Aumentan las quejas vecinales por la okupación del Hotel Los Álamos de Torremolinos

La Seguridad Social ordenó tapiar las entradas en noviembre tras varias actuaciones policiales que se saldaron con una veintena de detenciones, pero las medidas de seguridad no han impedido que los okupas entren una y otra vez para desvalijar el hotel, del que han robado mobiliario, cables de cobre y hasta las puertas de acceso. Lejos de tratarse de una okupación pacífica, los intermitentes inquilinos han cubierto la fachada de pintadas y han dejado prácticamente inhabitable el interior del edificio. Pese a los continuos robos, los vecinos recuerdan que aún hay colchones, cortinas y otros elementos inflamables y muestran su preocupación por nuevos incendios como el que tuvo lugar en abril. «La gasolinera está a diez pasos del hotel y podría ocurrir un desastre. No entiendo cómo no reforman el edificio y le dan algún tipo de uso», lamenta uno de los vecinos de la zona.

Asociaciones y partidos políticos han planteado varias propuestas, la mayoría centradas en recuperar el uso social que el inmueble tuvo inicialmente. Costa del Sol Sí Puede llegó a solicitar la incorporación del edificio, con 122 habitaciones, al parque de viviendas públicas de Torremolinos, pero la falta de competencias deja al Ayuntamiento sin margen de maniobra y la Seguridad Social continúa sin mover ficha pese a que la dirección provincial de la Tesorería ya ha comunicado varios incidentes a la sede central en Madrid «para que sus expertos en patrimonio tomen las medidas oportunas».

La titularidad del edificio por parte de la Seguridad Social proviene de sus antiguas competencias en materia de asistencia. Summa Hoteles entró en concurso necesario de acreedores a comienzos de 2014 tras la petición de un proveedor murciano que exigía casi 63.000 euros. La empresa, que había cambiado de manos varias veces y que meses antes era noticia por impagos a sus trabajadores, controlaba otros ocho establecimientos en la provincia. La dificultad de acceder a la contabilidad de la compañía, según el administrador concursal, complicó el proceso.

Los residuos amontonados en la planta baja también comienzan a ser un problema y los vecinos temen que el edificio, ubicado en un lugar privilegiado, a la entrada de Torremolinos desde Málaga y a escasos metros de la playa, se convierta en un foco de insalubridad y de nuevos incendios.