El nuevo reto solidario del nadador malagueño Christian Jongeneel: ida y vuelta entre Tenerife y La Gomera
El deportista intentará en octubre completar este reto de 80 kilómetros en 24 horas, con el objetivo de recaudar fondos para la Fundación Vicente Ferrer
El nadador malagueño Christian Jongeneel (Rincón de la Victoria, 1974) volverá a sumergirse en aguas abiertas este próximo mes de octubre con uno de sus retos solidarios. ... Nuevamente intentara un desafío inédito: ser el primer nadador en intentar unir a nado Tenerife y La Gomera en un recorrido de ida y vuelta. La travesía, que partirá de la costa tinerfeña, en el entorno del Puerto de Playa de San Juan, dirección a La Gomera, hacia el Puerto de San Sebastián de La Gomera, y regresará a Tenerife, al Puerto de Los Cristianos, suma aproximadamente 80 kilómetros de distancia y exigirá en torno a 24 horas continuadas de nado.
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El de las Islas Canarias es un reto de gran complejidad: fuertes corrientes y oleaje en el canal que separa ambas islas, especialmente en la zona central, la traviesa; mar abierto con una gran exposición a los vientos; actividad intensa de tráfico marítimo y la posible presencia de fauna marina son algunos de sus condicionantes. A todo ello se suma la exigencia física y mental de mantener un ritmo constante durante toda una jornada, sin descanso, y sin la ayuda de neopreno ni elementos de flotabilidad. Por ello, aún no tienen decidido qué día exacto se lanzará al mar, ya que están pendientes de las previsiones meteorológicas y del estado del océano Atlántico.
Le apoyan el Club Náutico de Tenerife y los consistorios de Santa Cruz de Tenerife y Guía de Isora
En su reto, Christian contará con el apoyo del Club Náutico de Tenerife, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y el Ayuntamiento de Guía de Isora. El nadador se prepara ya para este nuevo intento, que afrontará en la primera quincena de octubre, «cuando la ventana climatológica sea más favorable», ha explicado el deportista, que durante muchos años fue voluntario de la Fundación Vicente Ferrer y actualmente es un «feliz trabajador convencido de la labor que desempeña la Fundación Vicente Ferrer en distintas partes del mundo».
«Mi relación con los proyecto de desarrollo llegó de la mano de la natación. Toda una revelación que ni en los mejores sueños de niño, en el que solo me rodeaba agua y brazadas, pude predecir. Descubrir la importancia de cada brazada y el poder transformador que se podría alcanzar con cada una de ellas ha sido el gran regalo de mi vida», explica el deportista malagueño.
Otros retos solidarios
Jongeneel ha tenido «la suerte» de nadar las «más grandes y fabulosas travesías» que hay en el mundo. Canal de la Mancha, Estrecho de Gibraltar, estrecho de Cook, Santa Catalina, isla de Manhattan, isla de Hawái… «siempre con la inquebrantable convicción de que en cada momento hacía lo mejor para conseguir hacer realidad la construcción de un colegio, una vivienda, una potabilizadora de agua, el seguimiento para que cientos de mujeres pudiera tener un parto seguro». «Ahora hay niños sanos y felices gracias a las brazadas de muchos de nosotros, ¿no es eso algo maravilloso?», se pregunta.
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«El proyecto de cruce a nado entre Tenerife y La Gomera no consiste para mí en alcanzar las más altas cotas deportivas, no tengo la energía ni el convencimiento para hacerlo con ese planteamiento», confiesa. Según cuenta Jongeneel, «lo que realmente le motiva es el fin de cada brazada, de cada respiración, de cómo transformamos nuestras acciones en algo que realmente no tiene nada que ver con lo material ni personal y sí en un acercamiento a lo más puro del ser humano».
«No hay que intentar ser el mejor del mundo, sino el mejor para el mundo»
Según cuenta Jongeneel, una de sus primeras conversaciones con Anna Ferrer fue poco tiempo después de llegar a India. «Ella me reveló que también en su primera llegada a India comprendió que las personas más vulnerables podían salir de la pobreza extrema». «Solo hacía falta superar la resignación y vencer la falta de autoestima. Con su empeño, consiguió involucrar a las comunidades desfavorecidas de las zonas rurales para conseguir esa transformación. Después de 55 años muchas personas trabajan, día a día, para continuar el legado humanista de Vicente Ferrer, y con su acción están contribuyendo a cambiar el presente y el futuro de cerca de tres millones de personas en el sur de la India», relata entusiasmado.
