Juanma Moreno contiene la euforia y llama a movilizar todo el voto para conseguir una victoria amplia

A cuatro días del comienzo de la campaña electoral y con todo el viento demoscópico a favor, en el Partido Popular comienzan a ver al exceso de confianza como un rival potencialmente más peligroso que sus adversarios políticos. Por ese motivo, el presidente de la Junta y candidato popular insistió en no dar por hecha una victoria que parece encaminada y reclamó a los suyos que no subestimen a sus adversarios, «una maquinaria política cuyo único fin es el poder» y a la que propuso enfrentar con «cercanía, sonrisa poderosa, humildad y proximidad».

El presidente tiene claro dónde están los votos decisivos que pueden darle el margen que necesita para gobernar sin ataduras. «Escuchemos a aquellos que no piensan como nosotros», pidió a un auditorio enfervorizado al que reclamó que trabaje para conseguir que el voto se concentre en «la única opción viable» de gobierno.

Moreno se dirigió especialmente a los antiguos votantes socialistas disconformes con lo que consideró política errante de Pedro Sánchez. «Que se lo piensen cuando llegue el momento, este proyecto es grande, no pensamos en pequeñito», dijo antes de definir al PP como el partido de las clases medias y trabajadoras.

El candidato popular puso sobre la mesa otro motivo que considera esencial para que el voto se decante por él. Dijo que su partido es el único que tiene las manos libres para decidir sobre qué camino seguir en Andalucía. «Otros dependen de decisiones que se toman a cientos de kilómetros de Andalucía, Feijóo sabe que las decisiones para Andalucía se toman en Andalucía», señaló ante el presidente nacional de su partido.

Tras reivindicar la transformación económica que, asegura, ha experimentado Andalucía desde su llegada a la presidencia de la Junta, Moreno insistió en que seguirá aplicando las mismas fórmulas puestas en marcha durante estos tres años y medio, entre las que la reducción de la presión fiscal ocupa un lugar esencial. Aseguró que mientras sea presidente no recuperará «ni loco» el impuesto de sucesiones y puso por primera vez cifras a la rebaja fiscal que piensa aplicar durante la próxima legislatura. «520 millones de euros se quedarán en los bolsillos de los andaluces», concretó.

En esa línea, explicó que este compromiso con las rebajas fiscales no responde a un dogma de fe, sino que es consecuencia de que se ha comprobado que se trata de una fórmula que funciona, con más de 280.000 nuevos contribuyentes y más de 82.000 nuevas personas censadas en la comunidad autónoma tras la reforma fiscal aprobada por el Gobierno andaluz.

Reivindicó además que esta política ha conseguido situar a Andalucía entre las comunidades más prósperas de España, la segunda que más exporta y «capaz de atraer inversiones por las condiciones fiscales y la seriedad y el rigor que garantizan este Gobierno».