Francisco Carbonero: «Andalucía por sí sola no sale de esta situación, necesita fondos adicionales»
El secretario general de CC OO no optará a la reelección en el próximo congreso regional del sindicato
Lalia González
Domingo, 4 de diciembre 2016, 01:25
Con el respaldo que le da tener a 150.000 personas que cada mes pagan su cuota, Francisco Carbonero (Córdoba, 1958) es un protagonista indiscutible ... de la actualidad andaluza. Su visión de la comunidad se caracteriza por la crudeza. No pone paños calientes ni hace concesiones fáciles al buenismo. En esta entrevista expone su preocupación por la situación de la comunidad y urge a una decidida inversión pública para reducir el diferencial con otras regiones. Entre tanto, engrasa la maquinaria para volver a las calles y prepara su propia despedida, para finales de mayo, porque no optará a la reelección en el congreso del sindicato.
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Vuelven las movilizaciones sindicales,de momento para el día 15, y se atisba una primavera caliente ¿A qué se debe?
A mí no me gusta anunciar cosas si no van a llegar. Las movilizaciones ahora no son fáciles, sobre todo en la empresa, en disputar el convenio colectivo, la reforma laboral nos ha situado en una posición muy difícil. Pero nosotros vamos a convocar una primera el día 15 por algo que nos parece imprescindible, que es la mejora salarial y dentro de ella el salario mínimo, las pensiones, la protección de la gente parada que no tiene nada. También habrá una manifestación el día 18 en Madrid. En los días de fiesta no convocaremos, pero vamos a mantener asambleas e información.
¿Qué buscan?
Primero, a corto plazo, que en los Presupuestos Generales del Estado hablemos de inversión, empleo y protección, y después, a medio plazo, abordar pensiones, fiscalidad y grandes acuerdos de legislatura que supongan un reparto de la riqueza
¿Vuelven los sindicatos?
Nunca hemos dejado de estar, el problema es que no se visualice lo que hacemos. Tampoco lo tenemos fácil. Donde estamos la gente lo sabe. Hay una coyuntura con un gobierno en minoría, con una correlación de fuerzas distinta y eso da un juego diferente de oportunidad para la negociación. No nos gustaría movilizar, sino negociar y acordar mejoras. La movilización siempre es como consecuencia del fracaso de la negociación. Queremos hacer llegar al gobierno, ahora que no tiene mayoría absoluta, que nosotros queremos incidir para reponer derechos y mejorar las condiciones de vida
El PSOE se ha sumado. ¿Cómo lo interpreta?
Creo que el PSOE tiene una especie de esquizofrenia en este momento, bipolar, quiere cambiar, quiere estar pero la izquierda, y dentro de ella meto al PSOE y con más responsabilidad que otros, fracasó después de las primeras elecciones cuando tuvo la posibilidad de gobernar para cambiar políticas. Estuvieron pensando en sus coyunturas partidarias y de intereses de sus dirigentes por encima de los intereses generales. Al final el PSOE ha permitido que gobierne la derecha. Ahora está entre si le aprueba los presupuestos o no se los aprueba y además quiere estar en la movilización. Tiene que aclararse.
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¿Cómo, en su opinión?
Estoy convencido de que el PSOE no volverá a ser el PSOE si no se regenera por la izquierda.
¿Podemos le corteja? ¿Cómo están las relaciones, a nivel andaluz? ¿Hace IU de puente? Es evidente que la fuerza de CC OO interesa mucho
Nosotros tenemos una relación de simple y llana cordialidad con los partidos. Los de la derecha y la izquierda. Cuando se acercan al sindicato lo hacen con el único interés de utilizar su fuerza e influencia en beneficio propio.
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¿Cómo lo ve en Andalucía?
Si en este momento hubiera elecciones creo que gobernaría el Partido Popular. Si es la fuerza mas votada, Cs, la bisagra que hasta ahora no había existido, va a facilitarle que gobierne. Mi preocupación no es que el PSOE pierda las elecciones, es que nosotros no queremos que gobierne la derecha. Por ideología, por el bienestar de la gente, por el reparto más equitativo de la riqueza. Y yo veo a Andalucía mal.
¿Por qué?
Andalucía no tiene un relato a futuro. Siempre lo ha habido, con más o menos acierto, en el gobierno y la oposición.
¿Y cuál es ese relato?
Yo creo sinceramente que nosotros por si solos no salimos de esta. No tenemos fortaleza financiera, no tenemos instrumentos, la política económica de austeridad, tope de gasto, FLA, no da margen para invertir y aquí deberíamos estar los andaluces generando un relato y un compromiso amplio de que el modelo de financiación tenga fondos adicionales para salir de esta situación. Si no, es muy difícil.
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¿La Junta está paralizada, en situación de provisionalidad por la posible salida de Susana Díaz?
