Vuelve a Melilla el amigo Juan Ramón López Caro

Todo el mundo le respeta, al margen de resultados deportivos que, por cierto, en la mayoría de los casos han sido positivos. Juan Ramón López Caro es amigo de Melilla, no en vano aquí nació como entrenador de futuro dejando a la Unión Deportiva Melilla en todo lo alto de la clasificación, pero, profesionalidad al margen, lo que más se admira en el recio sevillano es su capacidad para comprender a sus semejantes. Eso lo ha hecho aquí, vestido de azulino, y en la primera plantilla del Real Madrid. No cambia.

Nació este entrenador en Sevilla el 23 de marzo de 1.969, o sea es un chiquillo. Se hizo cargo, jovencísimo, de la Lebrijana, del Lebrija, del Dos Hermanas y decidió dar el salto a Melilla cuando sólo era una promesa dudosa en los mundos de los banquillos. La Unión Deportiva Melilla fue campeona de grupo aunque no consiguiera pegar el salto a Segunda A. Muy poco le faltó.

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Juan Ramón López Caro forma parte del equipo técnico de la Real Federación Española de Fútbol -es el míster de la selección sub 21-, tras sus éxitos en el Mallorca, el Celta -aunque lo destituyeran- y el club de la madrileña calle de María de Molina. Este verano se marca un viaje de lujo a la tierra a la que tanto quiere, Melilla. Es el padrino del IV Campus de Fútbol que organiza la institución que preside Diego Martínez.

El hombre regresa a su tierra de promisión porque prometió volver y colaborar con la cantera melillense. El lunes, 4 de agosto, dará una charla y un día más tarde no dudará en calzarse los borceguíes para echar una pachanga en el campo del Tercio Gran Capitán Primero de la Legión. Es un tipo de hígados.

De él dicen quienes lo han conocido entrenando -Raúl, Ronaldo, Zidane y Guti, entre otros- que tiene un carácter no apto para bromas pero que da ejemplo de respeto en el tratamiento a todos sus discípulos, sean o no famosos. Descubrió a Güiza, el artillero de la selección.

El fútbol melillense está de fiesta porque tan ilustres visitas no son frecuentes y porque se reencuentra con uno de sus mejores amigos, el joven entrenador hispalense Juan Ramón López Caro, una persona más que entrañable.