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Antonio M. Romero
Jueves, 16 de marzo 2017, 21:01
Albert Rivera llegó ayer a Mijas para participar en un acto con militantes y cargos públicos y orgánicos de Ciudadanos en medio de la tormenta generada por la publicación, por parte de este periódico, del ofrecimiento del PPde la localidad de un puesto de trabajo a un concejal de Podemos para que apoyara una moción de censura al alcalde, Juan Carlos Maldonado, integrante del partido naranja. Por ello, había expectación por conocer el pronunciamiento del líder de Ciudadanos sobre un caso en el que está implicado el partido con el que tiene un acuerdo de investidura a nivel nacional. «No se puede tener en política a gente haciendo contrabando de concejales, comprando a concejales», afirmó Rivera en referencia, aunque sin nombrarlo, al PP.
En el Teatro de Las Lagunas hubo unos 500 asistentes sobre un aforo oficial de 640 y tras visitar el municipio, Rivera mostró su respaldo a Maldonado y su equipo ante el caso Mijas. El presidente de Ciudadanos se mostró muy crítico con los populares, aunque sin mencionarlos explícitamente en ningún momento, a quienes definió como los caciques del siglo XXI. «Algunos nos han sorprendido con cosas que yo creía que eran del caciquismo del siglo XIX como era la compra de concejales, pero se ve que el caciquismo sigue existiendo. El árbol genealógico del caciquismo sigue vigente todavía en estas tierras», destacó.
«A aquellos que intentan comprar concejales: que no se pongan nerviosos, que acepten la realidad y que sepan que esto con Ciudadanos ya no va a volver a pasar. Algunos están nerviosos y no aceptan que la corrupción ya no tiene cabida en Mijas ni puede campar a sus anchas», subrayó el líder liberal mostrando al auditorio una fotocopia ampliada del periódico SUR del pasado miércoles en la que se destapó el caso. En ese momento, el auditorio aplaudió con fuerza. Instantes antes, uno de los colaboradores de Rivera subió al estrado para entregarle el papel.
El líder liberal pidió a los populares que «acepten la realidad y retírensen que no pasa nada cuando uno pierde». Una declaración que cabe interpretar como una alusión sin nombrarlo al popular Ángel Nozal.
Rivera, que elogió la labor periodística para sacar a la luz este caso, relató que cuando se hizo público el escándalo, desde el PP pidieron «prudencia» a Ciudadanos. «La prudencia y la decencia la deben tener ellos, que tienen a tíos comprando concejales. No se puede tener a gente en política haciendo contrabando, a gente comprando concejales», dijo y apostilló: «Estos han mandado durante mucho tiempo y han pensado que Mijas era suyo y eso se ha acabado».
El presidente nacional de Ciudadanos puso en valor la gestión y la actuación del equipo de gobierno de su partido en el Ayuntamiento cinco concejales, gobiernan merced a un pacto con los siete ediles del PSOE tras haber roto un acuerdo inicial de legislatura con el PP y apuntó que «si los de la corrupción y los que dejaban deuda están nerviosos, es que lo estamos haciendo bien».
«Ladran, luego cabalgamos», manifestó Rivera para destacar la política de regeneración de su partido en Míjas. «Soy partidario de que cuanto se toman decisiones hay que mirar al frente, poner las luces largas, nunca las cortas».
Maldonado, por su parte, no hizo ninguna referencia explícita al caso Mijas aunque dijo que «la estabilidad en el municipio está garantizada aunque a algunos les cuesta creerlo».
El caso Mijas ha generado malestar en la dirección nacional de Ciudadanos, donde hay algunas voces partidarias de una línea más dura con el PP dando un paso más y revisando los acuerdos de gobierno en la provincia, según fuentes consultadas. A este respecto, desde la formación naranja en la Diputación y en el Ayuntamiento de la capital apuntaron que lo sucedido en la ciudad costera no afectará a otras instituciones.
Al acto de este jueves, acudieron, entre otros, los diputados Irene Rivera yGuillermo Díaz, el exdiputado José Calle, los diputados provinciales Gonzalo Sichar y Teresa Pardo, los concejales de la capital Juan Cassá y Alejandro Carballo, y el alcalde de Alcaucín, Mario Blancke.
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