Vecinos de Sedella: «Si el cura ha hecho algo malo, que lo pague ante la justicia»

«Las cosas de un pueblo no se tienen porqué tocar», aseguró Juan Pérez, de 29 años, que trabaja como peón de mantenimiento para el Ayuntamiento sedellano. «Estas cosas no se persiguen si no se le da un tirón de orejas, nada le impide repetir lo que ha hecho en otro pueblo», apostilló. «No queremos que se repita», agregó.

Respecto a la motivación que habría llevado al párroco a llevarse la caja fuerte, este vecino dice que «parece ser que no se le dio la llave, y a raíz de eso decidió llevársela, supongo que pensó que no había nada dentro». «Debería haberlo consultado con el pueblo, pero lo hizo de espaldas», apostillo.

La fiesta del pasado día 12 de octubre fue el detonante para que los vecinos se dieran cuenta de la ausencia de las joyas. Mercedes Bravo, de 52 años, es la vestidora de la virgen. «Cuando entramos y vimos que no estaba la caja nos iba a dar algo», confesó, al tiempo que admitió que el párroco «no sabía que allí se guardaban las alhajas. "Él nunca nos lo preguntó", dijo.

Por su parte, Francisco Peña, jubilado de 76 años, aseguró que le parecía «muy mal lo que había hecho el cura». «Todo no lo ha devuelto, le echaron la culpa a la gente del pueblo, aunque él luego dijo que la había tirado», explicó. «No tenía mucho trato con él», agregó.

Al alcalde, Francisco Abolafio (IU), no le convencen las explicaciones que dio el Obispado, que niega que se produjera una sustracción y remarca que las joyas han sido devueltas. «Esperaba otro comunicado, ha sido muy obvio, son unos hechos que están en un procedimiento judicial, se manifiesta que se ha arrancado una caja fuerte y se la han llevado», dijo.

«Creemos que hay que llegar un poco más allá, faltan dos cadenas y un crucifijo y que nos den más información sobre qué va a ocurrir con este párroco. No puede representar como miembro de la comunidad cristiana», señaló Abolafio, quien aseguró que ha pedido una reunión con el nuncio apostólico del Vaticano en Madrid «ante la falta de explicaciones».

«Quiero recordarles que el octavo mandamiento dice que no levantarás falsos testimonios ni mentirás», expresó. «Ha cometido un error muy gordo y debe ser castigado, por lo que pedimos que se tomen las medidas oportunas», al tiempo que señaló que el nuevo párroco «es una excelente persona que lleva días intentando colaborar con nosotros», apostilló.

Por su parte, el Obispado aseguró en la noche de este miércoles que las joyas «no fueron sustraídas, encontrándose en la parroquia bajo la custodia del párroco, dada su condición de bienes eclesiásticos". En un comunicado, el Obispado ha manifestado que «hechas las comprobaciones pertinentes, no se ha detectado falta de cantidad alguna de dinero en cuanto a las cantidades procedentes de donativos sometidas al control del cura párroco, y que han sido destinadas íntegramente a trabajos y tareas de mantenimiento de la parroquia y de la ermita».

Asimismo, han sostenido que tras recibir la carta del alcalde en la que manifestaba «su preocupación por la supuesta desaparición, y recabada la información correspondiente, el tema ha quedado resuelto satisfactoriamente; y así se le ha comunicado al Ayuntamiento, mediante carta de fecha 18 de octubre». Por su parte, este periódico ha intentado desde ayer, en varias ocasiones, ponerse en contacto con el párroco sin obtener respuesta.