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Castellanos, en el restaurante D'María de Marbella, escenario de algunas anécdotas de su libro. :: Josele-Lanza
ENTREVISTA

Richy Castellanos: «Juan Pablo II me recibió por llevar a 20 sacerdotes a ver a Alejandro Sanz»

Bautizado como el mejor relaciones públicas del país, se ha atrevido a recoger en un libro las anécdotas más curiosas de 200 personajes famosos

MONICA PÉREZ

Domingo, 8 de septiembre 2013, 04:34

Más de dos décadas organizando eventos para los personajes más famosos del panorama nacional e internacional no solo le han servido para convertirse en el 'Camarón de las relaciones públicas', como han llegado a denominarle, sino para hacerse con una envidiable agenda de más de 3.000 teléfonos de figuras como Maradona, Messi, Sergio Ramos, José Tomás o Luis Alfonso de Borbón. Presume de «labia y profesionalidad», cualidades que ya le han abierto las puertas del Vaticano en dos ocasiones.

Su libro 'El hombre que susurraba a los famosos', escrito por Eloy Arenas con anécdotas desconocidas de famosos, se ha convertido en un éxito de ventas. ¿Somos cotillas por naturaleza?

Puede ser. Pero es que además yo tengo un millón de amigos, como cantaba Roberto Carlos, que han sabido valorar el libro. No es un 'best seller' para mí, pero como lo ha escrito Eloy Arenas, que es un grande, ha quedado bordado. Además no quería hacer un libro que me ahogara en el agua, contando lo que no debo, sino un libro simpático, respetado y que tiene el visto bueno de todos los famosos de los que hablo.

¿Cómo consigue un futbolista con aspiraciones a Primera División convertirse en el relaciones públicas mejor relacionado de España?

Todo empezó con una lesión, igual que le pasó a Julio Iglesias, que cambió mi rumbo. Luego fui haciendo contactos con personajes conocidos y organizando eventos. El secreto de mi éxito está en que cuido a mis clientes, les doy de lo bueno lo mejor.

Explíquese.

A los famosos hay que saber cuidarles. Conocerlos con solo mirarlos. Cuando uno de ellos me contrata para un acto yo tengo que saber intuir qué va con la imagen de ese personaje. Por ejemplo, para la presentación de un disco de Joaquín Sabina invitaría a Pablo Carbonell, Santiago Segura, Vicente Amigo, José Tomás o a Guti. Si es una presentación de un reloj de lujo, sé que debo optar por nombres como Eugenia Silva, Nieves Álvarez o Luis Alfonso de Borbón. Cada cosa tiene su misterio. Yo hago mis deberes.

Pelé quedó hipnotizado con sus toques de naranja a modo de balón, según cuenta en su libro.

Pelé vino a un acto a Madrid en el 88, creo que era para presentar un 'spot' publicitario. Yo fui a verle y me dije: Este se va a enterar de quién soy yo. Salí al escenario con la naranja y se quedó anonadado. Lástima que no hay fotos de ello.

¿Cómo se le ocurrió llevar a Bruce Springsteen a remar al Retiro?

Llegó al Retiro con su Harley y sus dos enormes guardaespaldas. Me dijo que quería subir a una barca. El problema vino cuando se le cayeron al agua las llaves de la Harley. Pese a la suciedad del agua, uno de los gorilas las recuperó.

También cumplió el sueño de David Beckham de conocer a Maradona. ¿Tiene un plan para cada famoso?

Va surgiendo, en función de cómo sea el personaje o lo que proponga. Lo de Beckham ocurrió en el restaurante de Marbella D'María, de mi buen amigo Juan Sánchez. El Pelusa terminó besando en la boca a David después de decirle que era demasiado guapo para jugar al fútbol.

¿Cuántas categorías de famoso tiene identificadas?

Hay varias. Están los artistas que lo son de nacimiento, el artista famoso que sale en las revistas del corazón, y luego están los famosos que se denominan famosos por ser el novio o novia de, pero que desaparecen pronto, como Chuck Norris en combate. No hacen nada, no trabajan. Yo respeto a todo el mundo, pero cuando organizo un evento doy lo mejor. No se me ocurre mezclar a Imanol Arias con uno de estos famosos frikis. Hay quien lo hace, por dinero. Yo prefiero ganar perdiendo.

Ofertas millonarias

¿Richy Castellanos vale más por lo que calla?

Pues sí. Prefiero comerme un bocadillo de tortilla y ser feliz a tener millones de euros y sentir que he fracasado. Me gusta que me vean como una persona normal y seria en mi trabajo. Esto es como todo. Hay muchos de estos nuevos famosos que rápidamente se buscan un secretario y ni te cogen el teléfono, mientras que los grandes como Alejandro Sanz o Rafa Nadal atienden sin problema.

¿Han puesto precio a todo lo que sabe y no cuenta de los famosos?

Como siempre digo, no venderé mi piel por millones de euros o cientos de millones de euros. Lo mío me ha costado mucho y lo más importante que tengo es la confianza que los famosos tienen en mí.

¿Qué nombre conocido se le sigue resistiendo?

No es que se resista. Hay artistas que les llamas y no te pueden atender porque no pueden. Llamo educadamente para un evento y si vienen, bien, y si no, pues lo vuelvo a intentar para la próxima.

El Papa Francisco ya ha salido de su lista de inaccesibles.

Ya tuve audiencia privada en el Vaticano en 1999 con Juan Pablo II. Todo empezó por 20 sacerdotes vaticanos que querían ver un concierto de Alejandro Sanz y se lo conseguí. Me devolvieron el favor permitiéndome ser recibido por el Papa. El otro día, hablando con Césc Fábregas en La Rosaleda, cuando jugó el Barcelona con el Málaga, recibí una llamada de teléfono. Lo cojo, y no sé si el barbas Dios es el que ha querido, pero ya tengo audiencia para diciembre con el Papa Francisco. No soy nadie, ni artista ni famoso, pero ahí estaré, frente él.

¿Cómo lleva el papel de casamentero que le atribuyen?

Es lo que dicen, pero no lo soy. Por circunstancias y por los eventos, invito a gente. Si alguno está interesado en otro yo los presento, pero nada más. Ellos deciden y se organizan. Es lo que pasó con Arantxa de Benito y Guti. O a Carlos Moyá con Carolina Cerezuela. Carlos me llamó un día para pedirme que le presentara a Carolina porque intuía que iba a ser la madre de sus hijos. Y lo fue.

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