Actuación de la OFM en el Cervantes, en este último programa de abono número 13. Migue Fernández
Crítica de música

Irregularidades laborales mutilan a la Filarmónica

La OFM lleva a cabo, una vez más, cambios en su programa de abono ante la falta de músicos

Carlota Hernández

Sábado, 11 de mayo 2024, 00:03

La Orquesta Filarmónica de Málaga ha vuelto a presentar cambios en su programa de abono, esta vez en el número 13 de esta temporada 2023- ... 24 que tenía lugar los días 9 y 10 de mayo en el Teatro Cervantes de la ciudad. El programa estaba compuesto inicialmente por grandes obras de la música francesa como el poema sinfónico 'El aprendiz de brujo' de P. Dukas, sustituido por la obertura 'Rosamunda' de Schubert, y las 'Imágenes para orquesta' de Debussy, que además iba a ser un estreno absoluto por parte de la OFM, y que han sustituido por la 9º Sinfonía en Do Mayor, también de Schubert, ante la imposibilidad de ejecutar el programa inicial debido a la gran escasez de músicos que presenta la plantilla, manteniendo únicamente la propuesta inicial del concierto para dos pianos y orquesta en Re menor de Poulenc.

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La tensión se palpa en el ambiente. Antes de entrar al teatro, durante los minutos previos en los que entra el público a la sala, una comisión de músicos se encuentra en el hall de la entrada repartiendo flyers e informando a los asistentes de la penosa situación en la que se encuentra la orquesta y sus músicos, que antes de comenzar el concierto se ven exigiendo dignidad y justicia, y dando visibilidad a las continuas irregularidades que se están cometiendo, en lugar de concentrarse para el ejercicio tanto físico como intelectual que supone ejecutar cualquier programa orquestal. Al acceder dentro del teatro la escena sigue siendo lamentable, viéndose sobre el escenario una desangelada orquesta que no llega a 50 músicos y una platea casi desierta.

El concierto se abre con la obertura 'Rosamunda' con la que el maestro José María Moreno consigue destacar el canto solemne y profundamente poético de los instrumentos de madera que la partitura presenta en su inicio gracias a una batuta expansiva y sensible, transmitiendo un profundo lirismo, tan característico de la obra de Schubert, y que contrasta rápidamente dejando paso a un Allegro de marcado estilo vienés y con un aire muy animado y juguetón que tanto director como orquesta, especialmente la cuerda en este caso, consiguen hacer suyos. A pesar de ser una pieza compuesta para una gran masa orquestal que cuenta con una completa sección de cuerda, entre otras cosas, la profesionalidad, la experiencia y el compromiso de los músicos que componen la OFM y que conocen bien la pieza pues ya la han interpretado en otras ocasiones, consiguen salvar una interpretación en la que auditivamente es difícil acusar la falta de plantilla. Algo que sin embargo no ocurre con la interpretación de la Novena Sinfonía en Do Mayor del compositor vienés, conocida como 'La Grande'. Aunque encontramos momentos bellísimos, como el inicio de la sinfonía con un tema en Do mayor ejecutado de manera brillante al unísono por las trompas o el solo de oboe del segundo tiempo o Andante interpretado con una sutileza exquisita, pronto se rompe esta falsa ilusión de orquesta al completo, algo que queda especialmente patente en los tutti orquestales, a los que les falta fuerza en los crescendo y que parece que van a desaparecer en los pianísimos, no por falta de talento de los músicos, sino porque las exigencias y necesidades de partituras pertenecientes al repertorio romántico son las que son y es algo que los gestores de la orquesta debería tener en cuenta.

El momento estelar de la noche fue el atípico Concierto para dos pianos de F. Poulenc interpretado por los solistas finlandeses Maria Mänikko y Pauli Kari, que cuentan con una personalidad artística poliédrica, demostrando un monumental virtuosismo que queda patente en los tempos más rápidos, llenos de fuerza a los que se suma la filarmónica, con una delicadeza y sensibilidad extraordinaria que podemos observar en el Larghetto, en el que podríamos decir que acarician prácticamente las teclas del piano, consiguiendo una interpretación rica en colores y llena de pasión.

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A pesar de la extraña y terrible situación que vive la Orquesta Filarmónica de Málaga y que habrá que ver cómo evoluciona en las próximas citas entre las que se encuentra el cierre de la XXV Temporada Lírica, conviene destacar el compromiso y esfuerzo de su plantilla de músicos que siguen apostando por mantener viva la formación, que ahora se enfrenta a la mayor crisis de su historia.

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