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Macarena Astorga da instrucciones a su equipo técnico sobre el tiro de cámara que quiere para una escena. francis silva

La primera película malagueña tras la pandemia ya tiene escenarios

Macarena Astorga recorre la provincia para encontrar las localizaciones para su ópera prima, 'La casa del caracol'. SUR le acompaña de Maro a Alfarnatejo en busca de decorados para este 'thriller' de terror que no tiene miedo a la pandemia

Viernes, 3 de julio 2020

La cita es tempranito, pero sin exagerar. Nueve de la mañana en un casoplón de El Candado, donde hace ya algunas semanas se instaló el ... cuartel general de la película 'La casa del caracol'. Esta semana toca localizaciones por la provincia y en la puerta ya hay casi una decena de personas esperando a que se ponga en marcha la expedición. Entonces llega a la que todos estaban esperando. Su cabello pelirrojo la delata, pese a que la mascarilla le tapa media cara. Entonces los ojos de la directora Macarena Astorga se cierran en señal de una sonrisa que casi se le puede ver bajo la protección cuando nos ve preparados para la acción. Es su primer contacto con la prensa tras anunciarse su debut con este 'thriller' de terror psicológico protagonizado por Paz Vega y Javier Rey. «Todavía cuando me despierto por las mañanas me pregunto si esto está pasando de verdad», confiesa como saludo.

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Y no es para menos. Astorga, autora de los cortometrajes 'Tránsito' (2013) y 'Marta no viene a cenar' (2014), lleva años tratando de dar el salto al largometraje con proyectos personales. Hasta que en noviembre pasado quedó a comer con los productores Álvaro Ariza y María Luisa Gutiérrez, que le pusieron por delante la adaptación a la gran pantalla de la novela 'La casa del caracol', de Sandra García Nieto. Era lo que tanto tiempo había deseado, pero para ello debía renunciar a su plaza de profesora de Imagen y Sonido en el IES Guadalpín de Marbella. «En noviembre dije que no hacía la película, pero me lo pensé y al final lo dejé porque, aunque perdiera el puesto, este es mi sueño», confiesa la directora que cuenta su periplo mientras el equipo ultima los preparativos antes de salir a la búsqueda de las localizaciones.

Mayo era la fecha para iniciar el rodaje, pero la pandemia se interpuso. «Pedí la baja el 14 de marzo y el día 16 me llaman para decirme que se suspende la película», relata Astorga que, en apenas 48 horas, se veía sin el trabajo de toda la vida y sin su sueño por cumplir. Parecía que su vida también la había imaginado un guionista. Y más concretamente, de película de terror como el guion que preparaba. Pero sus productores decidieron seguir para delante y aprovechó el confinamiento para ultimar la planificación. Incluso hicieron en cuarentena la primera lectura de guion por videollamada colectiva con los actores repartidos por toda España e incluso Latinoamérica, con los peruanos Carlos Alcántara y Norma Martínez. Mientras habla llega Ángel Lafuente, ayudante de dirección y mano derecha de Macarena en esta producción, para avisar de que ya partimos. Destino: acantilados de Maro-Cerro Gordo. Sí, los idílicos decorados de 'Verano azul', que en esta película se transformarán en escenarios más inquietantes.

«Nos vinimos a rodar aquí siguiendo a Macarena y encontramos una Málaga de interior fascinante y desconocida», afirma María Luisa Gutiérrez, productora del filme

Hasta seis coches y más de veinte personas componen la comitiva de esta jornada que integra a miembros de los departamentos de producción, sonido, arte, fotografía y transporte, además de un técnico de riesgos laborales que vigila el cumplimiento de los protocolos anti-covid-19. Antes de salir nos han dado mascarillas y gel hidroalcohólico para las manos. Damos fe. Una hora después, en el límite de las provincias de Málaga y Granada, la caravana se detiene y se planifica la escena. «Secuencia 118», relata Ángel Lafuente que hace un resumen al equipo de lo que allí se rodará. Nos destripa el final de la película, pero nos piden que lo guardemos como secreto de reportaje y cumplimos la palabra. Astorga da entonces sus indicaciones para los tiros de cámara y la escena, a lo que sigue una batería de preguntas de los distintos departamentos que la directora va resolviendo. Un técnico de sonido graba el ruido de cigarras y toma nota de que en agosto, cuando empiece el rodaje, habrá todavía más zumbido; otros discuten sobre cómo tapar unas señales de la carretera y el director de fotografía, Valentín Álvarez, pregunta por el tipo de coche de la escena. Macarena zanja la cuestión: «Quiero un descapotable».

El genio y la hada madrina

Hablando de coches, regresamos a los vehículos para otro tirón hasta el siguiente escenario. Toca Alfarnatejo, aunque antes habrá parada en Mondrón para encontrarnos con los productores ejecutivos, Gutiérrez y Ariza. Si fuera una película habría un fundido a negro y ya estaríamos en el destino. Pero esas cosas solo pasan en la pantalla, no en los rodajes. Así que otra horita de camino para que se unifique la expedición y llegue a una zona de bosque para otra escena cuyo argumento nos dejan ver, oír y callar. Del resto de la película sí que se puede hablar. «Estos son mi hada madrina y mi genio de la lámpara», dice Macarena Astorga sobre los dos productores recién llegados y que han dejado en ella toda la responsabilidad de esta película.

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«Nos convenció en la primera reunión que tuvimos con ella y, la verdad, me sorprende que no hubiese debutado antes porque no hay muchas mujeres directoras de su talento que hagan cine de género en España y ella ha aceptado el reto», cuenta Álvaro Ariza, que deja caer que ya tienen otro proyecto para la malagueña: «Puede que Macarena ya tenga su segunda película esperando». La sonrisa de Astorga es para verla. Ahora se entiende eso del genio de la lámpara.

La conversación se desvía hacia los escenarios y la singularidad que busca la película que, en principio, se iba a rodar en Jaén. Pero Macarena Astorga barrió para casa y propuso que, si querían una sierra, en Málaga también la iban a encontrar. «Así que nos vinimos a rodar aquí siguiéndola a ella y nos encontramos una Málaga de interior fascinante y por descubrir en el cine, muy diferente a la imagen que conocemos de la Costa del Sol», confiesa María Luisa Gutiérrez, socia de Santiago Segura en esta producción que será la primera en rodar en Málaga en la pandemia y pese a las restricciones y los protocolos impuestos por la crisis sanitaria.

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Un riesgo que pocas películas se atreven a tomar. «El problema es que ningún seguro te cubre un parón en el rodaje por Covid-19 por lo que lo afrontamos sin cobertura», revela Gutiérrez, que le da la vuelta al argumento. «¿Quién te dice que en septiembre no hay más rebrotes y se vuelve a cerrar todo?», se pregunta. «Además no habríamos podido tener este casting tan maravilloso si el resto de películas y series no hubieran parado», apostilla la productora ejecutiva que, por la tarde, tiene cita para hacerse una prueba PCR, como el resto del equipo. Su objetivo es que el argumento de terror se quede en la pantalla. Y por ahora lo están consiguiendo. Aunque un poco de inquietud no le falta también a este valiente y pionero rodaje.

2,4 millones de euros

  • El presupuesto del debut en la dirección de Macarena Astorga, el 'thriller' de terror psicológico 'La casa del caracol', asciende a 2,4 millones. «Es una cantidad media para el cine español, aunque alto si tenemos en cuenta de que se trata de la ópera prima de una debutante», dice la productora María Luisa Gutiérrez, socia de Santiago Segura en la compañía Bowfinger y que destaca el apoyo en el rodaje de Málaga Film Office.

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