Una colonia urbana con objetivos sostenibles
Arrabal-AID y CaixaProinfancia organizan su 13 campamento en el mes de julio en el que participan unos 130 niños en situaciones de vulnerabilidad social
Hace dos años, la imagen general del campamento de verano de CaixaProinfancia en la asociación Arrabal-AID era una de las grandes pruebas de la ... situación tan complicada que atravesaba el mundo a raíz de la pandemia. Entonces, el equipo de profesionales que estuvo con los pequeños durante un mes en el CEIP Moreno Villa del barrio de la Roca fueron unos auténticos valientes al enfrentarse por primera vez a un aula con distancia, mascarillas y ventilación. Por suerte, todo salió como esperaban y unos 90 niños y niñas en situaciones de vulnerabilidad social pudieron disfrutar de su verano mientras aprendían aquellas materias que se les habían atragantado durante el confinamiento.
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Hoy, la imagen en estas colonias es bien distinta. Ya las mascarillas no ocultan la sonrisa de los más de 130 pequeños que participan este año y aquello de la distancia de seguridad es un tema anecdótico. En la 13ª edición de estos campamentos, que impulsa el programa CaixaProinfancia de Fundación 'La Caixa' con varias entidades de Málaga, una de ellas Arrabal, uno de los objetivos de sus profesionales es que los niños aprendan hábitos más saludables, sigan haciendo amigos y vivan un mes de julio muy dinámico.
Lo curioso de la idea de colonia de este año es que en las aulas ya no se imparte refuerzo educativo, pues el coordinador de este campamento desde la asociación Arrabal, Juan Muñoz, explica que la meta principal de esta edición es trabajar alrededor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): «Como ya reforzamos otros muchos aspectos educativos con los pequeños en otros programas de CaixaProinfancia quisimos centrar este año las colonias en los ODS y enfocarlo en distintas áreas por semana», recalca.
De este modo, comenzaron con la creación de hábitos saludables en los pequeños, hicieron talleres de desarrollo emocional o de relaciones interpersonales y programaron actividades de ejercicio físico (con diversión incluida): «También hicimos actividades con EMASA o con el Aula del Mar, porque este año uno de nuestros objetivos era trabajar en red con empresas que están a nuestro alcance», explica el coordinador.
La segunda semana se enfocó a la participación, sostenibilidad, cooperación y responsabilidad social a través de distintos valores. En esos días se hizo, incluso, un pleno infantil en Palma Palmilla donde participaron muchos de estos pequeños.
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Una semana medioambiental
La tercera semana se enfocó a la conciencia medioambiental, con el fin de reconocer y valorar los recursos que los niños y niñas tienen a su alcance: «Hicimos una salida al vivero provincial, actividades con el área de Medioambiente o trabajo de campo en el barrio de la Roca para que los niños conocieran los recursos que tienen cerca y cómo pueden cuidarlos», apuntan. En esta semana de mirar por el medioambiente, la colonia realizó una de las actividades que más le gusta a los pequeños: una salida a la playa. Además, esta excursión partía de un plan de deporte y de trabajo en equipo, jugando al vóley playa con la participación de una empresa externa que organizó toda la mañana.
Los menores, unos 50 a partir de los ocho años, llegaron a la playa de la Misericordia a eso de las 10.00 horas y, desde ese momento, no pararon de divertirse. Mientras tanto, los más pequeños del colegio pasaban el día en el Bioparc de Fuengirola: «La implicación de los niños en el campamento y en la temática de los ODS ha sido progresiva, en cuanto han entrado en la dinámica hemos visto una evolución muy positiva, se implicaban mucho cuando pasaban los días», explica Juan Pablo Pérez, educador social y profesor de apoyo educativo en el programa de CaixaProinfancia.
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Junto a él, se desplazaron hasta la playa otros cinco profesionales más para estar con los pequeños y no perder a ninguno de vista. Mientras unos se bañaban, otros jugaban al vóley o descansaban en la sombra.
Una de las historias más curiosas de la mañana fue la de Mohamed, un chico de 20 años que estuvo en 2019 como participante de estas colonias. Viendo el cariño que recibió durante ese año, a este joven malagueño se le ocurrió que podría ser voluntario en los campamentos y devolver toda la ayuda recibida: «Me gusta mucho ayudar a la gente, sobre todo a quienes me echaron una mano en mi etapa escolar. Echamos un rato muy agradable, de ocio, y he hecho muchos amigos. Los niños me dicen 'profe' y eso para mí es un orgullo», relata este chico, que el año que viene viajará hasta Francia para probar suerte en la Legión Extranjera.
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Trabajar en la diversidad
Esta semana es la última de campamento y ya hay caras tristes por terminar una de las actividades más divertidas del año. Además, estos últimos cinco días se dedicarán a educar en diversidad e inclusión: «Trabajaremos conociendo las diferentes diversidades, como la funcional, cultural, generacional, la igualdad de género... Aprenderemos lengua de signos, braille o nos pondremos gafas de visión reducida. También tendremos un taller sobre el colectivo LGTBI y haremos juegos multiculturales», explican. Un año más estos campamentos cumple su objetivo y mejoran la vida de muchas familias para tener hábitos más saludables.
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