La rebaja fiscal marca la mayor discrepancia entre el Gobierno y el PSOE por los presupuestos

Según la memoria económica del proyecto, la reducción fiscal se traducirá en una merma de ingresos de 329 millones de euros, aunque desde el Gobierno se espera que la atracción de inversiones y el eventual aumento en el número de contribuyentes compense con creces ese impacto.

El Gobierno de la Junta ha señalado dos bloques de prioridades que suponen sus límites en la negociación de las cuentas del año próximo. Por un lado, el blindaje de la sanidad, la educación y las prestaciones sociales como servicios públicos esenciales y, por el otro, la simplificación administrativa y la rebaja de impuestos.

En el PSOE hay coincidencia con el primero de los objetivos, pero no en el segundo. Los socialistas, que aseguran que aún no han recibido documentación alguna con las cifras de ingresos y gastos que prevé el Gobierno, explican que a la hora de tomar una decisión sobre su posición final será esencial conocer cuáles son los ingresos previstos por la Junta y cómo incidirá en los mismos la rebaja de impuestos.

Por lo pronto, ya han marcado distancias de la ley que se aprobará la semana próxima al presentar 66 enmiendas en la comisión parlamentaria. Todas han sido rechazadas por el PP, Ciudadanos y Vox, los tres grupos proponentes de la nueva ley.

Ayer, la portavoz adjunta del Grupo Socialista, María Márquez señaló la profunda discrepancia que su partido mantiene con la futura norma, que, aseguró, no respeta ningún principio de progresividad al favorecer en la rebaja fiscal de manera significativa a las rentas más altas frente a las más modestas. Aún así, indicó que lo que va a condicionar el debate y la negociación política será el mantenimiento de los servicios públicos esenciales.

Márquez resaltó la plena disposición de los socialistas a respaldar las cuentas y lamentó lo que considera doble discurso del Gobierno, ya que a la posición marcada por el presidente, Juanma Moreno, tras la reunión con el secretario general socialista, Juan Espadas, le siguieron sucesivas declaraciones del consejero de Hacienda, Juan Bravo, del consejero de Presidencia, Elías Bendodo, y del vicepresidente, Juan Marín, de las que se deduce que el Gobierno andaluz «empieza a dar pasos atrás» en su voluntad de acuerdo.

Para el Gobierno, la pelota sigue estando en el tejado de la oposición. Bravo pidió ayer «un poquito de confianza» tanto a Vox como al PSOE-A para sacar adelante el presupuesto, cuya cuantía, aseguró, «va a crecer de una manera importante».

Según Bravo, este año se está cerca de que «el PSOE o Vox, o los dos» puedan dar su respaldo con voto a favor o abstención», aunque reconoció que conseguir la aprobación será complicado.

El portavoz parlamentario del PP, José Antonio Nieto, se esmeró ayer en presentar el proyecto de presupuestos que prepara el Gobierno como un documento carente de cualquier carga ideológica e imprescindible para afrontar la recuperación económica en el próximo ejercicio. «Es un borrador en el que pueden encajar perfectamente todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria», dijo Nieto, que incluyó también a Unidas Podemos en la ecuación.

Para Nieto, la propuesta del Gobierno andaluz descoloca a los partidos de la oposición por lo que considera ausencia de sesgo ideológico. «Cuando un gobierno de centroderecha propone presupuestos que incrementan más que nunca la inversiones para salud, educación y servicios sociales, la izquierda se queda sin argumentos, porque está acostumbrada a añadir carga ideológica, pero cuando hay que hablar de números y cifras le cuesta mucho trabajo argumentar», subrayó.,