Colonias veraniegas sí, pero con mascarilla

En todas estas jornadas, niños y niñas desde los 3 años hasta los 12, aproximadamente, ríen, cantan, juegan, se divierten, hacen amigos y bailan. Resulta para ellos una experiencia de alivio ante un verano que, normalmente, se hace muy largo.

Pasadas las 10.45 horas de la mañana, la cancela del Colegio Nuestra Señora de Gracia, muy próximo al Jardín de Los Monos, se abre para SUR en un día de jolgorio, ajetreo y juegos, como todos. Allí los más pequeños del campamento, de entre 3 y 5 años, juegan con la plastilina haciendo formas que se convertirán en instrumentos musicales, una tarea nada sencilla aunque muy conveniente porque es el tema de la colonia de este año. Marina Haro, monitora de esta clase en concreto, tiene 23 años y se especializó en educación infantil, por lo que ya está más que curtida en el trato con los pequeños y en solventar la jornada con una amplia sonrisa. En cambio, su compañero Antonio Luis Romero, que ejerce de voluntario con 17 años, no tiene aún tanta experiencia, pero ya va preparando las tablas para cuando termine su bachillerato.

Ambos forman el equipo soñado, porque mantener entretenidos a niños tan pequeños es una heroicidad que logran día tras día: «Llevamos ya dos semanas con ellos y la verdad es que estoy muy contenta. A ver, son traviesos, pero es normal, aquí se lo pasan muy bien», relata Haro mientras no pierde de vista a uno de los grupos. En ese mismo aula, un pequeño patio e incluso un arenero les sirve para pasar una mañana en su grupo burbuja sin contacto con otros chicos y chicas del centro.

Este es el sentido de unas colonias muy pensadas, estudiadas y meditadas. Desde Incide, repiten la misma mecánica que en el verano de 2020, cuando se enfrentaron a la realidad casi a ciegas, pero saliendo airosos. Paqui Palomo, una de las coordinadoras del programa de CaixaProinfancia de la entidad, cuenta que el año anterior coordinaron cerca de 500 niños en las mismas colonias, y este año, «que muchas de las familias no han podido volver a su país de origen o a sus pueblos para pasar el verano» han visto una mayor afluencia que debían atender. «Ahora no es momento de relajarnos, porque tenemos más niños y porque aunque esté todo medido ellos se lo pasan bien. Queremos que disfruten de las actividades, sobre todo las que hacemos al aire libre», explica esta profesional.

En la segunda planta, Francisco González acumula escasos días con niños un poco más mayores cubriendo la baja de una compañera. Allí el ambiente es mucho más distendido; unos hacen un puzzle, otros juegan entre ellos y otros charlan mientras esperan la hora del recreo, en un tiempo muerto o «tiempo libre» que su monitor les concede tras realizar varias actividades.

Lo cierto es que no sólo su verano se queda en el aula; estos campamentos están repletos de salidas semanales a distintos puntos: la playa, el Aquavelis e incluso un concierto final como colofón a un mes muy intenso. Chelsey Whyte apunta que recientemente han asistido al Centro de Artes y Música Moderna de Málaga (CAMM), donde los pequeños disfrutaron aprendiendo a tocar instrumentos de percusión y conociendo más sobre las distintas familias musicales: «Los niños están emocionadísimos con el Aquavelis, tienen muchas ganas de hacer actividades del estilo fuera del centro», relata la monitora mientras otros pequeños gritan «¡Aquavelis!» cuando se lo escuchan decir.

En la tercera planta, los más mayores tienen su territorio personal, a cargo del más experimentado de los monitores, Alejandro López, que lleva desde 2013 trabajando con Incide en estas colonias tan divertidas: «Me gusta mucho este campamento, porque hacemos actividades variadas. Además, a algunos niños ya los conozco porque están conmigo en clase... Me lo paso mejor aquí que en casa», confiesa uno de los chicos que se encuentran en un pequeño parón tras realizar un cuento colectivo, que no ha tenido muy buen final para el protagonista.

Para el mes de agosto, desde Incide tienen preparada una colonia similar a la que denominan 'SYGA', un programa de refuerzo para garantizar la alimentación infantil en ese mes de verano que organizan con la Junta de Andalucía como respaldo en el CEIP Miguel de Cervantes, en el CEIP Nuestra Señora de Gracia o en Vélez-Málaga en el colegio La Gloria.

Pero mientras, seguirán con su rutina hasta el 30 de julio: desayuno, almuerzo y actividades varias en el mismo centro para pasar un verano distinto, pero divertido.