El Cantinero de Cuba: de Lagunillas a Kiev

Hay caras que te marcan, recuerda el autor. En Kiev apenas disponía de siete horas de luz natural, además del frío y de la lluvia. Tenía que encontrar el ritmo de trabajo, aunque había mucha incertidumbre porque, debido a la meteorología, no sabía si la pintura iba a secar y así mantener el ritmo de trabajo, recuerda Aryz al hilo de la pieza que ocupa toda una fachada de un edificio de cuatro plantas.

Y este no es el primer grafiti que inspira El Cantinero. Las calles de Lagunillas ya acogen otro retrato de El Chamorra, este bastante más realista, realizado por José Luis BorgArt, autor de varias piezas de arte urbano en el barrio malagueño. En el caso de Kiev, la obra inspirada en El Cantinero tiene como base apenas un dibujo preparatorio. Se fue haciendo sobre la marcha, confiesa Aryz, que a finales de octubre firmaba otro mural de grandes dimensiones, este en las calles del Soho, dentro de la sección del MAUS comisariada por Fer Francés.

Dos ubicaciones y dos estilos muy diferentes. Las primeras marcan los segundos, tal y como explica el autor. Para Kiev me habían pedido una obra más figurativa, que además se tiene que ver desde lejos, por lo que necesita una distancia adecuada. En Málaga la ubicación ofrecía menos posibilidades de tener esa perspectiva y opté por una obra más gráfica, que por otro lado es la línea de trabajo en la que ahora estoy metido, añade el artista, cuya obra puede verse en ciudades de Estados Unidos, Venezuela o Turquía.

Un afán viajero que esta misma semana tiene una nueva escala: Camboya. Hasta allí llegará, en el móvil de Aryz, el eco del cante callejero de Eduardo El Chamorra.