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MÓNICA PÉREZ
Viernes, 14 de abril 2017, 00:28
La playa de El Pinillo de Marbella perdió hace unos meses una de las empresas turísticas más representativas de la zona, la pista de karting Funny Beach, cuyo arco de acceso desde la autovía A-7 ha estado saludando a los conductores durante más de dos décadas. Sin embargo, este punto del litoral marbellí podría recuperar en breve otro de los establecimientos que más público sedujo en su día, aunque terminó desatando una polémica urbanística que obligó a su cierre hace ya dos años. El famoso Funky Buddha Beach prepara su reapertura. De hecho, en este arco que corona la vía de acceso hasta la playa y donde hasta hace pocos días se seguía leyendo el nombre de la ya desaparecida pista de coches, luce ya la marca del beach club que anuncia ya su reapertura pero sin fecha definida.
La empresa lleva muchos meses trabajando en la tramitación necesaria para adaptar el proyecto con el que abrieron sus puertas en 2014 a las especificaciones urbanísticas de la zona. El punto de ubicación es el mismo -junto a las antiguas pistas de karting- pero con un nuevo proyecto, explicaron a SUR fuentes municipales.
Ya en 2015, el Consistorio concedió una licencia de obras a la empresa que contemplaba el desmontaje de la piscina, así como modificaciones en el antiguo vestuario, la portada, aseos y el quiosco existente. El primer paso de aquel proyecto consistía en el desmontaje de la piscina para proceder a su elevación. Desde entonces se ha seguido con una larga tramitación que llega hasta este 2017, cuando la empresa ha empezado a hacer visibles sus avances. El primero de ellos, el nombre del restaurante que ya luce sobre el vial de acceso. No obstante, y pese a que el grupo empresarial ya ha comenzado a anunciar en redes sociales la reapertura para este año, fuentes de la empresa consultadas por SUR indican que aún no hay una fecha concreta y que todo dependerá del ritmo de los trámites necesarios para ello. «Si llegamos a esta temporada, bien, si no, estaremos para la siguiente», explicaron en la mercantil, que tiene además en marcha un proceso de selección de personal para los locales de los que dispone en Marbella de cara a la temporada de verano.
El cierre del Funky Buddha Beach hace dos años no sólo provocó la eliminación de los empleos que había creado su puesta en marcha, sino que desencadenó una polémica urbanística que acabó en los juzgados salpicando al anterior equipo de gobierno del PP en Marbella. Fue precisamente el procedimiento judicial el que sacó a la luz los informes que constataron que algunas obras se habían realizado sin licencia municipal y que estaban además afectadas por el límite de edificación por afección de carreteras y por la línea de servidumbre de tránsito en zona de dominio público marítimo terrestre. El caso acabó archivado en el juzgado tras el fallecimiento del edil imputado.
El proyecto encara una nueva etapa dispuesto a convertirse un atractivo más de la amplia oferta turística y de ocio del municipio.
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