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«Si asumes que no hay esperanza, entonces garantizas que no habrá esperanza. Si asumes que hay un instinto hacia la libertad, entonces aún hay posibilidades de cambiar las cosas». «Estas vivencias personales me han enseñado la lección más importante de mi vida y es que no hay que intentar ser el mejor del mundo, sino el mejor para el mundo«, confiesa.
Terremoto de 2015
Toda la recaudación de este reto servirá para promover la escolarización de niños y niñas de Nepal, especialmente en las zonas rurales, donde la lejanía de las escuelas supone un obstáculo de acceso para las familias. La Fundación Vicente Ferrer, que trabaja en la India desde hace más de 40 años, ha puesto en marcha la primera fase de su internacionalización en Nepal, un país con una población que aún no se ha recuperado de las consecuencias del devastador terremoto de 2015.
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Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 16% de la fuerza laboral de las fábricas de ladrillos de este pasís está formado por menores, lo que supone que entre unos 20.000 y 30.000 niños y niñas que deberían estar en las escuelas sufren explotación laboral y riesgos a su salud por cargar pesos excesivos y exponerse a las nubes de humo tóxico que emanan de las chimeneas de los hornos.
La Fundación Vicente Ferrer trabaja en Nepal en el cuidado de menores con discapacidad en centros de día
La Fundación Vicente Ferrer está apoyando en Nepal a siete escuelas para que menores en edad preescolar (de 3 a 6 años) y pertenecientes a familias que trabajan en este sector reciban nutrición, ropa y cuidados mientras sus padres trabajan como temporeros. «Sin este apoyo, los niños con toda probabilidad acabarían trabajando con ellos», sostiene Jongeneel.
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Esta intervención de la Fundación Vicente Ferrer en Nepal contempla también la rehabilitación y nutrición de menores con discapacidad en centros de día, el apoyo psicológico a sus madres y la sensibilización de las familias con hijos e hijas que cuidan a alguno de sus progenitores con enfermedades mentales para que no abandonen sus estudios.
Guerra civil en Nepal
Según el deportista malagueño, en Nepal hay un alto índice de enfermedades mentales, «pero escasos recursos para abordarlas». «Muchas de estas patologías están desencadenadas por la alta incidencia de terremotos y otras catástrofes naturales en las que las familias más pobres lo pierden todo. Por otro lado, Nepal sufrió entre 1996 y 2006 una guerra civil cruenta cuyas consecuencias fueron devastadoras en las zonas rurales. Muchos adultos, que entonces eran niños, arrastran hoy secuelas físicas y psicológicas de aquel episodio», cuenta Jongeneel.
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El deportista nacido en Rincón de la Victoria es el impulsor de Brazadas Solidarias junto a muchos compañeros y amigos. Es uno de los nadadores de larga distancia más destacados de esta disciplina en el ámbito internacional. Superada su etapa de competición de alto nivel en las piscinas, Christian Jongeneel compagina ahora su vida profesional con su vida deportiva con esfuerzo, sin perder nunca las ganas y la motivación por superarse, y haciendo frente a retos extraordinarios a través de mares y océanos de todo el mundo.
Jongeneel es abanderado de la Fundación Vicente Ferrer, organización a la que dedica su vida profesional
Jongeneel es abanderado de la Fundación Vicente Ferrer, organización a la que además dedica su vida profesional. Su currículum personal y deportivo está lleno de reconocimientos. Entre las travesías a nado que ha realizado, figuran, el doble paso del Estrecho de Gibraltar, la travesía en Siria denominada Al-Assad, el cruce a nado del Canal de la Mancha, el Canal de Santa Catalina, el paso a nado de Peniche a las Islas Berlengas en Portugal, siendo la primera persona en lograrlo.
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El deportista ha completado además con éxito el cruce a nado del Estrecho de Cook en Nueva Zelanda, la travesía Puerta de la India, la doble vuelta a la Isla de Manhattan en Nueva York, el cruce Tenerife-Gran Canaria, el Canal de Menorca y el Estrecho de Molokai en Hawai. Ha intentado sin éxito, en dos ocasiones, el cruce desde la Isla de Alborán a Almería. Se tuvo que retirar por la abundante presencia de medusas, en 2022 y 2023.
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