Retrato de Cecilia Böhl de Faber muy poco difundido que sirve de imagen a la programación del CAL.

El Centro Andaluz de las Letras desmonta los retratos falsos de Fernán Caballero

Charlas, publicaciones y una imagen desconocida de su juventud rescatan a una escritora fundamental en la narrativa del XIX eclipsada por el cliché de autora reaccionaria

Martes, 19 de abril 2022, 00:06

Cecilia Böhl de Faber (1796-1877) se pasó la vida escondiendo su identidad: firmaba con el seudónimo masculino de Fernán Caballero y se negaba a ... ser retratada. No existe una imagen nítida de ella ni en lo literario ni en lo físico. Sus propias paradojas, los condicionantes históricos y el paso del tiempo se han encargado de borrarla por completo en unos casos y de deformarla al extremo en otros. Ella, de hecho, no es esa mujer mayor vestida de riguroso negro y mirada triste que aparece en cuadros que erróneamente se le atribuyen. Como tampoco su pluma es rancia y anticuada. El Centro Andaluz de las Letras (CAL) desmonta todos los retratos falsos de Fernán Caballero con publicaciones y charlas que reivindican a la Autora del Año 2022 en este Día del Libro como una escritora pionera y «fundamental para entender la narrativa española del XIX», en palabras de Mercedes Comellas, coordinadora del catálogo científico que prepara el CAL.

Publicidad

Una Cecilia joven, con ropajes elegantes y la pluma en la mano ilustra este programa de actividades, una imagen prácticamente desconocida hasta la fecha -propiedad de una colección privada- que se revela como uno de los dos únicos retratos auténticos que existen de la escritora. Otros dos que se suponen suyos y que circulan ampliamente por Internet, de cuadros expuestos en el Museo del Romanticismo de Madrid y en el Bellas Artes de Sevilla, no se corresponden con ella, como revela la investigadora.

De esta forma, el rostro de Fernán Caballero se «renueva» y sirve de marco para una relectura de su obra «desde la modernidad», apostilla la directora del CAL, Eva Díaz Pérez. Este miércoles 20 de abril en Málaga, en la sede de calle Álamos, la encargada de hacerlo a través de una charla será la escritora Herminia Luque (19.30 horas), responsable del cuaderno didáctico sobre la autora que se distribuirá en centro escolares. Con motivo del Día del Libro se celebrarán también encuentros en Sevilla y Cádiz, pero el homenaje se extenderá a lo largo de todo el año con una exposición en el Museo de Cádiz sobre su figura y paseos literarios en sus dos ciudades de referencia.

Asociada siempre a un sector reaccionario y conservador por su defensa de la moral católica y de la identidad nacional, «había algo absolutamente renovador en lo que estaba haciendo, antes de que otros en España intentasen hacerlo», señala Comellas. Se insiste en compararla con Benito Pérez Galdós, «cuando habría que hacerlo con Balzac». De hecho, el autor de 'Los Episodios nacionales' empezó a publicar cuando Cecilia Böhl de Faber era ya una anciana. Lo que ocurre es que sus primeras obras ven la luz años e incluso décadas después de ser escritas y eso «le perjudica», en opinión de Luque. Entre 1849 y 1863 edita todos sus libros: «Estaba en los años 20 escribiendo cosas de una forma como nadie hacía, pero no lo publica hasta los años 50».

Publicidad

«Los primeros diálogos naturalistas en la historia española sacados de la observación directa de la realidad son de Fernán Caballero»

Fernán Caballero es, por tanto, una precursora de la novela realista en España desde planteamientos del Romanticismo, una continuidad que «pone en cuestión la división radical» que se ha establecido entre ambas corrientes literarias. «Es una lección de historia de la literatura en sí misma», asegura Comellas. Tiene un ideario romántico para definir lo que es España, pero busca esa imagen nacional en el pueblo, «el principio del realismo». De hecho, como resalta la experta, «los primeros diálogos naturalistas en la historia española sacados de la observación directa de la realidad son de Fernán Caballero». Hasta entonces el lenguaje literario estaba hecho de «estereotipos y era distinto al que se hablaba».

Pero esta autora, de educación cosmopolita y origen extranjero, se dedicó a «recopilar» anécdotas, refranes, cuentos y otros apuntes folclóricos de la Andalucía del Bajo Guadalquivir, donde residió. «Y también romances como 'Delgadina' y 'Albaniña'. Es de las primeras que se preocupa del romancero, de poemas que vienen directamente de la Edad Media y que hasta entonces se despreciaban», destaca Herminia Luque, que justifica este gusto por lo popular en la herencia germana de su padre, el hispanófilo y cónsul alemán en Cádiz Juan Nicolás Böhl de Faber, su principal referente emocional y profesional.

Publicidad

Cecilia Böhl de Faber escuchaba esas historias, leyendas y conversaciones en el campo, en los salones o en las tertulias. Con todas ellas «pintaba» cuadros costumbristas que elevó a la categoría de novela: «Empezó a construir el universo novelesco a partir de la visión de la realidad», indica Comellas. Lo hizo en 'La Gaviota', 'La familia de Alvareda', 'Una en otra', 'Elia' y 'Clemencia', entre otros títulos. Y, también por primera vez, la escritora introdujo en los relatos temas de la actualidad española extraídos de la prensa en contraposición a las novelas extranjeras de moda en la época que abordaban asuntos ajenos.

Todo en ella es una «auténtica paradoja»: defiende un ideal de mujer abnegada y doméstica, pero busca la fama del hombre escritor

Todo en ella es una «auténtica paradoja», resalta Herminia Luque. Defiende un ideal de mujer «humilde, abnegada, sencilla y doméstica», pero bajo el seudónimo de Fernán Caballero busca lo público y la fama reservada al hombre escritor. Tampoco ella reunía esas características en su vida privada: se casó tres veces, la última vez con un hombre 20 años más joven que ella que la llevaría a la ruina y acabaría suicidándose. Nacida en Suiza de padre alemán, madre de orígenes irlandeses y educada en francés, se dedica a reflejar el ambiente rural de Andalucía. Y a pesar de su ideología reaccionaria se convierte en una renovadora de la narrativa española por lo que cuenta y cómo lo cuenta (fue una pionera de los ahora llamados microrrelatos). Pero es que además defendía aspectos que hoy son signos de absoluta modernidad: era animalista, antitaurina declarada, ecologista e independiente económicamente. Incluso cuando atravesó problemas económicos, luchó por vivir de su pluma sin la ayuda de nadie. «También es la primera escritora con estos arrestos», sentencia Comellas.

Publicidad

En esas paradojas sustenta Herminia Luque el cuaderno didáctico que devolverá a la autora a las escuelas, de dónde desapareció hace décadas eclipsada por el cliché de autora reaccionaria, beatona y rancia. Está convencida de que es esa multitud de perspectivas distintas las que hacen de ella un personaje extraordinariamente rico y «con vitalidad». Son «esas sombras y esos zigzags en su carrera y en su vida» las que la convierten en una figura seductora para indagar en ella más allá de la superficie y de apropiaciones interesadas (como en su día hizo el franquismo). Porque «vivió atravesando fronteras y sin encontrar acomodo en ningún sitio», analiza Comellas. El CAL, al menos, le da ahora su lugar en la historia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad