Toni Valero: «Si el 30 de junio Podemos no nos ha respondido, entenderemos que da la callada por respuesta»
El reelegido coordinador de Izquierda Unida en Andalucía pone plazos al proceso para formar un frente amplio ante el próximo proceso electoral
El diputado de Sumar por Málaga Toni Valero ha sido reelegido este sábado, en una asamblea celebrada en Granada, coordinador de Izquierda Unida en Andalucía ... para un nuevo periodo de cuatro años. En esta entrevista desgrana los desafío a los que se enfrenta la coalición
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-¿Cómo ve la situación en la que en la que queda el Gobierno, del que Izquierda Unida forma parte, tras los últimos acontecimientos y el caso de Santos Cerdán?
-Es indudable que está en una situación complicada, pero esa situación complicada no es sólo del Gobierno, sino que lo que está en juego es también, hasta cierto punto, nuestra propia democracia. Creo que hay una estrategia de acoso y derribo y asedio al Gobierno que ha traspasado la normalidad de la oposición desde el Congreso, que ya se ha trasladado también a algunos aparatos del Estado. Y eso ya marca una situación muy distinta en un contexto internacional de auge de la reacción internacional, en donde se está derrumbando el Derecho internacional, en donde están llegando al poder personajes como Trump, que vemos cómo está desmontando las garantías democráticas en los Estados Unidos. En el resto de Europa también estamos viendo casos. Preocupante, pero creo que el Gobierno de coalición es todavía un baluarte y una garantía de que España no se deja arrastrar. Y en ese sentido yo creo que hay que hay que apuntalarlo bien porque es ahora mismo una resistencia democrática.
-¿Cuando atribuye lo que está pasando a lo que llama poderes fácticos mete todo en el mismo saco o hace alguna distinción? Porque la reacción del Gobierno en relación con el caso del hermano del presidente o del fiscal general ha sido diferente a la que tuvo con Ábalos y Santos Cerdán.
-Sí, yo distingo claramente. A mí me parece que hay una operación de desestabilización del Gobierno, que queda muy evidenciada en ese auto para procesar al fiscal general que apunta claramente a Moncloa sin ningún tipo de prueba y que tiene una línea desestabilizadora, y después evidentemente hemos conocido casos de corrupción, como el que afecta a Ábalos o a Santos Cerdán. Hay casos de corrupción que afectan también al Partido Popular, que tienen que ver con un sistema que tiene todavía un un andamiaje legislativ débil, insuficiente, que no es capaz de acometer preventivamente estas situaciones que se dan en distintos partidos políticos. Pero eso los separo de los otros, no forma parte ni mucho menos de lo mismo.
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-¿Cómo valora el el proceso por el que ha llegado a su reelección?
-Ha sido un proceso del cual nos podemos sentir orgullosos, porque en un contexto de desafección política, en el cual hay enormes convulsiones en el espacio de la izquierda y a duras penas otras fuerzas políticas pueden sacar la cabeza por encima del agua, aquí hemos tenido un proceso con una participación de más de 3.000 compañeros y compañeras que han votado en más de 300 asambleas, que se han reunido y en donde hemos abordado cuestiones que son de absoluta actualidad. ¿Cómo se da la batalla cultural? ¿Cómo está cambiando el sentido común de la gente? ¿Cómo en las comunidades digitales, en las redes sociales también se disputa hoy la política?. Y cuál es el proyecto que tenemos para transformar Andalucía en un contexto de transformar profundamente este país.
-Si uno entra en las redes ve que esa batalla la izquierda la está perdiendo
-Sí, absolutamente. Creo que ahí la ultraderecha cuenta con dispositivos mucho mejor pertrechados, La disputa en redes sociales tiene también mucho que ver con con recursos económicos, no solamente con la capacidad de desplegar narrativas, de conectar con emociones. Lo vimos en las elecciones que llevaron a a Bolsonaro al poder en su momento, en el Brexit o con la con el ascenso de Donald Trump. Ahí la izquierda está viéndose casi fuera de juego. A veces le cuesta incluso disputar el partido en las redes sociales.
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-Si uno se remonta a los años posteriores al 15 M, parecía que era en un ámbito donde la izquierda ganaba. Y sin embargo el partido se ha dado la vuelta.
