Paso al futuro... con zapatillas nuevas

Hay que reconocer que los zapatos nuevos implantan un estado de optimismo y seguridad que, aunque nos dure poco tiempo, es sencillamente especial. Desde la cofradía son conscientes de este privilegio que, por desgracia, muchos pequeños no pueden tener cuando comienzan un nuevo curso escolar.

Por este motivo, desde hace alrededor 15 años aúnan fuerzas y recursos económicos para conseguir comprar entre todos los hermanos al menos 100 pares de zapatillas para entregarlas a las hermanas del Colegio Virgen de la Milagrosa, que se encuentran en Echevarría de El Palo al lado de las personas más vulnerables del barrio. Una de las más veteranas, Sor Raque Capellán (de azul en el centro de la foto superior), lleva al pie de esta iniciativa, 'Ningún niño sin zapatillas', desde el principio, a la que ahora se ha anexionado la Obra Social 'La Caixa' y otras entidades que trabajan en zonas en riesgo de exclusión social.

Miguel Villar, coordinador de la parte social de la Cofradía de Estudiantes, explica que «atienden una necesidad real que existe en el barrio» y gracias a las hermanas del colegio consiguen ese listado de personas que verdaderamente necesitan unas zapatillas. «Con mucho esfuerzo, porque este año está siendo muy duro para todos, hemos conseguido comprar 104 pares de zapatos», explica Villar. La entrega a las hermanas religiosas se realizó hace ya un par de semanas, pero lo cierto es que el proyecto no finalizó aquí.

Desde la cofradía quisieron ayudar a más colectivos de la zona, por lo que pidieron la colaboración de la Fundación 'La Caixa' para que el proyecto continuara. La entidad bancaria les dio un sí rotundo y se comprometieron a duplicar el número de zapatillas que ellos consiguieran comprar. A partir de este punto entran en juego otras entidades malagueñas y hasta centros escolares.

En la misma barriada de El Palo, Fernando Gutiérrez, presidente de AMFREMAR, trabaja diariamente muy duro con un equipo humano para paliar las situaciones de pobreza que viven muchas familias de la zona. Cuando han visto que esta iniciativa ya se está moviendo, y pronto será una realidad para los niños y mujeres de la asociación, no pueden estar más agradecidos con la entidad bancaria por «mostrar esa sensibilidad» con las personas vulnerables.

Desde AMFREMAR se ha hecho el reporte de 72 pares de zapatillas, divididas por género y número. «En la barriada ya estamos cuadruplicando los servicios que dábamos y no sabemos cuánto vamos a aguantar, pero estaremos aquí. Cualquier ayuda que recibamos la agradecemos con el corazón y es muy necesaria para nosotros», apunta el presidente.

Con la empresa Anzamar como respaldo y distribuidora, desde la Obra Social 'La Caixa' contactaron también con las entidades que responden las necesidades más acuciantes en uno de los lugares donde la extrema pobreza en Málaga es más que evidente: Los Asperones. Allí, Alejandro Matías, presidente de la Fundación Marcelino Champagnat, en coordinación con el colegio público María de la O en la barriada, también se sumaron al proyecto para proveer a los pequeños del barrio de las zapatillas que necesitaran. Eso sí, han querido hacerlo bajo demanda. «Hablamos con Benito Gil, proveedor de las zapatillas de la empresa Anzamar y compramos los 102 pares que nos pidieron. Lo vamos a hacer mediante una tarjeta de prepago. Así a las familias se les dará cuando lo necesiten y se gestionará lo mejor posible», cuenta Yolanda Solero, de la Fundación 'La Caixa'.

Desde la Fundación Marcelino Champagnat explican que están en contacto continuo con la asociación El Chavorrillo que formaron los profesores del colegio María de la O y MIES, creando una red «para poner en práctica toda la ayuda que reciben» y unir todos los puntos en común para que los niños y niñas de Los Asperones puedan correr hacia su futuro en las mejores condiciones.

Patxi Velasco, director del colegio de la barriada, cuenta que continúa esa situación «de olvido» a la que se expone Los Asperones: «El otro día vino al colegio un niño en chanclas y eso es algo raro porque ya empieza a hacer fresco. Resulta que tiene otro hermano y se turnan los tenis y las chanclas, que es lo único que tienen», explica Velasco, problemática a la que le pusieron fin en poco tiempo.

Ahora, con la campaña'Ningún niño sin zapatillas' que ya está puesta en marcha, los pequeños y sus familias en situaciones de vulnerabilidad no tendrán que verse en situaciones así. Porque la felicidad de llevar zapatos nuevos será colectiva.