«El liderazgo de la mujer es fundamental para el desarrollo de la sociedad»

Un año más, el mes de febrero se ha convertido en el escenario de un nutrido cartel de actividades preparadas en torno al 11 de febrero, 'Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia', con una oferta donde hay cabida para todo tipo de público y de formatos: centros escolares, estudiantes o sociedad general podrán acceder a talleres, charlas, tertulias o concursos.

«La conmemoración de esta fecha parte del 15 de diciembre de 2015, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia», explicó la vicerrectora de Igualdad y Política Social, María José Berlanga Paloma. Desde entonces, anualmente, centros educativos e instituciones españolas se han sumado a este encuentro orientado a lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, la igualdad de género y el empoderamiento femenino.

De este modo, a través del Servicio de Publicaciones y Divulgación Científica, de la mano de los Vicerrectorados de Investigación y Divulgación Científica y el de Igualdad y Política Social, la Universidad de Málaga ha lanzado una programación orientada a promover y visibilizar la labor que realizan las investigadoras, así como a incentivar la aproximación de las estudiantes a la carrera académica. Las actividades arrancaron el pasado miércoles, 7 de febrero, y se extenderán hasta el día 22 de este mes.

Asimismo, el lunes 12 de febrero tuvo lugar el acto institucional para conmemorar la efeméride, que se celebró en la Facultad de Ciencias de la Educación, con la presencia de catedráticas, estudiantes predoctorales e investigadoras de la UMA.

El acto comenzó con unas palabras del recién nombrado rector de la Universidad de Málaga, Teodomiro López Navarrete: «Tal vez el nombre del día no haya sido el más afortunado, porque se centra mucho en las STEM (ciencia, ingeniería, biología y matemáticas) pero no se cae en quienes hacen ciencia, que son todas aquellas mujeres que estudian disciplinas como derecho, letras, salud o cualquier otra».

Recalcó que todos deben poner énfasis en no dar una imagen de lo que se entiende tradicionalmente por científica, sino que una investigadora de humanidades «por supuesto que hace ciencia».

El anfitrión de la jornada, el decano en funciones de la Facultad de Ciencias de la Educación, Antonio Ortiz Villarejo, suscribió las palabras del rector y añadió: «Para nosotros es un orgullo acoger este acto porque es una facultad de mujeres, existen un número importante de alumnas, de personal docente, de servicios, pero lo importante no es el número sino la labor que realizan».

El decano en funciones aseguró que todos están comprometidos con la igualdad y que como profesor de matemáticas es muy consciente del problema en la educación con la brecha de género.«Hay una imagen estereotipada del investigador en la ciencia, de la escasa visibilidad que se les da a las compañeras en estos ámbitos y la necesidad de políticas laborales que permitan la conciliación. Por ello, la necesidad de esta jornada».

«Queda asumido que el liderazgo de la mujer es fundamental para el desarrollo de las naciones, la creatividad y la sociedad. Quiero unirme a aquellas mujeres que no se sienten del todo representadas en este día, el techo de cristal es común para todas», manifestó María José Berlanga.

Además, la vicerrectora señaló que hay un cambio de tendencia generalizado a nivel nacional y cada vez existen más mujeres investigadoras y científicas, pero se debe seguir trabajando. «Me dirijo a las más jóvenes, si creemos que estamos capacitadas para algo, ese algo debe ser conseguido».

Por su parte, el vicerrector de Investigación y Divulgación científica, Antonio José Morales Siles, expresó que la brecha de género en el mundo de la ciencia empieza a partir de los siete años. Un hecho que la delegada territorial de Inclusión Social, Familiar e Igualdad, Ruth Sarabia, ratificó: «Es llamativo que cuando se preguntan a las niñas que quiénes son los más inteligentes y ellas responden los niños sucede a partir de los siete u ocho años».

Sarabia recalcó que los roles de género continúan y por eso, intentan trabajar a partir de los siete años, «porque ni el 2% de las niñas se plantean trabajar en una profesión científica». «Los referentes no pueden ser influencer, ni famosas del corazón, esos referentes tenemos que darlos desde la universidad pública, mujeres que han triunfado en lo más alto», afirmó.

En las universidades andaluzas el 60% de los estudiantes que entran son mujeres, sin embargo, los datos de catedráticas descienden de forma brusca. Asimismo, el 33% de las investigadoras cobran menos que sus compañeros, según comentó la delegada.

«Esto es una carrera de todos, los hombres tienen que estar a nuestro lado. En los últimos años se ha avanzado mucho, pero ¿cuánto nos queda? Muchísimo. Parece que nos queda un mundo pero si miramos la generación de atrás, es un salto muy importante», sentenció Sarabia.

La celebración del día de la Mujer y la Niña en la Ciencia prosiguió con una mesa redonda moderada por Laura Domínguez de la Rosa, en la que catedráticas y estudiantes predoctorales compartieron confidencias, vivencias e inquietudes.

La catedrática de Filosofía y Letras, María Jesús Perles Roselló, expuso su disconformidad ante la falta de conciliación laboral y familiar: «Lo primero que hay que solucionar es la conciliación. A esto no te puedes enfrentar tú sola, te sientes peor cuando dejas desatendido a tu hijo, te sientes mala madre». Además, a esto le sumó: «La carrera de investigador es precaria hasta que prácticamente eres catedrático. Entonces, ¿cuándo es el momento en que puedes tener hijos? Necesitamos apoyo».

Las estudiantes corroboraron la inestabilidad económica que sufren, que en ocasiones en la investigación, hay meses sin contratos y por lo tanto, no perciben ningún tipo de salario. Y constantemente escuchan discursos sobre que sólo los mejores expedientes obtienen una beca.

La catedrática de Derecho, Cristina Monereo Atienza, narró su experiencia como madre de familia numerosa e investigadora: «Tengo 4 hijos. Tenía claro que era ambiciosa pero también quería tener hijos. He llegado a estar embarazada de muchos meses y acumularme toda la docencia en un semestre para no perder ni una hora».

Una situación similar la de Alicia Rivera Ramírez, doctora en Ciencias Biológicas: «Planificaba la tesis con mis becarios en mi casa mientras le daba el pecho a mi hijo. Ahora me río, pero es muy triste, yo me he enfadado conmigo misma, porque con la edad digo, ¿por qué he tenido que hacer esto? ¿cómo está estructurado el mundo?».

Mercedes Fernández Parada es actualmente doctora en Historia y profesora titular del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Málaga y dijo sentir el 'complejo de viajante': «Vas a un congreso que dura dos horas y como quieres volver pronto estás 10 horas de viaje».

Fernández también quiso mostrar una parte más positiva de su trabajo: «Muchas veces me he llevado a mis hijas, con los años ves que ha sido una experiencia enriquecedora. Por ejemplo, dentro de 10 días cubriré una baja de profesora titular y como es semana blanca mi hija vendrá conmigo».

A las futuras generaciones investigadoras les aconsejó: «Al final el recorrido es algo más que profesional; cuando en la vida hay algo te apasiona se debe tener disciplina y sacrificio». Y subrayaron la importancia del apoyo social y rodearse de personas que las apoyen y valoren personal y laboralmente, sin competiciones.

Por su parte, las estudiantes predoctorales reconocieron que en un principio no tenían claro su futuro, algunas de ellas ni siquiera cursaron asignaturas de ciencias, pero con el paso del tiempo se dieron cuenta de cuál es su motivación. En los momentos más duros, se estimularon viendo los cambios que se produjeron en la sociedad gracias a sus investigaciones.