«Un 78% de las 13.000 personas fallecidas en Málaga en 2024 necesitaba atención paliativa»
La trabajadora social reclama «más sensibilidad» con los cuidados paliativos y resalta la necesidad de «autocuidado» de los propios profesionales
Una conversación con la malagueña María Vegas Pérez es suficiente para comprobar lo que ella misma afirma: está enamorada de su trabajo. La joven de ... 34 años es trabajadora social del equipo de Fundación Cudeca y forma parte del grupo del programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de Fundación 'la Caixa'; trabaja tanto en los cuidados de hospitalización de Cudeca como en la atención domiciliaria a personas con cuidados paliativos, además de ayuda burocrática a los pacientes. Justo en este momento, cuando apenas han pasado 48 horas desde que se celebró el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, la profesional desgrana el día a día de trabajo y las situaciones a las que se enfrentan. Justo ahora también que se han hecho públicos los datos: España está a la cola de los países avanzados en cuidados paliativos ocupando el 28º lugar del mundo, según el primer Atlas Mundial que ha elaborado la Universidad de Navarra con el aval de la Organización Mundial de la Salud. Y justo también unos días después del anuncio de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz: «Estamos trabajando en la creación de un nuevo permiso para cuidados paliativos».
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–Es su trabajo cada día, ¿cuáles han sido las situaciones más complicadas de llevar en sus últimas visitas?
–Desde el trabajo social atendemos cualquier problemática a la que se enfrentan, que puede ser la de cualquiera de nosotros. Últimamente tratamos con muchas personas que tienen dificultades relacionadas con la vivienda por los altos costes de los alquileres o porque muchas veces los mismos propietarios no quieren alquilar viviendas a personas con enfermedades que necesiten cuidados paliativos. Tenemos datos que hay que analizar: de las 13.000 personas fallecidas en Málaga en 2024, un 78% necesitaba atención paliativa»
–¿Los profesionales que os dedicáis a los cuidados paliativos os sentís desplazados? ¿Con menos recursos que otros servicios sanitarios?
–Hace falta más sensibilidad con el tema porque hay muchas conversaciones difíciles con el paciente y pasa por todas las emociones: preocupación, enfado, frustración, alegría... Todo el proceso de la enfermedad. Desde Cudeca hemos detectado que la demanda ha crecido un 22,4% en los últimos cinco años, o sea que los datos reflejan el crecimiento de la necesidad de tratarlos y la complejidad de los servicios que prestamos.
–¿Os lleváis el trabajo a casa? ¿Acabáis afectados por las situaciones diarias con las que lidiáis?
–Sé en el momento de vulnerabilidad en el que se encuentra cada persona con la que trabajo, partimos de la base de que nos movemos en ese contexto. Para mí, poder garantizar dignidad y confort en la última fase de vida de una persona es algo maravilloso; pero eso no significa que nos deshumanicemos ni mucho menos, yo cada vez que entro a una habitación o a la casa de un paciente pongo todos mis sentidos en esa persona. Si tengo que acompañarlos en el llano, en la risa... Lo que sea. Aunque estén en el contexto final de su vida, las personas también encuentran el sentido y la felicidad en muchos momentos. En mi caso, en cuanto salgo del trabajo, en mi tiempo libre, hago muchas actividades de autocuidado, como las que nos ofrecen dentro del programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de Fundación 'la Caixa'.
–¿En qué se basa ese autocuidado?
–Con este programa se ofrece atención psicosocial y espiritual a personas con enfermedad avanzada y sus familiares. En Cudeca, el equipo de atención que pertenece a este programa está compuesto por cuatro psicólogas y por mí como trabajadora social. A parte de dar atención a los pacientes, Fundación 'la Caixa' cuida a los profesionales y nos ofrecen formaciones específicas y organizan conferencias y jornadas de autocuidado; hacemos muchas terapias y actividades en las que hablamos de nuestro trabajo, cómo nos afecta al día a día y cómo llevar la sobrecarga emocional. Eso nos ayuda a normalizar nuestras emociones.
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