Franco permanecerá en su lugar pese a las obras de la muralla

Juan José Imbroda confirmó ayer que, por el momento, no existe un proyecto concreto para retirar la estatua del comandante Francisco Franco de su actual ubicación a los pies de la muralla de la Marina, a pesar de que ya han comenzado las obras de restauración que, en un principio, marcaban la fecha para que la imagen fuese trasladada.

El presidente de la Ciudad aseguró que lo más que se hará por el momento, será apartarla gradualmente para que las obras no se vean interrumpidas, si bien no se retirará hasta que Defensa no responda a la oferta de reubicarla en algún cuartel o en el Museo Militar.

Una vez iniciadas las labores de restauración y consolidación del lienzo de la muralla, estaba previsto que se retirara la imagen del comandante de la primera bandera de La Legión que acudió a socorrer Melilla tras el desastre de Annual. No obstante, a pesar de que se dijo que sería trasladada a un almacén municipal hasta que Defensa respondiese al ofrecimiento de la Ciudad Autónoma, la estatua seguirá mirando al puerto a pesar de las obras.

«Se aparta»

Imbroda recordó que en su día -en 1977, concretamente- se puso la estatua representando un hecho histórico de vital importancia para Melilla y que, desde entonces, ninguno de los distintos partidos que han gobernado han tocado la estatua de su lugar, más allá del cambio de ubicación que se hizo en el año 2005 para trasladarlo al lugar que ahora ocupa, matizando que ahora con las obras «se apartará» para que no impida el desarrollo de los trabajos de restauración dado que «no estamos hablando de una gran estructura, se aparta y se hace la obra».

El primer edil melillense insistió en que conmemora el desembarco que supuso que Melilla pudiera seguir siendo española tras el descalabro de las tropas del general Silvestre en la campaña de 1921. Más allá, y tratándose del comandante Franco y «no de jefe del Estado», Imbroda reconoció no saber si con la decisión se vulnerará o no la Ley de la Memoria Histórica.

Estas manifestaciones contrastan con el anuncio hecho cuando se aprobaron las obras de la muralla en las que se advirtió de que la estatua sería retirada y llevada a un almacén hasta que se encontrara otro emplazamiento para la misma.

También se refirió el presidente al «acuerdo verbal» suscrito con el Ministerio de Defensa por el que este organismo debía estimar el lugar más apropiado, insistiendo en que de no «cuajar» la opción, la estatua permanecerá en su lugar.