Arrabal-AID: Un aniversario con miles de historias superadas

Ella tampoco puede evitar emocionarse cuando habla de lo que ha superado: «Estaba en prisión y desde ahí conocí a Arrabal, cuando salí empecé con ellos a hacer los cursos y me han acompañado en todo momento. Yo tengo tres hijos y todo ha sido muy complicado», confiesa la usuaria de la asociación. Y ahora, los dos forman parte de ese grupo de personas que de la mano de los profesionales de Arrabal-AID han conseguido poner un nuevo rumbo a su vida y encontrar trabajo: «Me he encontrado a mucha gente buena por el camino, en la asociación me aconsejan y me ayudan mucho porque yo ahora mismo no tengo a nadie. Siempre he tenido muy mala suerte y quise cambiar y apuntarme a todos los cursos posibles para encontrar un trabajo; aprobé y me llamaron en una empresa donde tenían hueco e intenté demostrar todo y aprovechar el tiempo. Conocer a Arrabal ha sido como tocarme la lotería», asegura el malagueño sin esconder su alegría.

Todo gracias al equipo de Arrabal-AID y a las diferentes iniciativas con las que trabajan para tender la mano a los que lo necesitan. La asociación ha hecho balance de este último año y los datos corroboran esta colaboración con la ciudadanía: en el 'Programa Incorpora' de Fundación 'la Caixa' y 'Más Empleo' han atendido a 359 personas; en 'Andalucía Orienta' a 1.556; desde la 'Escuela Segunda Oportunidad' han participado 16 menores de 30 años de los cuales 8 han conseguido un empleo. Estos son sólo algunos de los programas en los que Arrabal-AID trabaja día a día y, además, esta asociación está de aniversario este 2023 con sus 30 años de vida.

Este balance de 2022 llega a SUR acompañado de las palabras del presidente de la asociación, Julio García Daza: «Treinta años acompañando en materia de empleabilidad a personas en situaciones de vulnerabilidad nos hacen reflexionar en torno a todos los retos y metas que aún tenemos por delante. Por ellos y ellas nos levantamos cada mañana con ilusión de seguir cavilando nuevos proyectos que ayuden a construir una sociedad más preparada, que conozca sus fortalezas y sus debilidades y que, por encima de todo, sea una sociedad justa, empática y solidaria. Mirando donde todos han mirado pero viendo lo que nadie vio».

Las dos historias anónimas confesadas a SUR confirman que las palabras de Julio García son pura verdad y la labor de las asociaciones es más necesaria que nunca en una sociedad que cada vez más cae en la pobreza con riesgo de exclusión social. Además, es algo que llega sin avisar, como le pasó a este usuario: «Fui por caminos equivocados en la vida y tomé decisiones que no eran correctas. Me vi solo, nadie me levantó y nadie me aconsejó; me vi en la calle y ya no podía más incluso no sabía si quería seguir viviendo o no. Soy malagueño y no sabía nada de la ayuda que ofrecen estas asociaciones... La única forma que tenía de salir adelante era encontrar un trabajo y retomar mi vida. Ellos lo hicieron posible», valora este usuario al hablar de Arrabal-AID.

Al igual que ella: «Todo lo tengo que agradecer a ellos que me han acompañado con mucha paciencia. Yo lloraba mucho y quería todo a la primera, era muy impaciente y lo pasé muy mal en la cárcel. Pero ellos me han ayudado a ir superándome y a saber que todo tiene un tiempo y una razón», confiesa la usuaria. Son muchas historias las que atienden desde asociaciones como la de Arrabal-AID. Miles de historias, miles de problemas y miles de soluciones que son posibles porque hay personas detrás que trabajan por hacer este mundo un poquito mejor.