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A. BURGOS
Martes, 28 de junio 2016, 00:57
El mítico actor italiano Bud Spencer, uno de los precursores del género conocido como 'spaghetti-western', falleció ayer a los 86 años. «Con nuestra más profunda tristeza tenemos que anunciar que Bud está volando hacia su proximo viaje», anunció la familia de Carlo Pedersoli, como se llamaba en realidad este actor, en sus cuentas de Twitter y Facebook.
Nacido en Nápoles el 31 de octubre de 1951, Carlo Pedersoli llegó al mundo del cine por casualidad. Dedicado en cuerpo y alma a la natación -compitió con el equipo italiano en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 y Melbourne 1956-, recibió una llamada para participar como extra, en el papel de soldado romano, en la superproducción 'Quo Vadis', de 1951. Entonces, los productores vieron en él, gracias a su impresionante físico, la posibilidad de crear todo un personaje para el incipiente 'spaghetti-western'. Le buscaron un compañero, Terence Hill, que tenía que ejercer de contrapunto guaperas, pero el problema era su poco llamativo nombre para la gran pantalla. Para cambiárselo recurrieron a su cerveza preferida, 'Budweiser', de manera que adoptó el Bud, y el apellido lo tomó de su actor preferido, Spencer Tracy.
Casado con la hija del productor de 'La dolce vita' y padre de tres hijos, Spencer aseguraba: «Nunca pensé en ser actor y no me considero un actor, sino un personaje». Tuvo que aprender inglés (hablaba seis idiomas), a montar a caballo y le obligaron a dejarse barba. Cinéfilo confeso, dividía el séptimo arte en cine de autor, apartado en el que incluía a «Fellini, Bergman, Woody Allen, Buñuel y Almodovar», y cine comercial, «que es una industria para hacer dinero y, si hay suerte, que gusta al público». El que él hacía sin avergonzarse.
En una de sus últimas entrevistas confesaba que continuaba recibiendo miles de carta al mes «de niños y de niños viejos, que es lo que soy yo. Los únicos que se han cansado de las peleas de Hill y Spencer son los jóvenes de 17 a 25 años, que prefieren filmes violentos, de sangre y sexo», aseguraba durante una visita a España en 1994. El tipo de cine que hacía lo explicaba de manera sencilla: «Nosotros lo que ofrecemos a la gente es hora y media de risas, sin mensajes».
Carrera imparable
Su primer papel importante fue el del agresivo Nando en la película de Mario Monicelli 'Un héroe de nuestro tiempo'. Pero en 1957 dejó Italia y se marchó a Sudamérica, donde trabajó como obrero de la construcción. Y tras regresar a su país natal, probó fortuna con la música escribiendo canciones para cantantes del momento como Ornella Vanoni y Nico Fidenco.
Su regreso a la pantalla grande fue con el título de Giuseppe Colizzi 'Dios perdona...pero yo no', que marcó el tipo de personaje que después interpretaría Spencer, el del gigante bueno al que es mejor no hacerle enfadar, y donde coincidió por primera vez con Terence Hill, con el que protagonizó cintas de enorme éxito como 'La colina de las botas', 'Le llamaban Trinidad', 'Le seguían llamando Trinidad', 'Par impar', 'Y si no, nos enfadamos', 'Estoy con los hipopótamos', 'Dos superpolicías en Miami' o 'En Nochebuena se armó el belén'. Pero Spencer también tuvo su propia carrera en solitario, con títulos como 'Banana Joe', 'Aladino', 'Padre esperanza' y 'Cantando detras del parabrisas'.
Carlo Pedersoli también quiso dar el salto a la política y se presentó en 2005 a las elecciones regionales del Lazio, cuya capital es Roma, en las listas de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, pero no resultó elegido.
Italia despidió ayer a su actor fallecido. «Ciao #Bud Spencer. Te quisimos tanto tantos», escribió el primer ministro Matteo Renzi en un mensaje en Twitter.
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