Un estudio analizará la vulnerabilidad de la uva pasa de la Axarquía al cambio climático
La FAO y el Instituto de Geomorfología y Suelos de la Universidad de Málaga han suscrito un convenio para realizar un informe técnico que determine la resiliencia al fenómeno del cultivo tradicional, declarado SIPAM en 2017
La uva pasa moscatel de la Axarquía sigue perdiendo terreno frente a otros cultivos más rentables en la Axarquía como los subtropicales. La declaración como ... Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) en 2017 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), no ha servido por el momento, para impulsar de manera efectiva este sector, del que siguen viviendo unas 2.000 familias del interior de la comarca oriental.
Publicidad
Ahora, la Organización para las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto de Geomorfología y Suelos de la Universidad de Málaga han suscrito un convenio de colaboración para realizar un informe técnico que determine la vulnerabilidad y resiliencia al cambio climático de los cultivos de uva pasa de la comarca malagueña. El reconocimiento como SIPAM fue el primero de estas características en España, junto al del paisaje del Valle Salado de Añana (Álava).
Los SIPAM, según ha indicado el catedrático de Geografía Física de la UMA e investigador responsable de este proyecto, José Damián Ruiz Sinoga, «están situados en lugares específicos del mundo, donde aportan de forma sostenible múltiples bienes y servicios, alimentos y unos medios de subsistencia seguros para millones de pequeños agricultores«.
Estos sistemas agrícolas, según ha informado la Universidad de Málaga en un comunicado, se enfrentan a la migración causada por una baja viabilidad económica; lo que acarrea el abandono de las prácticas agrícolas tradicionales y, por consiguiente, una pérdida drástica de variedades y especies endémicas y locales. Además, «constituyen la base de las innovaciones y tecnologías agrícolas actuales y futuras», ha explicado Ruiz.
El SIPMA de la uva pasa de Málaga tiene una superficie de 280 kilómetros cuadrados y comprende desde el cultivo de la uva moscatel hasta su transformación en pasas, a través del secado al sol o en vino. Se trata de un sistema que posibilita la conservación del paisaje, evitando por tanto los procesos de erosión y desertificación, «lo que constituye un elemento de vinculación de la población al territorio«, ya que resulta »esencial« en la economía agraria de la comarca oriental. Sin embargo, los indicadores de cambio climático, por un lado, y la dinámica demográfica por otro, »pueden suponer un serio peligro para la pervivencia de tales sistemas tradicionales«, sumado a la expansión reciente de cultivos subtropicales en la comarca de la Axarquía, ha declarado Ruiz.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión