Luna, la podenca de 14 años rescatada en Torre del Mar que constaba como fallecida en el registro desde hacía 13
La perra ha sido operada de un tumor en las mamas, ha perdido la visión de un ojo por una catarata, tiene leishmanosis y enfermedades por parásitos
El abandono animal continúa siendo una de las grandes lacras sociales en la provincia de Málaga. Pese al endurecimiento de las sanciones y penas contempladas ... en la nueva Ley de Bienestar Animal, cada año se contabilizan cientos de perros y gatos dejados a su suerte. Las protectoras repartidas por la geografía malagueña trabajan al límite para atender a los animales rescatados y buscarles una adopción, un proceso en el que, en muchos casos, son familias del norte de Europa quienes acaban ofreciendo un hogar.
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Sin embargo, los voluntarios se encuentran con frecuencia con situaciones extremas: animales en tal estado de deterioro que no pueden ser adoptados de inmediato o que, tras recuperarse, arrastran tantas secuelas que apenas encuentran interesados. Entre estos casos destaca el de Luna, una podenca de 14 años rescatada recientemente en Torre del Mar por la protectora El Refugio de Leo, en la Axarquía.
«Su dueño, un cazador de la zona, se justificó diciendo que la perra se le escapó y por eso la dio de baja como muerta»
Lo más sorprendente de su historia no fueron solo sus graves lesiones -un gran tumor mamario sangrante, catarata en un ojo y un profundo miedo al contacto humano- sino que, al escanear su microchip, apareció oficialmente registrada como fallecida desde hacía 13 años. «Según la veterinaria que la atendió, su dueño, un cazador de la zona, se justificó diciendo que la perra se le escapó y por eso la dio de baja como muerta. Incluso admitió que ya ni se acordaba de ella», explica Lourdes Peláez, fundadora y responsable de la protectora.
Peláez considera que tanto la actuación del propietario como la del veterinario que certificó la muerte suponen un delito y estudia poner el caso en conocimiento del Seprona de la Guardia Civil. «Luna está viva, lleva más de un mes con nosotros. Cuando la encontramos vagaba sola, herida y asustada. Llegó llena de miedo», recuerda.
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«No les importaba»
Hoy, la podenca descansa en una cama donada, que comparte con otros perros del refugio, y recibe tratamiento para la leishmaniosis, así como medicación contra los parásitos. «Come dos veces al día, ya pasea libremente por la finca y ha encontrado el cariño que le faltaba», detalla Peláez. La operación para extirparle el tumor mamario tuvo un coste de unos 350 euros, aún pendiente de pagar.
Su antigua familia, según la protectora, renunció a cualquier responsabilidad. «Dijeron que no les importaba. Luna es una auténtica superviviente, pero difícilmente será adoptada. Probablemente se quedará con nosotros para siempre», lamenta Peláez, quien pide madrinas o padrinos que ayuden a sufragar sus tratamientos y cuidados.
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«No tenemos grandes esponsors que cubran los gastos; cada mes peleamos por la supervivencia del refugio»
El caso, asegura Peláez, evidencia la falta de recursos con la que trabajan las protectoras: «A veces nos preguntan por qué deben pagar vacunas cuando adoptan. La realidad es que no tenemos grandes esponsors que cubran los gastos; cada mes peleamos por la supervivencia del refugio para que ellos estén lo mejor posible». «Tenemos una media de 2.500 euros al mes de gastos y apenas recibimos 5.000 al año de ayudas oficiales», resume.
El Refugio de Leo cuenta con una decena de voluntarios repartidos por la Axarquía y realiza una media de 20 adopciones al mes. En lo que va de año ya superan las 220, principalmente de perros. Actualmente, atienden a unos 50 animales rescatados en municipios como Benamocarra, Algarrobo, Arenas, Rincón de la Victoria y Vélez-Málaga. Historias distintas, heridas distintas… y un mismo anhelo: que haya más lunas que vuelvan a confiar y menos vidas borradas en un registro.
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