«Hemos conseguido algo complejo con un sistema sencillo»
Proyecto. Los laboratorios de Bionand han encontrado la clave para mejorar de forma significativa la bioimagen en el campo de la medicina. El estudiante de química de la UMA Carlos Benítez explica el proceso
EVA SÁNCHEZ NAVARRO
Martes, 24 de noviembre 2020, 00:02
Un nuevo proyecto para mejorar el campo de la bioimagen ha surgido desde los laboratorios de Bionand, a partir de una tesis doctoral del estudiante de química de la Universidad de Málaga Carlos Benítez. Mediante los estudios que están realizando buscan mejorar este campo de la medicina, el cual se dedica a crear imágenes del cuerpo humano con propósitos clínicos.
La ciencia surge de la imaginación y del conocimiento. «La idea del proyecto surge de colaboraciones y de hablarlo con otros. Simplemente del flujo de conocimientos entre personas expertas en distintos ámbitos que estaban relacionados, como somos nosotros, la Universidad de Huelva y la Universidad Chalmers University of Technology, en Suecia» comenta Benítez.
La finalidad del proyecto es mejorar el campo de la bioimagen mediante el diseño de moléculas cromóforo, es decir que generan color. Estas moléculas tienen que contar con dos propiedades fundamentales, absorber la luz y la fluorescencia, esta es la capacidad de la molécula de devolver luz cuando le proporcionas luz. «Yo siempre resumo mi trabajo con una palabra: luz. Dar luz para recibir luz», sentencia Carlos Benítez. Pero este proceso no es sencillo, pues los químicos buscan que estas moléculas irradien luz de una forma particular. «En vez de darle la cantidad necesaria le damos dos dosis. Esto sería, por ejemplo, en vez de darle una pastilla de un gramo de paracetamol le damos dos de medio gramo, pero a la vez. Parece que es lo mismo, pero no lo es. No es lo mismo que irradies con luz ultravioleta, la cual es dañina, a que lo hagas con una luz con mayor longitud de onda», explica. El proyecto se basa en poder introducir las moléculas en las proteínas que quieren detectar. «Toda proteína tiene un hueco, la cuestión es lo que puede encajar en él. Entonces, a través de cálculos teóricos diseñamos distintas moléculas que puedan funcionar en esas condiciones y que se puedan acoplar en esos huecos», continúa.
«Yo siempre resumo mi trabajo con una palabra: luz. Dar luz para recibir luz»
El diseño del proyecto se centra en acoplar dos procesos que se basan en la absorción de fotones, todo para dosificar la energía. Estos se fundamentan en elegir los flourósforos, el componente que hace que la molécula sea fluorescente, y que esta sea de un tamaño muy reducido para que se adapte a la proteína. Lo que han conseguido en Bionand es obtener una imagen más detallada de lo que quieres observar. «Cuando tu irradias un punto con un microscopio lo que ves es una 'lonchita', y con este tipo de sistema hemos conseguido reducir el espacio entre 'loncha' y 'loncha'», aclara el químico. Esta precisión también ha hecho posible una reconstrucción tridimensional más detallada.
En estos momentos se encuentran en el proceso de diseño de las moléculas con las capacidades que permitan llevarlo a la práctica, para que así pueda ser usado a la hora de realizar diagnósticos o estudios biológicos.
Primeras pruebas
Los investigadores están estudiando este tipo de diagnósticos con distintas enfermedades, aunque algunos procedimientos están más avanzados que otros, entre ellos, el químico comentó algunos estudios sobre el alzhéimer. «En este caso hay un tipo de proteína que está presente incluso décadas antes de que aparezcan los primeros síntomas de esta enfermedad, la amiloide. Podríamos ser capaces de detectar esta enfermedad de forma muy sensible, es decir, con mucha fiabilidad, muchos años antes», detalla Carlos Benítez. Para poder llevar esto a cabo sería necesario diseñar una molécula basada en este principio y acoplarlo a este sistema. Para ello, en el ámbito de la medicina se necesitaría fluorescencia, esta sería una luz similar a las de la discoteca. No existen equipos, pero Benítez aclara que sería como una resonancia, cambiando los rayos X por esta fluorescencia. «Los seres humanos somos transparentes a la luz roja, si nosotros acercamos nuestro dedo a una fuente de luz normal, el color que irradiamos es el rojo, ya que absorbemos el resto de longitud de ondas menos el rojo. En teoría nosotros somos trasparentes a la luz roja, con lo cual podemos llegar a donde queramos. Eso es un poquito lo que hacemos aquí», plantea Benítez.
Para este estudio cuentan con proyectos tanto nacionales como de la Junta de Andalucía. Aún no existen datos de cuando se obtendrán resultados de estos estudios, aunque el químico estima que unos dos años como mucho. Pero se esperan resultados favorables, de hecho el proyecto ha sido publicado en 'Journal of the American Chemical Society', una publicación científica revisada, la cual cuenta con un gran prestigio y renombre. Carlos Benítez confiesa que la publicación fue 'sencilla', ya que cuando se animaron a enviarlo todo estaba cerrado y tuvo una buena aceptación.
También comenta que esto puede ser una puerta a nueva financiación o incluso proyectos basados en esto, ya que han demostrado la teoría. Pero lo que más resalta es que puede atraer a nuevos colaboradores. «No todos sabemos de todo y siempre hay alguien que tiene una idea. Este proyecto nace de la colaboración y necesita colaboración para que siga andando. Hemos conseguido algo complejo con un sistema sencillo. Lo importante no radica en la complejidad sino en el como, pequeños experimentos sencillos a priori pueden dar lugar a un gran resultado», añadió.
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