Creo que la Junta está un poco a salir de la coyuntura diaria, no veo una fortaleza de una estrategia a futuro con una línea clara de qué queremos los andaluces, cómo vamos a desarrollar el Estatuto. Hemos perdido casi el doble de la media de España en convergencia con Europa y si no hay inversión pública las estrategias industriales no van a nada. El capital privado aquí es muy perezoso, no tenemos grandes empresas. El icono que teníamos, Abengoa, se nos derrumba. No tenemos fortaleza financiera, las cajas se convirtieron en un problema. Estamos sin posibilidades de salir de esta por nosotros mismos.
El presidente de AC Hoteles ha dado la campanada con su denuncia de las prácticas de externalización y rebaja de costes, que ha considerado explotación. ¿Cree que cundirá en el empresariado?
Eso lo decimos nosotros todos los días pero no tiene el mismo eco. Viene bien que se reconozca. Andalucía tiene muy pocos empresarios y muchos comerciantes. Una cosa es el vender y el comprar y otra cosa gente que cree un proyecto, que lo mime, que invierta y que busque la rentabilidad a un medio plazo. Aquí somos más de hacer una pequeña inversión a ver si al día siguiente estamos doblando el beneficio.
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Y está la economía sumergida
Un ejemplo espectacular es la noche. Bares, pubs, discotecas, tienen un montón de jóvenes trabajando a los que dan de alta dos o tres horas por si llega un día, que no llega, la inspección de trabajo. Con un gin tonic que venden le pagan la noche a un camarero. Los chavales no tienen otra cosa. Vas al campo y es igual. De esta situación de deterioro económico nos va a costar salir.
¿Hay manera?
Lo primero es darse cuenta de que tenemos una enfermedad para curarla, pero no queremos reconocerlo. Además supone que tendremos las pensiones más bajas.
Discriminación
Le he oído decir que para CC OO las políticas industriales son tan queridas como las de igualdad, sobre todo porque suponen mejor salario y mejores pensiones.¿Qué opina de la estrategia industrial que tiene elaborada Empleo?
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Si se desarrollara tal y como está daríamos un paso tremendo. Mi duda es si va a haber dinero público bien puesto, que apueste hacia su desarrollo.Yo no veo que haya recursos financieros suficientes. Espero que eso cambie, pero no lo veo fácil, por mucho que lo reivindicamos, consensuamos, aportamos. Ahí falta algo más.
¿Que pague el Gobierno de España, pues? ¿Suscribe la idea de la discriminación de los andaluces en inversión por peso de población?
Hemos de tener gran preocupación por la financiación autonómica. No solo vale adaptarla a los servicios básicos para garantizar la igualdad. Es que en Andalucía necesitamos fondos adicionales para buscar otra vez la convergencia, a través de inversiones. Y hay que abordar de una vez el problema del campo, algo importantísimo y de lo que se habla muy poco.
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¿A qué se refiere?
Necesita una gran reconversión, como en su momento se hizo en la industria. El campo andaluz no sostiene 500.000 empleos, que son las cartillas agrícolas que hay. No es posible dar trabajo a esta gente, no lo es. La mecanización, las temporadas más cortas. Algo habrá que hacer. La nueva ley de agricultura no se acuerda de los trabajadores del campo, de medio millón de personas. El PER no puede ser de por vida. Los trabajadores del campo tienen que tener protección, pero hay que pensar qué hace Andalucía con tantos miles de millones como se han repartido a los terratenientes, y seguimos vendiendo a granel, no comercializando. Igual soy pesado pero hay que abordarlo y eso da pánico, a la Junta, al PP, a las organizaciones agrarias. No estoy hablando de reforma agraria ni de banco de tierra, que me parece que son ruina. Abordar cómo cambiar la situación, porque aunque la propiedad de la tierra está muy dispersa quien marca las pautas son los grandes terratenientes.
¿Subir el salario mínimo fomenta o no el empleo?
Más salario mínimo, buscando los equilibrios evidentemente, es más empleo. Sobre todo en una sociedad de servicios como la nuestra, que no podrá vender si la gente no tiene para comprar. Las empresas más competitivas, las que más exportan son las que tienen los salarios más altos. Puedes incentivar a los autónomos para que pongan muchas fruterías, pero la gente no comprará más tomates si no tienen más ingresos. Ese discurso del emprendimiento...
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¿No lo comparte?
¿Para poner un quiosco de chucherías, para que cada trabajador despedido se gobierne su ruina con la indemnización? Eso es un discurso para salir del paso, coyunturista, sin ningunas expectativas de futuro. Se crean no se cuántos miles de empresas, pero ¿con cuántos trabajadores? ¿cómo se las tutela para que sean productivas y generen empleo?. En este país, especialmente en Andalucía, igual se ha sido poco exigente con el dinero público, contrata a seis trabajadores y al mes siguiente despide a cuatro, usted me trae el dinero para acá. Es preciso vigilancia, control. Todo esto tiene solución, pero no veo el brío necesario a quien lo tiene que hacer.
