, se contaron varias anécdotas de La Casa de Papel y se concluyó, como de costumbre, con un concierto, en este caso al ritmo de un tambor gigante japonés, el taiko. Todas estas actividades son las que 20.000 frikis, tras una larga espera matutita, han visto durante la primera jornada de Freakcon 2020.
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