Antonio Maíllo regresa al primer plano
El excoordinador andaluz de Izquierda Unida asume el desafío de reorganizar la coalición en todo el país, sumida en el desconcierto tras la etapa de Garzón y con conflictivas relaciones con Sumar
Antonio Maíllo dejó el primer plano de la política a mediados de 2019. En aquel momento el gobierno de la Junta de Andalucía presidido por ... Juanma Moreno daba sus primeros pasos y la alianza que él había forjado con la entonces líder de Podemos, Teresa Rodríguez, para evitar que Izquierda Unida fuera devorada por la por entonces vigorosa formación morada apenas había comenzado a desgastarse.
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La ruptura vendría después, pero para entonces el coordinador de Izquierda Unida en Andalucía había conseguido la supervivencia de su organización en el contexto más desfavorable y en dificilísimas circunstancias personales. Apenas recuperado de un cáncer que lo obligó a abandonar momentáneamente toda actividad y que redujo a mínimos su ya menuda figura, decidió dar un paso al costado y volver a sus clases de latín, no sin antes lamentar que la dedicación a la política no fuese compatible con llevar una vida mínimamente normal.
Quienes creyeron que aquel era un retiro definitivo se sorprendieron cuando en la última asamblea federal, se incorporó a la dirección colegiada de la coalición. Desde ahí, todavía en un segundo plano, el que fuera máximo responsable de IU en Andalucía y el dirigente de esa formación con más prestigio en las bases desde la salida de Julio Anguita ha visto en primera persona la falta de rumbo de la coalición que en su día supo agrupar a todo el espacio político a la izquierda del PSOE pero que desde el surgimiento de Podemos en 2014 no acierta a encontrar el rumbo.
La formación morada ya ha quedado reducida a un lugar testimonial, pero Izquierda Unida no ha conseguido recuperar su lugar en la política española y el proceso de conformación de Sumar, en el que participa, se está revelando tormentoso en un contexto general de desmovilización de la izquierda.
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La salida de Alberto Garzón de su puesto de coordinador general, también conflictiva, abrió un proceso de relevo que ha sacado a la luz diferencias y un desapego de las bases con quien en principio aparecía como sucesora, la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, a quien su prematura postulación para ocupar la coordinación general ya ha comenzado a pasarle factura. La candidatura que patrocinó en las recientes primarias para las elecciones europeas, encabezada por Henar Moreno, quedó en tercer lugar con apenas el 13 por ciento de los votos.
Fuentes de IU en Andalucía aseguran que esta federación, la más potente de la coalición, está molesta con Rego. Su candidatura a la dirección sin respetar tiempos ni consultar a las bases, otras decisiones asumidas en solitario y la postura pasiva que suele adoptar cuando se producen tensiones entre IU y Sumar han roto la posibilidad de tejer consensos en torno a su figura. Además, aseguran, sus maneras han traído malos recuerdos. La construcción política en torno a un liderazgo personal con decisiones que no son fruto de reflexiones colectivas casa más con el estilo de Pablo Iglesias que con la tradición asamblearia de IU.
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Ante esta situación de división –a las primarias para las europeas concurrieron tres candidaturas- Maíllo ha tomado la decisión de intentar alcanzar un acuerdo de mayorías. Cuenta con los dos apoyos más relevantes dentro de Izquierda Unida, el mayoritario del Partido Comunista y el de la federación andaluza. ¿Será el nuevo coordinador general? La decisión no está tomada, pero de momento ha decidido abandonar su retiro, coger el timón e intentar enderezar el rumbo.
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