El CAC, durante la Noche en Blanco

Música para los últimos compases de la Noche en Blanco

Concerto Málaga, el piano en la plaza del Obispo y la Orquesta Andalusí comparten la banda sonora de la velada

Antonio Javier López

Sábado, 16 de mayo 2015, 19:57

Amansadas las fieras del hambre en cualquier terraza del Centro Histórico, el público se fue encontrando con la banda sonora de la Noche en Blanco ... casi detrás de cualquier esquina. La Orquesta Andalusí en la puerta del Centro de Estudios Hispano-Marroquíes, Concerto Málaga o los jóvenes al piano en la plaza del Obispo de la mano de la Fundación Musical Málaga son ya clásicos en la cita noctámbula, que enfila sus compases finales con animación en la calle pero menos marabunta generalizada que en ocasiones anteriores.

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Miguel Ángel López Carrasco, de 16 años, interpretaba el primer y el tercer movimiento de la Sonata nº 5 de Beethoven en la plaza del Obispo mientras la cola serpenteaba a la espera de entrar en Ars Málaga-Palacio Episcopal, en cuyo interior el Grupo de Cuerda Santa Cecilia ofrecía un repertorio de 'Música acuática', que para eso el mar era el eje central de esta Noche en Blanco a la que aún le quedaba fuelle hasta las dos de la madrugada.

Medio centenar de chicos y chicas de entre seis y 23 años se sentaron frente al piano blanco instalado frente a la fachada de la Catedral. Al otro lado del templo, apenas minutos después, sonaba otro piano con el Patio de los Naranjos atestado de público.

Otras olas, más lejos, llegaban desde Tabacalera. El marinero de la etapa del realismo socialista cobraba vida desde las salas de la Colección Museo Ruso y animaba a los visitantes que hacen cola a hacer justo eso, la ola. Le acompañan Catalina II y Sergei Diaghilev, los otros personajes del Museo Ruso encarnados por los actores que han animado, y mucho, la ya de por sí animada noche en la Colección Museo Ruso, que ha sorprendido a los escépticos con una más que concurrida afluencia de público.

Lo mismo sucedía las puertas del Museo Carmen Thyssen y en el interior de la Fundación Picasso, que al filo de la una de la madrugada seguía recibiendo visitantes para conocer su muestra 'Diálogos en papel. De Picasso a Ponç'. Pulseras luminosas para los visitantes más noctámbulos. Aún quedaban ganas de Noche en Blanco. Hasta que aguante el cuerpo. O, al menos, los pies.

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Un #mardelSUR orilla en la calle Larios

Lía tiene cuatro años, aún no escribe del todo, pero acierta a trazar su nombre, al que coloca un corazón a modo de firma. Su hermana Iria, de ocho años, compartía que, para ella, el mar, sobre todo "vacaciones". Iria y Lía acabavan de colocar sus gotas de agua en el mural de #mardelSUR, la actividad con la que SUR invita a los participantes en la Noche en Blanco a compartir sus impresiones sobre el asunto que protagoniza la octava edición de la velada cultural.

Más de 250 personas habían participado en apenas tres horas en la propuesta de SUR instalada en la confluencia entre las calles Larios, Strachan y Salinas. "Se trata de una invitación a compartir qué significa el mar para cada persona y, entre todas esas gotas, componer una ola interactiva y participativa", aclara Carlos Bahos, director artístico de #mardelSUR.

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"Calma, tranquilidad y paz" es el mar para Paula. "Vacaciones, diversión y relax" era para otra de las gotas que van cayendo en el mural del #mardelSUR, que ha servido como telón de fondo para las coreografías interpretadas por dos actores caracterizados como criaturas marinas.

Seres en un mar de experiencias reunidas en el #mardelSUR de esta Noche en Blanco.

La hora de las familias

Al caer el sol Poseidón daba la bienvenida a los visitantes al Centro Plaza Montaño, que un año más ganaba la baza del público en su apuesta por las actividades para toda la familia durante la Noche en Blanco. Degustaciones de recetas ecológicas marinas competían con la hamburguesería instalada en la cuesta de la calle Dos Aceras, donde el escenario esperaba la actuación de Sótano Sur. Casi a la misma hora, en el interior del centro social, una actuación de magia daría el relevo al cuentacuentos que finaliza puntual justo a las diez de la noche.

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"Todos los años venidos aquí, porque organizan actividades lúdicas, pero en las que los niños también aprenden mucho", explicaba Marisa Jiménez, vecina de la zona, que tiraba del carrito que lleva a Julián, de cinco años, mientras con la otra mano agarraba a Martina, de once años.

Antes de anochecer, el Eduardo Ocón también rozaba el lleno en la representación del clásico de Andersen 'La sirenita'. Y, entre una y otra escala familiar, los alumnos de la Escuela de Arquitectura de Málaga han vuelto a sorprender con sus instalaciones junto al Rectorado. En esta ocasión, la propuesta va 'Hacia la tempestad'. La pieza supera los 800 metros lineales y consiste en una suerte de laberinto que los visitantes deben surcar. Al principio, cada viajero recibe una pequeña botella vacía, a mitad de la travesía deberá abrirla y, dentro, encontrará una nota explicativa sobre la relación del hombre con el agua, la pólvora, la piedra y la arena. "La pieza plantea el mar como aventura", detalla José Antonio Vigara, alumno de la escuela que forma parte del grupo ganador del concurso de ideas para desarrollar la propuesta de Arquitectura durante la Noche en Blanco. Más de 30 estudiantes están pendientes de que todo funcione en una instalación desplegada hasta en tres calles distintas.

