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CAMILO LÓPEZ VEGA
Martes, 26 de febrero 2019, 00:08
El mundo mágico de Harry Potter ha traspasado la frontera de la ficción para convertir parte de este en realidad. Tanto es así que J. K. Rowling, escritora de la saga de libros y películas del joven mago, ha visto cómo el deporte que creó se ha convertido en una disciplina que poco a poco se ha ido haciendo hueco en nuestra sociedad. El quidditch quiere asentarse en este ámbito, y el Malaka Vikings es el ejemplo a seguir: el equipo malagueño fue el primero en formarse dentro de Andalucía, siendo uno de los pioneros en España.
El origen de este deporte, fuera de los libros y las pantallas, se remonta a Estados Unidos, cuando en 2005, los universitarios norteamericanos tuvieron la idea de intentar imitar de la forma más real posible el quiddicth. Desde entonces, la disciplina mágica ha ido creciendo en todo el mundo. En España ocurrió de la misma manera, pero 10 años más tarde. Desde 2015, cuando nació la Asociación de Quiditch de España, se practica este deporte.
El Malaka Vikings (en Facebook Malaka Vikings Quidditch) no solo tiene el honor de ser el primer equipo andaluz, sino de poseer una capacidad competitiva enorme, como así lo demuestran sus grandes logros: campeones del primer y segundo Torneo Andaluz (2015 y 2016, respectivamente); campeones I Copa Región Sur (2017); terceros en la copa de España 2016 (Rivas) y 2018 (Azuqueca de Henares); entre otros títulos que ya lucen en sus vitrinas.
El último logro del equipo fue la medalla de bronce lograda en el Campeonato de España de 2018, que les llevará a la European Quiditch Cup Division 2, la segunda mayor competición de este deporte a nivel europeo, que se celebrará en Varsovia (Polonia) el fin de semana del 13 y 14 de abril.
«El objetivo en este campeonato es que la gente vaya a disfrutar del torneo, aunque no es fácil de ganar. Entonces quiero que todos disfruten, que aprendan cosas de los otros equipos, que se fijen en jugadas, que mejoremos todos», afirma un ilusionado Xim, entrenador del Malaka Vikings, que a su vez es jugador y capitán del conjunto.
Parte de este mérito corresponde a la UMA, que en 2016 cedió al Malaka Vikings el campo de césped artificial para que el equipo pudiese entrenar todos los sábados por la mañana. A cambio, el conjunto malagueño aceptó organizar el Trofeo Rector (que inició su andadura en 2017) en la categoría de quidditch, que basa más su participación en promocionar el deporte que en ganar. «Nosotros en el Trofeo Rector nos dividimos en distintos equipos para ayudar a los que se inician en el deporte, como profesores. Nos importa más la inclusión de esta disciplina y que llegue a la máxima gente posible que el torneo en sí», explica su presidente, Salvador Mignorance.
Las reglas del quidditch son sencillas: la primera y principal es que cada jugador debe llevar una escoba(o un palo de pástico, en su defecto) entre las piernas. Cada equipo tiene 7 jugadores: 3 son cazadores, que intentan meter el balón en los aros, defendidos por un guardián en cada equipo. Luego están los golpeadores, que se dividen en dos por conjunto, los cuales intentan lanzar una pelota de 'dodgeball' a los cazadores contrarios para neutralizarlos, como si del juego tan popular del balón prisionero se tratase.
Por último, está el buscador: este intentará adelantarse al del equipo contrario para atrapar la 'snitch', que es una pelota de tenis atada en la parte posterior de la cintura de un árbitro escondido fuera de los límites del campo. Por lo tanto, los buscadores intentarán encontrar al colegiado lo más rápido posible.
El quidditch tiene muchas peculiaridades, pero entre ellas, la que más destaca, es la realización de 3 deportes en uno solo. Irene Ferrán, jugadora del equipo, lo explica: «Prácticas balonmano por la forma que tenemos de usar el balón; rugby, ya que tiene métodos de placaje; y un poco de balón prisionero cuando los golpeadores intentan neutralizar a los cazadores».
Este deporte, aunque haya avanzado tanto mundialmente los últimos años, no está lo suficientemente globalizado como para que se pueda vivir de él. El Malaka Vikings no depende de terceros para subsistir economicamente, sino que sus propios jugadoresson los que llevan a cabo distintas actividades para ayudar en este aspecto al equipo.
«Tenemos ahora mismo un 'crowdfunding' para los gastos que podriamos tener en la EQC y puede que nos den alguna ayuda. También estamos vendiendo algunas papeletas para ciertos sorteos, vamos haciendo cosas para ayudar lo máximo posible en el equipo. También comercializamos 'merchandising' en distintos eventos y tenemos unas cuotas para ser socios del equipo», afirma su presidente.
Otro de los problemas que encuentra el equipo es que, a pesar de ser una modalidad deportiva y ellos un equipo reconocido, el quidditch en España tiene Asociación (AQE), pero no es todavía Federación. Esta situación provoca que los jugadores no puedan acceder a algunos privilegios, como ser reconocidos deportistas de alto rendimiento u obtener becas.
Esta nueva disciplina, no solo ha superado la barrera de la ficción, sino también la de los prejuicios, siendo el deporte más inclusivo del mundo. Aquí existen los géneros y no el sexo. Su entrenador Xim, lo explica: «El quidditch no se dividie por sexos, sino por géneros: masculino, femenino, no binario y agénero. Entonces tú como te sientas realmente, puedes inscribirte con el género que deseas». Esta normativa es un avance muy grande en el ámbito deportivo, convirtiendo al quidditch en el único deporte que permite estas opciones en el mundo, comenta.
La dureza no parece, a priori, una característica de este nuevo deporte , pero el técnico, entre risas, replica esto: «A mí me gustaba mucho Harry Potter, pero yo me enamoré del quidditch cuando en mi primer partido me placaron y me fracturé dos costillas, y fue como 'esto es lo que a mí me gusta de verdad'». Más de uno se olvidaría del quidditch al poco tiempo, pero el amor y el compromiso por este deporte mágico conviritó a Xim en una referencia dentro del equipo.
No sabemos qué deparará el futuro para el quidditch, lo que hay seguro es que el Malaka Vikingse hará todo lo que esté en su mano para que siga creciendo. Y, por qué no, hacer un gran papel en futuros campeonatos internacionales.
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