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ÁLVARO SOTO
Domingo, 12 de febrero 2017, 01:40
Alfonso XIII reinó durante 28 años del siglo XX y, sin embargo, su figura está prácticamente olvidada. El franquismo le cubrió con un manto de silencio que la democracia no quiso quitar. El periodista, profesor universitario y escritor Vicente Clavero aborda, uniendo las herramientas de la historia y de la literatura, la vida del monarca desconocido en 'No esperes al rey' (Anantes).
«Por muchas razones, no es un personaje ejemplar», explica Clavero. Desde el punto de vista institucional, Alfonso XIII, ya destronado, «ayudó en lo posible al golpe del 36». En lo personal, la tormentosa relación con su mujer, Victoria Eugenia de Battenberg, sus amoríos, el más conocido con la actriz Carmen Ruiz de Moragas, y la hemofilia de algunos de sus hijos, de la que culpó a su esposa, hicieron de la suya una «familia desestructurada». «La familia Borbón tiene algunas singularidades y yo detecto ciertos paralelismos entre Alfonso XIII y su nieto Juan Carlos», señala el autor.
El libro de Clavero se centra en una etapa de la vida de Alfonso XIII, la del exilio. Los Reyes se separan el 14 de abril del 31, durante la proclamación de la República. «El rey está convencido de que la República será flor de un día y que en poco tiempo el pueblo reivindicará su regreso. Por eso no abdica, sino que 'suspende temporalmente' el ejercicio de su poder y por eso colabora todo lo posible en el golpe de Estado, convencido de que Franco le iba a reponer en el trono», relata Clavero. «Su sorpresa llega cuando Franco fue proclamado jefe del Estado el 1 de octubre de 1936 en Burgos. Ahí comenzó a darse cuenta de que los tiros no iban por donde él pensaba y sus esperanzas menguan», añade.
Tras la guerra, el franquismo se olvidó de Alfonso XIII. «Había dos cosas del rey que Franco no le perdonó nunca. Primero, que ayudara a caer la dictadura de Primo de Rivera en el 30. Segundo, que se fuera el 14 de abril sin oponer resistencia. Franco pensó que Alfonso XIII había dilapidado el trono y en su fuero interno, nunca pensó en devolverle el poder», cuenta el autor. Alfonso XIII murió en su exilio romano el 28 de febrero de 1941.
Sin embargo, Clavero recuerda que la biografía del monarca también guarda momentos positivos. Cita la creación de la Oficina pro-cautivos, institución «pagada de su bolsillo» que durante la Primera Guerra Mundial (España era un país neutral) buscó y rescató a víctimas del conflicto. Salvó a 70.000 civiles y 21.000 soldados, e intervenó a favor de 136.000 prisioneros, según algunas fuentes.
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