Las ventanas a las que se asoma la memoria de Antonio Rojas

La luz es una clara protagonista en estas pinturas de diferentes formatos pero, sin duda, el elemento más recurrente en sus piezas son las figuras geométricas con tintes figurativos. Movimiento, en las obras de Antonio Rojas se puede percibir con las sombras y los degradados cómo ese mar tarifeño toma profundidad o cómo los laberintos y la arquitectura traspasan la pared para llevar a la imaginación hacia un punto imaginario que va mucho más allá de la propia pintura. Y mucho misterio también se esconde tras las pinceladas del artista tarifeño: «Hay algo de nostalgia, pero creo que el recuerdo hace que ese espacio se convierta en un lugar más misterioso. Cuando ocultas parte del paisaje amplías el misterio», explicaba Antonio Rojas mientras paseaba por las salas del CAC en La Coracha.

El recorrido por su exposición lo hacía tras la presentación de la muestra, en la que estuvo acompañado por la directora general de Cultura del Ayuntamiento, Susana Martín, y por la directora artística del CAC, Helena Juncosa, que destacaba la apuesta del centro por los artistas de proximidad. «Este gaditano empezó a exponer en los 80 y nos trae pinturas de diferentes formatos que abarcan 30 años de trabajo del artista que reflexiona con la realidad», concretaba Juncosa. La exposición, comisariada por Fernando Francés, estará en La Coracha hasta el próximo 27 de marzo.

Al subir a la segunda planta de esta sala del CAC se puede observar «el laboratorio» de Antonio Rojas, como así mismo le llama él. Su proceso creativo no va directo al lienzo, sino que plasma en un boceto o acuarela la idea principal para luego lanzarla en la pintura. Y esos bocetos pueden disfrutarse en esta exposición. En esos inicios previos al lienzo ya puede verse los diferentes elementos que influyen en su creación: los laberintos, la metafísica, el paisaje, la arquitectura, el puerto, la historia del arte, geometría o incluso figuras que incitan a pensar en el toque humano.

Estas creaciones abstractas de Rojas juegan con el paso del tiempo, que es la idea que quiere transmitir el artista. «Para evolucionar no es necesario perder el vínculo con tus raíces. En mi pintura se observa una vuelta al origen con maduración en el proceso creativo. Casi ni se nota el paso del tiempo, son obras parecidas, por eso se ve la intención de continuar los mismos caminos pero siempre actualizando», comentaba Antonio Rojas al comparar 'Accesos después de Frank Stella' con 'Camuflaje', obras con 14 años de diferencia. Los guiños a otros artistas se perciben en estas obras por la influencia de los gustos de Antonio Rojas por artistas como Picasso, Giotto, Magritte o Edward Hooper.

Con 'Despegando la sombra del suelo' la geometría se encuentra en una de las esquinas de las salas de CAC. Ahí se puede apreciar esa reflexión que hace Rojas sobre la figura humana, la metáfora de emplear las formas para llegar a una silueta que reflexiona sobre la presencia humana llevada a la abstracción. «Hay algo que, sin saberlo, te va a llevar a pensar en ello», puntualizaba al explicar estos detalles que se pueden ver también en 'Selfie' o 'El silencio del mar'.

Los mismos caminos, la misma memoria y los mismos recuerdos. Todo desde la ventana de la pintura de este artista y desde el vínculo con su tierra natal. Como bien dice el nombre de la exposición, la memoria se resiste a abandonar el puerto. Las pinceladas de Antonio Rojas también se resisten a abandonar su seña de identidad.