La Biblioteca Provincial endereza sus renglones torcidos

Después de 25 años en una sede alquilada, la aprobación esta semana del proyecto para su traslado a San Agustín coincide con su renovada y espoleada agenda de actividades culturales

Sábado, 13 de junio 2020

La Biblioteca de Babel que imaginó y escribió Jorge Luis Borges se componía de un número «indefinido, y tal vez infinito, de galerías ... hexagonales». En cada uno de los muros de esos hexágonos esperaban cinco anaqueles. Y «cada anaquel encierra treinta y dos libros de formato uniforme; cada libro es de cuatrocientas diez páginas; cada página, de cuarenta renglones; cada renglón, de unas ochenta letras de color negro».

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Esa sucesión de cifras de apariencia inventada y factura cabal recuerda mucho al destino de otra Biblioteca, la de Málaga, con sus 25 años en una sede alquilada; sus 192.123 referencias (a cierre de 2019) viviendo de prestado; sus diez consejeros regionales y once ministros incapaces durante un cuarto de siglo de encontrar una solución estable para un equipamiento cultural que ahora empieza a ver la luz al final de un largo túnel.

Y esa luz podría ser, por ejemplo, verde. Como la que recibía esta semana –siguiendo con la metáfora lumínica– el nuevo proyecto elaborado por los técnicos del Ministerio de Cultura y Deporte para convertir el antiguo colegio y convento de San Agustín en la sede de la Biblioteca Pública del Estado. El equipamiento, conocido de manera popular como Biblioteca Provincial, es de titularidad estatal y su gestión está transferida a la Junta de Andalucía, por eso el proyecto de reforma corre a cargo del ministerio. Y ese plan debe recibir el visto bueno final de la Comisión Provincial de Patrimonio (dependiente de la Consejería de Cultura), porque el edificio, cuyos orígenes se remontan la siglo XVI, cuenta con protección patrimonial y cualquier actuación en él requiere la aprobación previa de la comisión.

Con este proceloso escenario, conviene recordar que el proyecto de rehabilitación aprobado el miércoles y comenzado allá por 2018 sustituye un plan anterior que el ministerio (cuando pasó del PP al PSOE) consideró demasiado invasivo con el edificio. Ahora, el espaldarazo a la recuperación de San Agustín viene a coronar un notable cambio de ciclo que la Biblioteca Provincial ha consolidado en los últimos dos años desde su sede alquilada en la avenida de Europa. Coincidiendo con un relevo en la dirección de la entidad, la biblioteca decidió salir en busca del protagonismo perdido en la agenda cultural de la ciudad desde que abandonara la antigua Casa de la Cultura en la calle Alcazabilla en la década de los años 90.

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Las propias estadísticas de la Consejería de Cultura dan cuenta del vigoroso cambio de rumbo experimentado en la biblioteca malagueña, sobre todo en lo relacionado con la dinamización de su agenda de propuestas culturales. No en vano, entre 2012 y 2017 la institución malagueña se mantuvo como la biblioteca provincial andaluza que menos actividades promovió al año. El viraje llegaría en 2018, cuando registró 328 propuestas frente a las 196 del ciclo anterior. Y la tendencia se refrendaría en 2019 con 663 actividades; es decir, la Biblioteca Provincial malagueña ha duplicado su número de actividades culturales en un año y ha triplicado esa oferta en dos ejercicios, pasando en dos años de la última posición a la primera en el número de citas culturales organizadas por las bibliotecas provinciales andaluzas.

Además, el vuelo ascendente de la institución malagueña seguía este 2020 hasta que el Covid-19 paralizó toda la agenda cultural. Tanto es así, que es la biblioteca provincial andaluza con más actividades culturales realizadas en el primer trimestre del año (143), truncado en seco a mediados de marzo con la declaración del estado de alarma para frenar la propagación del coronavirus y el consiguiente cierre de las instituciones culturales. Hasta ese momento, la biblioteca malagueña ofrecía un dinamismo capitaneado por los cursos y talleres y por las jornadas y conferencias, que representan casi tres de cada cuatro (en concreto, el 72,02%) de las propuestas ofrecidas en sus instalaciones.

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Regreso al centro

Y si bien la biblioteca se va animando en la organización de clubes de lectura, cuentacuentos y presentaciones de libros, la institución malagueña despunta en la promoción de exposiciones. Con cinco montajes estrenados en dos meses y medio se sitúa al frente de la estadística en el ámbito andaluz durante el primer trimestre de este año.

Justo la ubicación de la Biblioteca Provincial en la periferia del circuito cultural de la capital, casi monopolizado por el centro histórico, planea como parte de la justificación a la hora de explicar que esta apuesta por la dinamización de su oferta cultural no haya encontrado un mayor eco entre el público. Porque la biblioteca malagueña (con 152.367 visitantes) representa apenas el 9,8% de quienes frecuentan estas instalaciones y queda a la cola regional tanto en el número de usuarios inscritos al cierre del año pasado (22.595), como en el registro de prestatarios activos (3.025), según las estadísticas de la Consejería de Cultura.

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Sin escatimar la parte de responsabilidad que en esa limitada respuesta de los usuarios corresponda a la escueta promoción que desde la administración regional se hace de las actividades culturales emprendidas por la Biblioteca Provincial, buena parte de las esperanzas en la recuperación de su protagonismo en la escena local llegan con su mudanza al casco antiguo. Allí espera una sede en pleno corazón del circuito artístico y cultural, a sólo unos pasos del Museo Picasso Málaga y la Catedral.

Y justo del lado de la basílica plantea el nuevo proyecto una imagen que espera ser la nueva «seña de identidad» de la futura sede de la biblioteca. Se trata del alzado previsto en la fachada de la calle Pedro de Toledo, donde el plan de recuperación prevé un mosaico a modo de celosías de cerámicas que representarían libros en sus anaqueles. Se trata de una de las actuaciones más llamativas en un proyecto que también contempla la instalación de una cubierta transparente sobre el patio central del inmueble para convertir esa zona en sala de lectura.

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Señas de identidad

El informe aprobado esta semana por la Comisión Provincial de Patrimonio también incide en la recuperación de las piezas de madera y los forjados del inmueble que presenten valor patrimonial y deja para un estudio específico la posibilidad de integrar los restos de la muralla fenicia como parte de la propuesta cultural de la futura sede de la biblioteca.

Y con los premisos previos ya resueltos, ahora queda por saber cuándo entrará el proyecto de la futura sede de la biblioteca en la fase de las realidades presupuestarias y, así, en las obras de reforma. El ministerio anunció en el otoño de 2018 que asumiría la rehabilitación sin sacarla a concurso para acortar los plazos de las obras y, por extensión, del traslado del equipamiento a su sede estable. Ahora la irrupción de la crisis sanitaria y su profunda derivada económica y social plantean una nueva incertidumbre a la larga lista de incógnitas que ha enfrentado la biblioteca.

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Sin embargo, puestos a tirar de optimismo, la biblioteca ya ha logrado algo casi tan complicado como el virus: el acuerdo entre administraciones para enderezar los renglones torcidos con los que se ha ido escribiendo la historia de la Biblioteca Provincial de Málaga.

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