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Campoy, a la izquierda, en el Taller de Encuadernación.
Fuensocial, un ejemplo de cómo dar vida

Fuensocial, un ejemplo de cómo dar vida

La asociación de padres de personas con discapacidad atiende a 400 personas

Miguel Gámez

Lunes, 25 de abril 2016, 01:52

Fuensocial, la asociación de padres de personas con discapacidad física, intelectual y/o sensorial, suma 34 años desde que se creó en Fuengirola el 26 de febrero de 1982. Mercedes Campoy, exconcejala de Asuntos Sociales con UCD (1979 a 1982), acabó la legislatura y se volcó en una misión que parecía destinada a ella. Pocas personas (Ángeles Moreno, directora de Atención Temprana; Sagrario González, recién jubilada; o María José Cano, tres de las pioneras) saben las vicisitudes por las que pasó para acoger a chicos, «algunos de los cuales no poseían ni DNI», recuerda Mercedes, que tenía 36 años (ahora tiene 73 y lleva siete como voluntaria, desde que se jubiló) cuando puso los cimientos. Ahora Fuensocial tiene dos edificios en Fuengirola en solares de 1.100 y 560 metros cuadrados, y otro alquilado en Torremolinos. «Comenzamos con una asistente social. Con el dinero de los padres no era suficiente y pedimos subvenciones. Atendemos a 400 personas, si bien hasta hace unos días eran 500», expresa el alma de Fuensocial. La primera sede fue un piso en la avenida de Mijas; luego, los bajos del edificio Proa (calle Almería); en 1985, un taller ocupacional a la orilla del río, cuya vivienda fue destruida tras sufrir 72 robos y en 1992 el Ayuntamiento les cedió el solar donde los padres construyeron la sede actual, en la calle Blanca Paloma, que comenzó en 1994.

Este edificio abarca la Residencia de Adultos Válidos, la Unidad de Día, la Unidad de Estancia Diurna con Terapia Ocupacional (Centro Ocupacional), la Atención Logopédica, un jardín y la piscina para hacer hidroterapia y como escuela de bebés. En 2008 inauguraron el otro edificio (Atención Temprana, Atención Psicopedagógica, tienda benéfica, salón de actos, club de ocio y dos espacios, que aún no funcionan porque no tienen permiso de la Junta: Respiro Familiar de Menores y piso tutelado). En 2009 se inauguró el centro de Torremolinos.

Cada día, 54 trabajadores (45 asalariados fijos y nueve no fijos), voluntarios (entre ellos, los veteranos Conchi Picatoste y Diego Cadaval) y estudiantes de la UMA en prácticas (logopedas o que hacen el máster en Atención Temprana), coordinados por el gerente, Manuel Martínez (a su vez, director de la Unidad de Día), hacen la vida más fácil a los 400 usuarios. «Resulta difícil equilibrar ingresos y gastos. Solo de catering pagamos 6.000 euros al mes y de luz 2.000, pero se logra. A veces creo que es la mano de Dios», dice Mercedes. Fuensocial necesita 1,5 millones de euros al año, de los que 1,1 son aportados por la Junta. El resto procede de cuotas asociativas (65 euros/mes), venta de lotería de Navidad, rastrillos solidarios, tienda benéfica, cursos de formación, concierto con la Caixa, recaudación de eventos benéficos, escuela de natación para bebés, donativos y aportaciones para la compra de productos que los usuarios realizan: jabones...

«Fuensocial está vinculada al tejido de Fuengirola. El pueblo lo siente como suyo», comenta el gerente. Del medio millar de usuarios, 23 viven en la Residencia de Adultos Válidos (la directora es Lidia Bécquer). Necesitan supervisión, pero se valen por sí mismos. Allí comen, hacen manualidades en el Centro Ocupacional (lo dirige Nuria Muñoz), que incluye el Taller de Cerámica y el Taller de Encuadernación, ven la tele, ríen y duermen.

Otros 37 usuarios no residentes también disfrutan del Centro Ocupacional. En la Unidad de Día, están los 10 usuarios más gravemente afectados (hay 12 plazas, pero la Junta no tiene ocupadas dos de ellas), entre ellos Pili (34 años). «Mi hija es como si tuviera 4 meses. Necesita atención constante las 24 horas y allí está muy bien cuidada», indica Cristóbal Fernández, uno de los primeros padres. Salvador Rico, cuidador, comenta: «Es más gratificante trabajar en esto que estar sentado ante un ordenador. Hay momentos duros, pero pese a la discapacidad son felices». En Atención Temprana (0 a 6 años) se atiende a 290 menores (140, conveniados por la Junta). «El cariño que hay aquí no se ve en ninguna parte. Admiro a Mercedes, que parió Fuensocial. Es la lucha de toda una vida», explica Conchi Picatoste, encargada de la tienda benéfica.

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