Buscan a una joven que cayó de una moto acuática en Benalmádena

Todo comenzó el lunes. Noelia Pérez Pérez, de 24 años y natural de Baracaldo (Vizcaya), se sumó a la excursión que le ofrecieron unos amigos a los que, según sus allegados, conoció por ser clientes del Maracas Bar de Puerto Marina, donde ella trabaja como camarera. Mónica, amiga y compañera en el pub, la acompañó en la salida marítima.

El grupo se hizo a la mar en un velero y en cuatro motos acuáticas. Mónica se subió en la embarcación, mientras que Noelia se montó en una de las motos, conducida por un joven malagueño. Salieron del puerto deportivo de Benalmádena y navegaron mar adentro.

Caída en un viraje

Sin embargo, hubo un momento en que la moto en que iba la joven vasca con su amigo se alejó del grupo, según las versiones recabadas hasta el momento por las autoridades que investigan el suceso. Y entonces, sobre las diez de la noche, se produjo el percance.

Tras ser rescatado, el joven declaró que, al hacer un viraje, ambos cayeron al agua. Pero la moto no se detuvo, como suele ocurrir cuando el conductor pierde el mando. Siguió en marcha y la pareja vio cómo se alejaba. De hecho, la embarcación no ha sido localizada.

Anocheció. Los dos jóvenes se vieron solos en medio del mar. Según el testimonio del rescatado, Noelia, que lleva puesto un salvavidas de color negro, decidió nadar en dirección a la marina y hubo un momento en que la perdió de vista.

Al ver que no llegaban a tierra, el resto del grupo empezó a impacientarse ante la posibilidad de que les hubiese pasado algo. Los jóvenes acudieron a la Capitanía Marítima de la Guardia Civil, que está en el puerto de Benalmádena, para alertar de lo ocurrido.

Pasaron varias horas hasta que, sobre las dos de la madrugada, desde un ferry que cubre la línea Málaga-Ceuta avistaron al joven en el agua a cinco millas de la costa. Una lancha de Salvamento Marítimo lo trasladó a puerto. «Llegó sobre las dos y media cubierto con una manta térmica amarilla, como la que les ponen a los inmigrantes», comenta un compañero de trabajo de la joven. «No nos dejaron hablar con él -añade- para saber qué le había pasado a Noelia».

Sin embargo, el dispositivo de búsqueda, que empezó la misma noche del naufragio, no ha dado resultados por el momento. Dos lanchas de Salvamento Marítimo, una de la Guardia Civil y la de Vigilancia Aduanera, apoyadas desde el aire por un helicóptero y un avión de salvamento, siguen peinando la costa para encontrar a Noelia.

El mal estado de la mar complicó la búsqueda. Las patrullas navegaron con un viento de Poniente de fuerza 4-5 con rachas que alcanzaron los 20 nudos (casi 40 kilómetros por hora), lo que ha obligado a ampliar el radio de búsqueda desde Mijas a Rincón. Al cierre de esta edición, Noelia aún no había sido localizada, por lo que el dispositivo se ha mantenido por la noche.