Agua que no has de beber...

Agua que no has de beber, no la dejes correr. Al menos no si se vive en Málaga, donde el precio del líquido elemento se ... ha encarecido en un tercio de los hogares. El agua, que mezcla bien con el whisky, pero mal con el aceite, está provocando una lluvia continua de críticas al Ayuntamiento por haber modificado el sistema de tarificación. Desde hace dos meses se cobra el consumo por persona; antes se hacía por vivienda. Como todo en la vida, este cambio beneficia a unos y perjudica a otros. Los primeros se alegran y aplauden la medida, mientras que los segundos se lamentan y fruncen los labios en señal de enfado. Esa sustancia cuyas moléculas están formadas por la combinación de un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno se ha convertido en la indiscutible protagonista en las conversaciones de pasillo y de los ascensores, donde la gente, cuando no sabe qué decir, habla del tiempo. Ahora lo hace del agua, que, además de líquida, inodora, insípida e incolora, tiene un precio. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, se ve que en su infancia fue un alumno aplicado, de esos que gustaban de experimentar por sí mismos las enseñanzas de sus maestros. El regidor aseguró la semana pasada que era capaz de ducharse con un consumo no superior a los quince litros a pesar de que mide un metro ochenta. Como buen aficionado al deporte, pensó que tenía que batir ese récord. Así que se puso manos a la ducha y, con la inestimable ayuda de su mujer, se cronometró y comprobó que sólo gastaba once litros. Como siga rebajando el consumo acabará duchándose con una botella de litro y medio. ¡Qué cosas! Parecen de chiste, pero son de verdad.