El río Chíllar, en Nerja, afronta otro verano más sin medidas para frenar la masificación

En apenas diez años el río Chíllar de Nerja, enclavado en pleno parque natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama, ha pasado de ser un lugar paradisíaco y casi desconocido, a sufrir los efectos de una masificación creciente que parece no tener freno. El entorno de Los Cahorros las conocidas paredes de piedra de apenas un metro de anchura se ha convertido en un auténtico parque acuático de acceso libre, en el que los fines de semana del verano llegan a contabilizarse hasta 3.000 personas y cerca de un millar de vehículos en sus inmediaciones.

A pesar de ello, las administraciones competentes, tanto el Ayuntamiento como la Junta de Andalucía, siguen sin dar el paso y establecer medidas efectivas que frenen esta masificación, que amenaza con ocasionar graves daños a un paraje del que procede el agua de la que se abastece la localidad más oriental de la provincia, tanto para el consumo humano como para el regadío. No en vano, este río, de unos 20 kilómetros de longitud desde la desembocadura en El Playazo hasta el nacimiento, a los pies del pico de Piedra Sillada, a casi 1.800 metros de altitud, mantiene un caudal muy estable todo el año, incluso en épocas de sequía como la que se vive desde hace cuatro años. Cabe recordar que en los últimos años húmedos, entre 2009 y 2013, el río llegó a llevar agua hasta la desembocadura incluso en los meses de verano, con un caudal muy considerable, especialmente entre los años 2011 y 2012.

El equipo de gobierno tripartito (PSOE, IU y EVA-Podemos) sostiene que continúan trabajando coordinadamente con la Delegación Territorial de Medio Ambiente para buscar soluciones a la masificación que sufre el paraje. El pasado verano se elaboró un primer plan de autoprotección contra incendios forestales, un documento que se anunció que era previo al plan de usos y gestión. Sin embargo, este otro texto legal aún no está concluido. El delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, en su última visita a la localidad de la Axarquía a finales del pasado mayo, dijo que continúan trabajando en este sentido, con la idea de plantear cupos máximos de acceso diarios. No obstante, reconoció que es un asunto «complejo», que requiere de informes técnicos y jurídicos.

No en vano, desde la Consejería se viene sosteniendo, en los últimos años, que el paraje del río Chíllar es un enclave especialmente peligroso en caso de incendios forestales, actuando como una auténtica trampa por la falta de vías de evacuación. Cabe recordar que cada verano, en los últimos años, se vienen realizando del orden de una veintena de rescates en las inmediaciones, en su mayoría de excursionistas que sufren caídas, con golpes y torceduras. No fue hasta 2012 cuando se restringió con una valla el acceso a los vehículos por encima de la antigua cantera, al tiempo que se prohibió el aparcamiento en los márgenes del carril situado en el cauce.

Sin embargo, a pesar de las señales verticales, la colocación de grandes piedras y vallas el pasado verano, los vehículos siguen estacionando en el mismo cauce, lo que supone una infracción administrativa, y no en el aparcamiento de la calle Mirto. En los últimos años la Policía Local y la Guardia Civil han puesto decenas de multas. El concejal de Medio Ambiente, Jorge Bravo (IU), admitió que están estudiando colocar una valla en el acceso desde la calle Mirto, y otra en la zona baja del cauce, para evitar la concentración de coches en la confluencia de los ríos Higuerón y Chíllar.

Además, el Consistorio nerjeño sigue trabajando en un proyecto para adecuar la antigua planta de hormigón como un centro de recepción de visitantes. La iniciativa se financiará con cargo a los fondos europeos EDUSI que ha conseguido el municipio, con un montante de cinco millones de euros. Además, se quieren acondicionar los márgenes del río en el tramo que discurre junto al casco urbano, por encima del parque Verano Azul, hasta la antigua cantera, en el término de Frigiliana.