Francis Lorenzo: «Bárcenas y Urdangarin, al calabozo de tortura»

¿Cómo le va el papel de malo?

¡Me sienta fenomenal! Estoy como un niño. Nunca pensé que iba a disfrutar tanto haciendo un hijoputa semejante... Eso sí, fuera de la pantalla no tengo nada que ver con el personaje.

¿Ha tenido muchos problemas con la autoridad?

Nooo. Yo en la vida real no he tenido problemas con casi nadie.

¿Qué le gustaría recuperar del siglo XVII?

El poder que tenía el comisario. ¡La madre que lo parió! Si tuviera ese poder por las calles de Madrid...

Diga, diga...

(Risas) No sé si debo. Saldrían el ángel y el demonio. Tengo los dos.

Y a usted, en verano, ¿qué le gusta hacer?

Lo mejor es cuando puedes tirarte a la bartola con una cervecita y echarte unas risas.

Recuerde unas vacaciones surrealistas.

No se me olvida el verano que estuve preparando el personaje de Hernán Mejías. Encerrado en casa, en agosto, en Madrid, pensando todo el día maldades. Llamaban a la puerta y acudía gritando, bramando. Salió toda mi maldad (risas).

¿Qué se tiene prohibido?

Nada. Me gusta bastante cruzar los límites.

¿Qué no tolera?

Los abusos y las injusticias.

¿Qué le hace llorar?

(Piensa)...

Como buen gallego, ¿le hace llorar el Canto a Galicia de Julio Iglesias?

No, la verdad es que no. Pero lo canto, ¿eh?

¿Ribeiro o albariño?

Yo soy de albariño. Pero reconozco que hay muy buenos ribeiros.

¿Almejas o bogavante?

(Con decisión)¡Nécora! Pero si me da esas dos opciones, almejas.

De pájaros ni hablamos, claro.

Les tengo fobia... No puedo con ellos. Es ver una paloma en la calle o un pato en el parque y se me sube toda la pluma (risas).

Se sacó la carrera de Psicología. ¿Se ha mirado lo de los pájaros?

Sí, sí. Me lo he mirado muchas veces. Con lo cual, cada día estoy peor (risas). Creo que fue viendo un capítulo de Félix Rodríguez de la Fuente, que debí ver un águila cogiendo un bicho o algo así y se me quedó clavado.

Con estos antecedentes, lo va a tener complicado para cazar al Águila Roja, ¿no?

(Risas) Pues sí...

¿A quién le gustaría tumbar en el diván?

¡A Angelina Jolie! (Risas)

Bárcenas, Urdangarin y demás... ¿Se merecen la espada de Hernán Mejías?

Sí, sí. Deberían pasar por los calabozos de tortura del comisario...

Otra de sus manías es dar la espalda siempre a la pared... ¿Es que le han dado muchas puñaladas por la retaguardia?

Cuando más te confías, es cuando más te traicionan. A mí la vida me ha enseñado a protegerme la espalda... Alguna sí me han dado.

Vamos a imaginar. ¿Con quién le gustaría compartir pantalla?

Con los españoles he trabajado con casi todos... Me encantaría con Al Pacino. De siempre. Y con De Niro. Otro grande.

Una apuesta segura para una película de gángsters: Pacino, De Niro, Lorenzo...

(Emocionado)Bueno, bueno... ¡Sería la bomba! ¿Cuánto hay que pagar?

¡Nada! ¡Soñar es gratis! Fíjese, le va a poner hasta el título.

(Risas) ¡Qué bueno! Pues... Por fin nos vemos.

¿En qué película le gustaría habitar?

En El Padrino, en el papel del consigliere, de Tom Hagen (Robert Duvall). ¡Lo bordaría!

¿Su héroe de ficción?

No soy muy de héroes y menos de los de ficción. Un héroe para mi era Butragueño. ¡Y Casillas! Su parada en el Mundial fue grandiosa.

¿Qué habría que inventar?

Más que inventar, habría que reinventar la capacidad de diálogo.

¿Cómo se lleva con el sexo, las drogas y el rock and roll?

Muy bien con todo.

¿Con qué sueña?

Me gustaría pisar la luna, aunque tampoco pagaría por un viaje espacial, la verdad...

¿Y qué sueño se le repite?

No se lo puedo decir. Son todos sexuales (risas).