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Tras la plaga de salpas, unos desconocidos aunque inofensivos invertebrados que durante todo el fin de semana han inundado las playas de la Axarquía y la Costa Tropical granadina, llegan las misteriosas 'manchas' naranjas. Aunque más que una llegada se trata más bien de un regreso puntual a su cita con el calendario, ya que este otro fenómeno, igualmente de origen completamente natural, es ya todo un clásico estos últimos veranos en el litoral malagueño, al menos desde hace una década. Así, las llamativas mareas rojas, provocadas por una floración repentina de microalgas, son muy visibles este lunes en la zona del paraje natural de Maro-Cerro Gordo, aunque ayer por la tarde ya se dejaron ver en el entorno de la playa de Pedregalejo, en la capital malagueña.
Aunque popularmente han sido atribuidas al desove de algunas especies como la sardina y el boquerón, la realidad es que se trata de microalgas de la especie noctiluca. Así lo indica el biólogo del Aula del Mar, Juan Jesús Martín. "Son fenómenos naturales del plancton. Se producem 'blooms' (florecimiento, en inglés) de determinadas especies debido a la combinación de diversos factores como la luminosidad, las corrientes y la temperatura. Suele durar pocos días", sostiene Martín, quien desvincula este tipo de fenómenos, al igual que el de las salpas, de la ausencia de saneamiento integral en puntos cercanos como Nerja. "No tiene nada que ver, ambos fenómenos, aunque extraños, se producen de manera totalmente natural, de hecho, las salpas viven en mar abierto y las corrientes las han concentrado en la Axarquía y la Costa Tropical granadina", apostilla.
El laboratorio de la empresa de aguas de Málaga, Emasa, analizó en el verano de 2017 algunas muestras de estas manchas naranjas o de color rojizo, comprobando que se trataba de microalgas del grupo de los dinoflagelados, con forma de globo y con un flagelo (apéndice movible). Los microorganismos hallados en las mismas se correspondían con la especie 'Noctiluca scintillans', conocido comúnmente como «chispa de mar».
Estas mareas rojas son inofensivas, aunque su aspecto no sea muy agradable para los bañistas. El catedrático de Botánica y decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga, Antonio Flores, ya explicó a este periódico el pasado año que se trata de un fenómeno totalmente natural y cíclico en puntos como la desembocadura del Nilo, y en muchos litorales de los mares templados de todo el mundo, como el Mediterráneo occidental y la Costa del Sol. En julio de 2017 el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria llegó a izar la bandera roja en algunas playas por la abundante presencia de estas mareas rojas.
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