La Mancomunidad fractura al PSOE de Málaga
Análisis político ·
Las negociaciones sobre el futuro gobierno del ente supramunicipal evidencian una división interna del PSOE, donde aumentan los críticos con la gestión del secretario provincialVienen tiempos complicados para el PSOE de Málaga. De nada parece haber servido que las matemáticas y, sobre todo, las carambolas hayan permitido al partido ... mantener cierto poder municipal tras las elecciones del 26 de mayo. No obtuvieron las grandes plazas de Málaga, Marbella y la Diputación, pero en cambio sí consiguieron gobernar en Vélez-Málaga, Torremolinos, Benalmádena y Mijas. Es precisamente en los municipios de la Costa del Sol Occidental donde se escenifica el conflicto. El último escenario donde se han manifestado estas diferencias es la negociación abierta con otras fuerzas para el control de la Mancomunidad de Municipios y, por ende, de la empresa pública de aguas, Acosol.
La intención de la dirección provincial ha sido desde el primer momento promover un gobierno de concentración que aunara a todas las fuerzas políticas; tanto al PP, IU y Cs como a los partidos más pequeños: Por Mi Pueblo (Ojén) y Compromiso Manilva. Esta opción llevaría a los populares, primera fuerza con 18 representantes frente a 15 del PSOE, a la presidencia del ente supramunicipal, pero al mismo tiempo crearía la figura de un director general en Acosol que compartiría el control de la empresa con el consjero delegado.
Sin embargo, esta postura de la ejecutiva de José Luis Ruiz Espejo no ha sido compartida por todos los municipios. Desde el principio, un sector liderado por los alcaldes de Ojén (José Antonio Gómez) y de Torremolinos (José Ortiz) han defendido un acuerdo alternativo que dejara fuera al PP gracias a la suma de los 15 miembros del PSOE, los tres de IU, el de Por Mi Pueblo y el de Compromiso Manilva.
El argumento de quienes sostienen esta propuesta es la desconfianza hacia los populares después de que la presidenta saliente, Margarita del Cid, expulsara a los vocales socialistas del gobierno en la pasada legislatura. Pero no ese el único motivo. Lo que subyace tras estas diferencias es la puesta en cuestión de Ruiz Espejo como secretario general por parte de un sector del partido. A los 'sanchistas' ya conocidos (las agrupaciones de Fuengirola y Cártama) se han sumado otras que sostienen que la formación está «desdibujada» en la provincia. «Si dentro de un tiempo abrimos un periodo de cambio en el partido, hay quienes pretenden controlar las administraciones para colocar a los suyos de cara a un congreso», argumenta un relevante cargo socialista contrario a la dirección.
Esta acusación, vertida directamente contra el portavoz en la Diputación y principal valedor del gobierno de concentración en la Mancomunidad, José Bernal, se repite en los mismos términos pero en la dirección contraria. «A ellos no les interesa quién gobierna en una administración que no hace política, sino que pretenden darle trabajo a los suyos», afirma un miembro de la dirección en referencia al tándem Ortiz-Gómez.
Aunque aún no hay nada cerrado, las señales de las últimas horas apuntan a que esta batalla se la va a llevar el sector oficialista del partido, que son mayoría entre los mancomunados. En este lado del río se encuentran las agrupaciones de Marbella (cuatro miembros); Mijas (dos) y Benalmádena (tres). En el sector que apostaba por un gobierno en solitario están Torremolinos (dos miembros); Ojén (uno) y Fuengirola (uno). El caso de los municipios más pequeños (Istán, Benahavís y Casares), que cuentan con un representante cada uno, es más singular, porque desde ambos bandos sostienen que están de su lado.
En cualquier caso, la dirección provincial parece haber desactivado esta 'rebelión' en la Mancomunidad, por lo que da la sensación de que los socialistas finalmente compartirán con los populares dos de los cuatro puestos de mayor relevancia dentro de la administración costasoleña; eso sí, a falta de saber cuál será el equilibrio concreto de fuerzas.
Aún así, el conflicto dentro del PSOE seguirá en aumento. El uso de la Mancomunidad –de una manera tan pública y evidente– como campo de batalla es el preludio de lo que podría ocurrir en los próximos meses. No solo el sector 'sanchista' está en desacuerdo con buena parte de la gestión de la dirección, sino que portavoces y alcaldes de pequeños y medianos municipios que auparon a Ruiz Espejo a la Secretaría General ya comienzan a advertir en círculos semiprivados que están desencantados. En este contexto, cualquier cargo público que pueda repartirse vale su peso en oro, especialmente después de que el PSOE perdiera la Junta y todo el aparato que ello suponía para el partido en Málaga.
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