Corea del Sur blinda su frontera con artillería y baterías antiaéreas
Las tropas de EE UU destacadas en el país elevan su alerta por la amenaza norcoreana
PABLO M. DÍEZ
Viernes, 29 de mayo 2009, 04:13
El Ejército de Corea del Sur y los 28.500 soldados estadounidenses acantonados todavía en este país asiático se encuentran en estado de máxima alerta después de que el régimen de Kim Jong-il decidiera el miércoles invalidar el armisticio que puso fin a la guerra civil en 1953. Aunque la Casa Blanca ha contabilizado en los últimos 15 años cinco amenazas similares de romper esta frágil paz, es la primera vez que la escalada militar ha combinado una prueba nuclear con el posterior lanzamiento de misiles.
Por ese motivo, el portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano, Won Tae-jae, explicó ayer que el mando conjunto que dirige a las tropas de este país y a las americanas había elevado la alarma desde el tercer nivel hasta el segundo, a sólo un paso de la alerta roja o, lo que es lo mismo, de un conflicto armado. La última vez que Seúl tomó una decisión así fue en octubre de 2006, después de que Corea del Norte efectuara su primera prueba atómica.
Como consecuencia, se ha reforzado la vigilancia y se han desplegado más baterías antiaéreas y cañones de artillería en las fronteras terrestres y marítimas, donde podrían repetirse las escaramuzas que en el pasado ya provocaron graves incidentes diplomáticos y hasta muertos en uno y otro bando. Precisamente, uno de los episodios más sonados tuvo lugar en 2002 durante el Mundial de Fútbol de Corea del Sur-Japón, cuando dos patrulleras acabaron a tiros en un enfrentamiento que dejó 4 fallecidos y 19 heridos.
Como el régimen estalinista de Pyongyang no reconoce la frontera delimitada tras la guerra, varias islas en disputa vuelven a aparecer como posibles objetivos militares. Además, Corea del Norte ya ha advertido de que considera un «acto de guerra» la incorporación del Gobierno de Seúl a la flota internacional que, auspiciada por EE UU y compuesta por 90 países, se dedica a registrar barcos sospechosos de traficar con armas de destrucción masiva.
Implicar a los aliados
Aunque Corea del Sur seguirá permitiendo el tránsito por sus aguas de barcos mercantes norcoreanos en virtud de un acuerdo de 2005, cualquier pequeño incidente podría poner a ambos países al borde de una guerra nuclear y, a su vez, arrastrar a sus respectivos aliados, EE UU y China. En este sentido, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ya ha expresado el compromiso de la Casa Blanca «con la defensa de Corea del Sur y Japón», donde el Pentágono tiene destinados otros 50.000 soldados que también se encuentran al alcance de los misiles de Kim Jong-il.
En el frente diplomático, los cinco países con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, entre ellos dos aliados históricos de Corea del Norte como China y Rusia, negocian una nueva resolución que se dará a conocer el próximo martes y podría incluir más sanciones contra Pyongyang.
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