Un buen Saval
'Litoral' dedica un prodigioso número especial dedicado a la obra de su director, el gran maestro del 'collage' y de la poesía
Hace muchos años, tantos que si lo calculo suman algo más de 20, que un grupo de amigos y colaboradores de Tecla Lumbreras y Lorenzo ... Saval decidieron rendirle un homenaje con motivo de su despido como responsables del Área de Cultura de la Diputación y del Centro Generación del 27, respectivamente, convencidos como estábamos de que, si hay algo que se deba celebrar en esta vida, son las derrotas, las pérdidas y las destituciones. Este improvisado tributo se basaba en una fiesta sorpresa en la que se emitiría un falso documental de una hora de duración realizado por el cineasta Rafatal y por mí mismo. El argumento, bien dotado de delirio, se basaba en el misterio de la supuesta desaparición de Lorenzo y de Tecla, y los investigadores entrevistaban a una sucesión de colaboradores que lanzaban sus teorías respecto a la volatilización de los protagonistas, con ideas que iban desde la captación de una secta, un secuestro en la agitada noche de Torremolinos o la abducción extraterrestre. Una de las mejores intervenciones fue protagonizada por el escritor Paco Pedraza, que estará ahora en el cielo de los poetas y quien, ataviado con una peluca sintética, fumando sin parar y agarrado a su gintonic (combinado que él mismo bautizó como Marquesa de Larios) relataba una historia truculenta relacionada con una trama policial, lleno de entresijos, y terminaba diciendo: «Lorenzo es, en definitiva, un buen Saval».
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Salvando la distancia y el tiempo, la revista 'Litoral' ha querido emprender un emocionante homenaje a la obra y a la personalidad, porque siempre van juntas, del que viene siendo su director desde hace tantos años. Este prodigioso tomo, editado bajo el cuidado de Antonio Lafarque y Miguel Gómez, cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Málaga, tiene 320 páginas y abarca un periodo creativo de 47 años, de 1976 a 2023. El gran protagonista es el 'collage', que es la forma de expresión plástica que más se parece a la poesía. Y, como un poeta de las imágenes, estas composiciones sirven para aportar dosis de belleza, sentido del humor, ironía e inteligencia a este mundo convulso. Desde que partió de Chile a España en los años 70, Saval se ha rodeado de escritores, de artistas y de personas extraordinarias, como él, empezando por su compañera de viaje, María José Amado. Este caleidoscopio de maravillas, un 'Litoral' expandido, nos enseña el grueso de la creación plástica de este artista que ha entregado su talento a la prestigiosa revista de poesía formando una parte indisoluble de ella, de forma que resulte difícil imaginarla sin él.
Este volumen es uno de esos artefactos culturales que ofrece placer sólo por tenerlo entre las manos, está dividido en dos grandes secciones, Obras y Miradas, y ofrece textos de personas que habitan o han habitado el inagotable Universo Saval, como nombra Juan Manuel Bonet en su prólogo, y encontramos escritos de José Bergamín, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, José Antonio Mesa Toré, María Victoria Atencia, Rafael Inglada, María Eloy García, María Navarro, Luis Alberto de Cuenca y tantos otros, que le dicen muchas cosas bellas, le llaman el santo de todo lo salvaje, el instructor de transatlánticos, un amigo de las tijeras, aires de dandi con seseo de Chile, incansable creador de damas perversas y otros seres que habitan su imaginación, el Magnífico, el seductor, el hombre de los sueños. Lorenzo, un verdadero poeta, un buen Saval.
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