Juanma Moreno, en la reunión de este sábado de la Ejecutiva de su partido. EFE/Julio Muñoz

Oportunidad y riesgo ante la 'Ley de Concordia' de Vox

Mirada periférica ·

El debate de un texto difícil de encajar en el perfil de partido que salió del congreso de Granada pondrá a prueba al PP

Domingo, 12 de diciembre 2021, 00:04

El Parlamento de Andalucía puede asistir en el próximo pleno a un momento bisagra, un cruce de caminos donde los protagonistas deberán tomar decisiones. Hay ... oportunidad y también riesgos.

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La Junta de Portavoces ha incluido en el orden del día la toma en consideración de la propuesta presentada por Vox como 'Ley de Concordia' con la que esa formación pretende derogar la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía aprobada durante la pasada legislatura y anular todo expediente incoado en aplicación de esa norma.

Se trata de una propuesta que, bajo el argumento de pretender «volver al espíritu de concordia de la Transición», iguala en su tratamiento a tres períodos históricos diferentes: la Segunda República, la Guerra Civil y la dictadura, a la que el texto no menciona como tal.

Desde su inicio, la llamada 'Ley de Concordia' de Vox violenta el principal objetivo que se asegura perseguir. Sus impulsores no han intentado consensuar el texto con sus hasta ahora socios parlamentarios del PP y Ciudadanos y mucho menos con los grupos de la izquierda, que aglutinan a 50 de los 109 diputados de la Cámara. La 'Ley de Concordia', propuesta para reemplazar a una norma que, aunque no convence al PP fue aprobada sin votos en contra en 2017, no parece apuntar con convicción a la concordia.

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Ni en el PP, que trabaja en su propio texto, ni en Cs han adelantado si votarán para permitir que la ley inicie el trámite parlamentario, aunque de momento han mostrado dudas y distancia.

El debate pondrá a prueba al PP. Ante un texto difícil de encajar en el perfil de partido centrado con el que salió del congreso de Granada, deberá tomar una decisión. Y tendrá que hacerlo aún a riesgo de que Vox haya forzado la toma en consideración de su proyecto sin otro objetivo del que viene persiguiendo desde hace varios meses: encontrar un elemento definitivo de ruptura que le permita alimentar el relato de que el presidente ha sucumbido a lo que el partido de Abascal considera valores culturales de la izquierda y el globalismo y que en realidad no son otra cosa que consensos democráticos construidos durante 43 años de concordia.

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