Marlon Brando se alzó con el Oscar por uno de las mejores interpretaciones de la historia

'La ley del silencio': La redención de un delator en Hollywood

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Elia Kazan y Marlon Brando firmaron los mejores trabajos de su carrera tras un rodaje envuelto en la frialdad de los exteriores y de la relación entre ambos

Lunes, 12 de octubre 2020, 01:28

Aún faltaban veinte años para que Francis Ford Coppola rodara una de las grandes obras maestras del cine –la primera parte de 'El ... Padrino'– cuando su protagonista, Marlon Brando, ya había aprendido lo que era convivir con las armas dentro de la familia. Entonces su personaje, lejos de representar a un capo de la Mafia, era más bien un vulgar estibador de Nueva jersey a sueldo de unos gángsteres sindicales con bastante menos glamur que los Corleone, pero que le llevó a enfrentarse a su hermano en la memorable escena del coche en la que con una sutil caricia aparta la pistola de su cuerpo justo antes de delatar a los criminales ante la Policía.

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Además de contar con una de las escenas más relevantes de la historia de cine en el capítulo interpretativo, 'La ley del silencio' ('On the Waterfront' en el original) es un ejemplo abrumador de cómo el cine sirve también para la redención, en este caso de su director, Elia Kazan. Aunque nunca alcanzó su objetivo, el realizador pretendió con el filme darle un sentido y una explicación a su comportamiento ante el Comité de Actividades Antiamericanas, el campo de juego del 'macartismo' en el que delató a aquellos con quienes había compartido confidencias personales y espacio político.

Los años 50 fueron muy complicados en Hollywood, ya que el todopoderoso senador vio en la industria del cine un foco peligroso para el proselitismo comunista. Kazan, que había militado en el Partido Comunista en su juventud, se negó en un principio a dar los nombres de sus excompañeros, pero terminó por ceder ante la presión y no solo aportó un listado completo, sino que además puso la guinda con un artículo en prensa en el que justificaba su comportamiento.

La ley del silencio (1954)

Director: Elia Kazan

Reparto: Marlon Brando, Eva Marie Saint, Karl Malden, Lee J. Cobb, Pat Henning, James Westerfield, Rod Steiger, Leif Erickson

Premios: 8 premios Oscar de 12 nominaciones (película, dirección, guión, actor, actriz de reparto, montaje, fotografía en blanco y negro y dirección artística en blanco y negro)

Por si esto no hubiera sido suficiente, el primer proyecto que ejecutó tras aquellos acontecimientos fue un producto propagandístico ('Fugitivos del terror rojo') que amenazaba con enterrar su carrera pese a haber dirigido anteriormente filmes como 'Un tranvía llamado deseo', 'Pánico en las calles' o 'Lazos humanos', entre otras.

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Por eso, los inicios de la producción de 'La ley del silencio' no fueron sencillos. Las grandes empresas de Hollywood no querían contar con él, y solo un productor independiente, Sam Spiegel, vio potencial en el proyecto tras los avatares que había sufrido con 'La reina de África' y antes de liderar trabajos tan complejos como 'El puente sobre el río Kwai' y 'Lawrence de Arabia'. En un principio la idea fue contar con Frank Sinatra para el papel de Terry Malloy, pero según los rumores de aquellos años, si Brando –que era reticente a trabajar con Kazan por ser un delator– hubiera rechazado el proyecto, un joven Paul Newman se habría encargado de darle vida a este exboxeador atormentado.

Elia Kazan y Marlon Brando en una pausa del rodaje en los muelles de Nueva York

Discurso del Padre Barry

Padre Barry: Quitarle la vida a Joey Doyle para evitar que testifique es una crucifixión. Cada vez que la mafia ejerce presión sobre un buen hombre, intenta impedir que cumpla con su deber como ciudadano, es una crucifixión. Y cualquiera que se sienta y deja que suceda, guarda silencio sobre algo que sabe que sucedió, comparte la culpa de ello como el soldado romano que traspasó la carne del Señor para ver si estaba muerto.

Sabedor de que era un papel irrenunciable, Marlon Brando tragó todos los sapos posibles y se puso a las órdenes de un director marcado por la industria que supo dar en la diana cuando pasaba por su peor momento. Eligió rodar lejos de los estudios y se marchó a los muelles de Nueva York en pleno invierno, una circunstancia que se evidencia durante el metraje, en el que a pesar del blanco y negro se puede apreciar la frialdad del entorno en contraste con otra frialdad, la del protagonista con su director, que afortunadamente no perjudicó al resultado del filme.

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Además de la cuestión artística y argumental, Elia Kazan consiguió con 'La ley del silencio' darle un sentido a la delación a través del personaje de Brando. Ante él se encuentra una diatriba moral que el protagonista resuelve declarando ante la policía y enfrentándose a los que eran sus amigos y de su propio hermano, para acabar llevando la razón pero al mismo tiempo molido a palos por su valentía. En realidad, este paralelismo no era sino un giro torticero que es mejor entender como algo secundario. Antes que eso está –quizá– el mejor drama sindical de la historia del séptimo arte gracias a una interpretación irrepetible dirigida por un hombre que ni entonces fue capaz de redimirse ante los suyos.

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