-Sí, absolutamente podemos decir que el sentido común ha virado hacia posiciones más hiperindividualistas a posiciones ultraliberales del sálvese quien pueda. A diferencia de lo que pasó en la pasada década, en donde se identificaron bien cuáles eran los responsables de las desigualdades, ahora hay una desorientación que campa a sus anchas por amplias capas de las capas populares. Y nosotros tenemos que dar esa batalla cultural.
- ¿Cómo ve la situación política en Andalucía?
-El Partido Popular ha conseguido que se hable poco de lo que hace en Andalucía. Ha introducido debates marcados por Génova en torno a la amnistía primero y después a cualquier otra polémica de carácter nacional. Y eso ha hecho, ligado a la desafección profunda que campa sus anchas entre la sociedad andaluza, que efectivamente hayamos tenido una sensación de que en Andalucía estamos en punto muerto. Yo creo que por abajo, en Andalucía la gente sí ha empezado a moverse. Las manifestaciones por la vivienda han sido, aparte de muy masivas, una sorpresa. Hay movilizaciones semanales desde hace seis años en el medio rural por la sanidad pública, por el tema del cierre de líneas en la educación pública y muy en particular por el tema del alumnado con necesidades especiales. Y el mundo rural también tiene un movimiento muy fuerte ligado al movimiento ecologista y el movimiento campesino, tanto por lo que vivimos hace un año por la caída de los precios como está ocurriendo ahora con las tensiones entre macroproyectos especulativos de fotovoltaicas y agricultores. Por lo tanto, hay un malestar latente que no aparece lo suficientemente en los medios de comunicación a mí juicio, o que aparecen, pero de una manera más anecdótica y que, sin embargo, responden a un movimiento de fondo.
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-¿Nos estamos acercando a un momento de definiciones sobre las alianzas electorales?
-Efectivamente. Ya en octubre lanzamos una propuesta para formar un frente amplio bajo el paraguas de Por Andalucía. Posteriormente, en primavera, lanzamos una propuesta de primarias de cómo creíamos que se podía elaborar una candidatura de manera democrática y participativa. Y planteamos que no podíamos llegar al último minuto, que teníamos que ser responsables y que Andalucía entraba en campaña después de verano. Por tanto, había un límite temporal para saber quiénes estaban dispuestos a dar el paso adelante y quiénes no. En cuyo caso, bueno, pues que lo supiéramos con tiempo. La fuerza política que no nos ha confirmado que quiera continuar en Por Andalucía en las próximas elecciones autonómicas ha sido Podemos. Nosotros hemos sido muy respetuosos con sus procesos internos. Hemos entendido que necesitaba su tiempo, pero también hemos sido muy claros, muy asertivos. El 30 de junio, si no nos han contestado, entendemos que da callada por respuesta. A partir de esa fecha daremos los siguientes pasos, que tienen que ver con la elaboración de la candidatura y el lanzamiento ya del espacio de Por Andalucía en clave de campaña con las fuerzas políticas, que sí han manifestado que que quieren continuar. No obstante, nunca se va a cerrar la puerta a nadie. Ojalá hubiese una altura de miras en Podemos Lo que pedimos es que en Andalucía nos dejen trabajar, nos dejen colaborar.
-Cuál es su posición en relación con el tema de la financiación autonómica?
-Nosotros lo primero que señalamos es la hipocresía del Gobierno andaluz, que está recibiendo más fondos que nunca y sin embargo los está desviando al sector privado en lugar de reforzar los servicios públicos. Creemos que el dumping fiscal que está detrás del modelo del Partido Popular provoca desequilibrios territoriales y desigualdades. Nosotros sí tenemos un model que parte de una serie de principios. Y es que este país tiene que garantizar la cohesión territorial y la cohesión social. Y, a su vez, también reconocer la plurinacionalidad, en la cual Andalucía, pues, tiene también reconocida en su Estatuto su su nacionalidad histórica. Hay que actualizar el sistema de financiación y en este caso Andalucía, pues tiene que tener una financiación adecuada al cumplimiento de su Estatuto para el desarrollo de los servicios públicos. Y tiene que blindarse. No nos gustó el acuerdo, y así lo expresamos claramente, al que se llegó con ERC. Hay determinados privilegios que van en contra de lo que nosotros entendemos que tiene que ser un Estado con cohesión social y cohesión territorial.
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