Grenier ha inaugurado en el Museo Picasso un seminario sobre el ‘producto cultural’.

Catherine Grenier: «Un museo no se puede convertir en Disneyland»

La exresponsable de Mundialización del Centro Pompidou cree que el carácter provisional de la sede en Málaga es lo más «razonable» ante la falta de experiencias previas

Regina Sotorrío

Lunes, 20 de octubre 2014, 01:23

Todo lo que suena a Pompidou en Málaga despierta interés. Basta que aparezca esa palabra de refilón para que el proyecto de abrir en la ... ciudad la primera sede del centro galo fuera de Francia monopolice el debate. El pasado viernes volvió a ocurrir. Visitaba Málaga la directora de la Fundación Alberto et Annette Giacometti, Catherine Grenier, experta en el papel de los museos en la época actual, comisaria de importantes exposiciones, autora de libros... Y ojo: hasta principios de este año, responsable de los programas de Investigación y Mundialización del Centro Pompidou. Grenier inauguraba el viernes en el Museo Picasso el seminario Interpretando el presente del producto cultural, pero minutos antes atendía a la prensa para hablar más de lo que ella querría del museo galo.

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Se refería en todo momento a la sede «provisional» de Málaga, un matiz importante que no trascendió hasta la presentación del proyecto en París el pasado septiembre. Para Grenier tener un tiempo límite es lo más «razonable». «A largo plazo es difícil saber si esto puede funcionar o no porque no hay experiencias», argumentó. En su opinión, cuando se establece un equipamiento cultural éste debe trabajar para obtener sus propios recursos. «Málaga podría crear su propio museo o trabajar con otros museos después», valoró. Reconoció no tener constancia del acuerdo con Málaga hasta fechas recientes: en el Pompidou trabajan unas 1.200 personas «y las responsabilidades están muy separadas», justificó. Y añadió: «Creo que el Pompidou ha buscado distintos parteners y el acuerdo con Málaga ha sido el primero en cerrarse». En cualquier caso, aseguró que una sede del centro de arte contemporáneo supondrá «un estímulo» para la ciudad.

Cuestionada sobre el riesgo de que la principal motivación para abrir pinacotecas y sedes sea la económica, Grenier dejó claro que un museo es «un lugar de referencia para comprender mejor el mundo y el arte». «No puede ser solo un dispositivo puesto al servicio del turismo para acabar considerándose a sí mismo como un Disneyland, como un lugar únicamente para la diversión», aclaró.

Experta en la mundialización de los centros de arte, la directora de la Fundación Giacometti advirtió que detecta un proceso de expansión «muy uniforme en el que ha desaparecido la noción de centro y periferia». Un fenómeno que ha permitido visibilizar a artistas de Europa del este, Europa del sur y Latinoamérica. No cree que detrás haya una actitud «neocolonialista» pero, en cualquier caso, explicó que lo mejor para «frenar esa tentación es inscribirse en una red de verdadera colaboración con museos del mundo».

Grenier debatió en Málaga sobre ¿Cultura popular versus cultura ilustrada?. Consideró crucial analizar las razones por las que un museo es hoy «más popular que hace 20 años». «El público es capaz de aguantar dos horas de colas para ver una exposición», valoró. Crecen los visitantes y también su interés por «entender»: «Cada vez piden más materiales didácticos», señaló. En su opinión, los centros de arte llegarán más al ciudadano cuanto más universal sea la cultura que defienden que todos puedan sentirse representados y más se acerquen a los museos de civilización. «No vale solo con mostrar el arte, también hay que ensañar lo que ha sucedido en ese mismo tiempo», argumentó.

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El seminario en el Picasso, coorganizado junto a la Universidad Internacional de Andalucía, continuó este fin de semana con el Premio Nacional de Diseño Nacho Lavernia; el director de Camper, Mikel Fluxá; y la profesora de IE Business School, Rachida Justo.

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