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Mientras, una paciente cola espera para ir 'Hacia la tempestad' de esta Noche en Blanco.

Algunas horas antes, Herminia Solís llevaba en el Centre Pompidou desde las siete de la tarde, una hora antes de que comenzase el pase gratuito. "Es la primera vez que vengo al museo. He leído lo de la Noche en Blanco, que se podía entrar gratis y que hoy estrenaban una exposición de Miró... Y me he animado", adelanta Herminia, que de aquí se irá para casa. "He venido sola y a mi edad...", confiesa esta animosa visitante.

Herminia era la primera de la larga lista que incluso antes del comienzo oficial de la Noche en Blanco ya flanquea el Pompidou malagueño, convertido en protagonista de los primeros compases de la velada cultural. Antes de las nueve de la tarde, cuando en la Noche en Blanco aún es de día, la hilera para conocer el Pompidou llegaba hasta el Paseo de los Curas.

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Una pareja de novios se hacía las fotos de rigor mientras una pandilla de amigos comparten camiseta con el lema 'Je suis Pablo' en lo que parece el principio de otra larga noche, esta de despedida de soltero. Puntual en su primer pase, Janet Rühl ofrece la primera entrega de 'La pieza blanca', un montaje de danza en el que mueve una cola de cinco metros como una mariposa sus alas. Lo hace junto al Cubo decorado de colores por el artista Daniel Buren. Una obra que es ya el icono representativo del Pompidou, cuyos responsables han tenido que acortar la 'parada técnica' que tenían prevista de ocho a ocho y media de la tarde para que la cola de espera para entrar al museo no ganase más terreno a la paciencia de los visitantes.

Estas eran las primeras colas en Muelle Uno, donde los más pequeños jugaban a policías y ladrones en 'La Redada', la actividad que recreaba mediante juegos el ambiente clandestino de los puertos de antaño. Los pequeños se dividieron en buenos y malos y a la pequeña Andrea, de nueve años, no le gustó demasiado el papel que le había tocado en suerte. Su sonrisa pícara le delata. Quería estar del lado de los estraperlistas. Otra vez será.

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El mar, el tema central

Desembocan los ríos en el mar y ya que el mar es el tema central de la Noche en Blanco, los primeros ríos de gente empiezan a formarse en las calles del centro de la capital y las colas para entrar al Centro Pompidour casi llegan al Paseo de los Curas. Más de 180 actividades gratuitas y seis horas por delante aguardan a quien quiera sumarse a la octava edición de la cita noctámbula, que promete sumar a sus escenarios habituales (con la calle Larios como epicentro) el protagonismo de la zona portuaria.

Allí aguarda su primera Noche en Blanco el Centro Pompidou Málaga, como la Colección Museo Ruso en Tabacalera. El primero brinda estrena además su primera exposición temporal, Miró. Obra sobre papel 1960-1978 que también podrá visitarse de manera gratuita mañana y el lunes, con motivo en esta última ocasión del Día Internacional de los Museos.

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Junto al Pompidou, la dársena portuaria ofrece como reclamos la visita al Museo Alborania, la recreación titulada La Redada sobre el ambiente clandestino de los antiguos puertos, un showcooking en el Restaurante José Carlos García, un espectáculo de danza vertical junto al Cubo, proyecciones sobre las paredes blancas de la Farola o una marina que elaborarán varios artistas como una obra colectiva.

Con las entradas agotadas para las visitas guiadas a la Alcazaba, el Paseo del Parque, el Cementerio Inglés y el ensayo de una ópera en el Cervantes, quien quiera sumarse a la Noche en Blanco tiene como propuestas menos masificadas el taller de creatividad en la plaza del Pericón (en la zona de Pozos Dulces, de 20.00 a 23.15 horas) o las degustaciones de recetas marinas en la plaza de Montaño (a las 21.00 y a las 21.45 horas).

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A los más pequeños les espera una yincana infantil en la calle Alcazabilla y sesiones de caracterización en sirenas y animales marinos en Tomás Heredia. La plaza de Félix Sáenz promete convertirse en un antiguo balneario, La Coracha quedará sumergida bajo el mar y el edificio del Rectorado partirá Rumbo a la tormenta en otras propuestas de una nueva Noche en Blanco.

Una cita en la que volverá a participar SUR con la actividad #MardelSUR. Sobre un panel de cuatro metros de largo por dos y medio de ancho, los viandantes que se acerquen a la confluencia entre las calles Larios y Strachan podrán dejar sus deseos y reflexiones para formar un mar interactivo en esta Noche en Blanco.

La ocasión que servirá, además, para levantar el veto, aunque sea por una noche, de la música en el metro. Así, la estación El Perchel será el escenario donde diferentes agrupaciones musicales formadas por alumnos y profesores del Conservatorio Martín Tenllado pondrán la banda sonora a la velada. Será a las 21.00 y a las 21.45 horas. Mientras tanto, en otros muchos lugares de la ciudad, esperarán otras citas. Habrá que elegir.

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