Hábleme del mercado laboral. Su sindicato ha denunciado el alto número de parado de larga duración sin prestaciones.
En Andalucía partíamos ya de una situación difícil. Al ser mucho empleo estacional a los trabajadores se les acabó el desempleo contributivo antes que a los que salían de ERE de industria de Cataluña, Madrid, Euskadi. Pasaron al subsidio, y éste también se acaba. Al pasar las ayudas a parados de larga duración de los 52 a los 55 años ha dejado a muchísima gente desprotegida. Hay 800.000 personas que llevan más de dos años en el desempleo, el 70% de los parados según la EPA. Es tremendo. ¿Adónde va esa gente? Entran en la desesperación y se llega a un empobrecimiento tremendo y colectivo, contagioso. Pero por muchas voces que demos y muchas razones que tengamos, es muy difícil colocar nuestro discurso.
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¿A qué atribuye el descrédito de los sindicatos?
Siempre lo hemos tenido en una parte de la población, porque no representamos a todos. Disputamos a una parte de la población riqueza y condiciones. Es verdad que habremos cometido errores, pero cuando se hace una encuesta se pregunta a todo el mundo y donde está el sindicato no está desprestigiado. La reforma laboral ha limitado muchos espacios, creo que de forma interesada, sobre todo en el primer momento de la crisis y el gobierno del PP. En 2012 era una ofensiva permanente todos los días. A mí me han llegado a mirar mi casa de toda la vida, a preguntar si yo iba a comer, cuánto me gastaba en el bar. Era un acoso tremendo. Ir por la calle e insultarte, «¡vais a arruinar al país!». Esa hostilidad no era de los trabajadores. Lo hemos sufrido en CC OO y en Andalucía, donde ha estado un foco tremendo, hemos tenido muchos titulares pero nadie ha podido demostrar que hemos hecho cosas ilegales.
Tuvieron un caso por una subvención de salud laboral, que fue archivado después de la muerte del principal imputado, el secretario de organización. ¿Qué sucedió?
Empezaron a poner denuncias, llegó Manos Limpias, nos pidieron cinco años, hubo portadas, titulares. Resulta que no había caso. En este país se ha criminalizado todo. La Justicia tiene que actuar, esto no puede ser un linchamiento público permanentemente. Aquí no existe la presunción de inocencia. Existe la presunción de condena. De la derecha, la izquierda y los mediopensionistas. Este país ha sido excesivamente permisivo, pero ahora no se puede linchar. Damos una imagen tremenda. Me imagino al inversor en la City que mira la prensa y piensa que aquí no coloca su dinero.
«Lo dejo por salud democrática»
A finales de mayo se celebra el congreso regional y usted no vuelve a presentarse a la reelección como secretario general. ¿Cuál es la razón?
Por salud democrática. Voy a cumplir 13 años en el cargo y antes estuve en la segunda responsabilidad, como secretario de organización. Lo que en estos años no se me haya ocurrido, lo que no haya hecho y no haya aportado no creo que se me vaya a ocurrir.
¿Le cuesta hacerlo?
A todo el mundo le cuesta tomar esta decisión. Por la experiencia, el mayor conocimiento,uno puede creer que está en su mejor momento. Nuestra organización aprobó en el anterior congreso la limitación de mandato. Me siento muy orgulloso de haberlo impulsado y de que ahora se cumpla.
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¿Qué balance puede hacer de esta etapa?
A pesar de que estos 4-5 años últimos han sido durísimos, donde hemos tenido que tomar decisiones internas incluso de despedir a compañeros, y te duele el alma; a pesar de la ofensiva contra los sindicatos, me llevo grandísimas satisfacciones. Primero, la gratitud de los trabajadores por lo que se hace por ellos. Que después de todo lo que ha pasado CC OO tenga en torno a 14.000 representantes sindicales en las empresas andaluzas creo que es el ejemplo de la confianza en nosotros,del esfuerzo de mucha gente, la renovación de cuadros con gente nueva, con valentía y muchísimas capacidades. Auguro que el sindicato va a relanzarse con la nueva dirección y va a subir la afiliación.
¿Cuánta tiene ahora?
Somos transparentes, en el portal figura. Estoy absolutamente convencido de que no hay otra organización que tenga 150.000 personas que todos los fines de mes pagan su cuota. Y hemos perdido porque llegamos casi a 200.000. Somos la primera organización territorial del país dentro de CC OO, pese al desempleo y la atomización. Nuestra fortaleza es tremenda y eso nos ha permitido resistir.
¿Está la sucesión trazada?
Todavía no hemos discutido eso. Confío en una sustitución fruto del consenso. Hay gente muy capaz y con seguridad que va a ser un cambio generacional.
¿Cuál es su proyecto vital ahora?
No me preocupa para nada. Mi empresa, Prasa, está cerrada. Ya haré algo en el sindicato, pero no en órganos de dirección de Andalucía.
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