Una clase en la sala Barrio Salsero.

Cómo ser el rey de la pista en bailes latinos

Málaga cuenta con múltiples alternativas para aprender salsa, bachata o merengue, pero no bastan las clases. Hay que practicar mucho con diferentes personas para dominar estos estilos

M. Ángeles González

Domingo, 6 de julio 2014, 03:58

Academias, gimnasios, salas de baile, pubs, colegios, asociaciones de vecinos, clases particulares... Las opciones para aprender a bailar ritmos latinos en Málaga son múltiples, y ... a precios variados. También hay quien lo intenta a través de plataformas como Youtube, en la que pueden descargarse cientos de vídeos de personas de todo el mundo que muestran sus dotes ante la cámara de forma didáctica, o con revistas, libros o manuales sacados de Internet. Las alternativas son muchas, pero en el fondo todos, o la inmensa mayoría, persiguen un objetivo: llegar a ser el rey de la pista o al menos poderse defender cuando suena una bachata, una salsa, un merengue o un cha cha chá. Hay, claro está, quien se mete en este mundo por otras motivaciones más simples, como ligar. O personas que quieren perder peso, buscan conocer gente nueva o sencillamente olvidarse del mundo durante unos minutos u horas. Muchos de ellos acaban enganchándose a los bailes latinos, tal vez más de lo que hubieran imaginado en un principio.

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Entonces descubren que moviendo su cuerpo al ritmo de la música es la única manera en la que pueden expresarse con libertad, sin pensar en ningún problema. Se convierte en un estilo de vida, como señala David Ariza, monitor en varias salas de la capital (Barrio Salsero y Merecumbé), que dio sus primeros pasos en esta materia hace más de una década. Él, como otros compañeros, insiste en que las clases son importantes, pero no suficientes. Hay que practicar lo que se aprende, cuanto más tiempo, mejor. Y no siempre con la misma pareja, como apunta Jesús Carmona, propietario del club de baile Muévete Málaga, que abrió sus puertas hace unos meses en la zona de Santa Paula (calle Realenga de San Luis). Estos dos profesionales de escuelas de baile ofrecen las claves para dominar los ritmos llegados de Latinoamérica, a los que recientemente se ha sumado la kizomba, de origen angoleño pero que empieza a enseñarse en las salas de baile malagueñas.

Clases

En las escuelas de baile se imparten clases de ritmos latinos en varios niveles, desde el inicial al avanzado, y en diferentes horarios. Suelen ser dos días a la semana, pero también los hay intensivos los fines de semana. Los precios van de los 25 a 35 euros mensuales por persona, aunque suele haber promociones de 2x1 al comienzo de los cursos, como explica Carmona, que advierte de que al no existir ninguna titulación homologada, puede haber monitores dando clase sin estar preparados para ello.

¿Solo o en pareja?

No es necesario tener pareja para apuntarse puesto que durante las clases ellos o ellas van rotando cada pocos minutos para aprender a bailar con diferentes personas, adaptándose a las distintas formas de moverse, llevar o ser llevada (el chico es el que lleva a la chica).Según el propietario de Muévete Málaga, que lleva 15 años en la profesión, cuando bailas siempre con la misma pareja se crean vicios y al cambiar ya no sabes defenderte. También se pueden coger malos hábitos si se aprende a bailar sólo viendo vídeos de Internet porque nadie corrige.

Atuendo

David Ariza, profesor en Barrio Salsero (Avenida de Los Guindos) y Merecumbé (calle Alfredo Corrochano), defiende que hay que ir vestido como uno se sienta más cómodo. Si por ejemplo no usas nunca tacones, mejor zapatillas y viceversa si solo vas a bailar social, indica. No obstante, puntualiza que lo mejor son los zapatos de baile por la comodidad y libertad de movimiento al pie y porque te obliga a trabajar la punta. Su precio medio es de 100 euros, aunque pueden conseguirse más baratos inscribiéndose en eventos que se organizan con talleres de baile durante varias horas. Cada participante paga unos 45 ó 50 euros y se lleva los zapatos de regalo. En cuanto a la ropa lo mismo, pero siempre es mejor que sea cómoda, con sensación de aire, pero ahí también influye la incomodidad o no de, por ejemplo, una falda que se levanta demasiado en los giros.

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¿Cuánto se tarda en aprender?

Según Ariza, es muy relativo y depende de cada persona. Hay quien tiene mucha facilidad y en meses pueden dominar un estilo concreto, y otros que necesitan años para lo mismo. A pesar del tiempo que llevo enseñando, muchas veces me encuentro con alumnos que me sorprenden, dice. Como observación personal, añade que por regla general los hombres tardan un poco más en aprender. Jesús Carmona, por su parte, afirma que para poder defenderse en salsa y cha cha chá se necesitan unos seis meses como mínimo, mientras que para la bachata y el merengue con dos puede ser suficiente.

Ambos coinciden en que es fundamental practicar y salir a bailar con frecuencia. Con las clases nunca es suficiente, donde realmente se aprende a bailar es en la pista; en la escuela tienes los conocimientos, pero después hay que ponerlos en práctica, dice este empresario, que lanza un mensaje positivo: Con constancia y esfuerzo todo se consigue. Eso sí, quien lleve al menos el ritmo tiene un paso ganado, y si da un básico con la misma naturalidad que camina, es otro punto a su favor, según Ariza.

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La salsa es la modalidad más complicada por dar más libertad de movimientos y por sus distintos estilos, que son muchos, añade Ariza, que afirma que siempre hay figuras que aprender porque constantemente se están fusionando estilos, además de que hay profesores creativos que no paran de generar figuras nuevas manteniendo las bases. Una vez alguien me dijo que 'cuanto más aprendes, menos sabes', y con los años lo entendí, dice.

Edad

No hay una franja de edad determinada ni recomendable para aprender a bailar. David Ariza, por ejemplo, ha dado clases a alumnos desde los 14 años hasta los 60. Es de las cosas más bonitas que tiene el baile, que hay una fusión de edades y es capaz de unir gente joven con gente mayor, apunta Carmona. En cuanto al sexo, aunque ganan las mujeres, cada vez hay más hombres que bailan.

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Gente sana y buen ambiente

Son otras de las cualidades del mundo del baile latino, según dicen quienes forman parte de él. No faltan los cumpleaños salseros, con ruedas cubanas, o las paellas de fin de semana en las que se favorece la convivencia. Como dice Ariza, por suerte hay mucho más positivo que negativo.

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