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PASIÓN POR LA PAZ. Mabel Deu destacó la pasión por la paz del IX Premio Convivencia. / J. T. ZIEGNER
Ceuta

Daniel Barenboim, nacido para el Premio Convivencia

El músico argentino se compromete a volver a la ciudad autónoma con la West Eastern Divan Orchestra. «Las cuatro culturas son el símbolo que hace única a Ceuta»

J. SAKONA

Viernes, 18 de julio 2008, 04:49

En el rostro (y en las galas) de los contados invitados a la ceremonia de entrega del Premio Convivencia podía leerse la emoción ante la magnitud del personaje. Daniel Barenboim (Buenos Aires, 1942), músico argentino de familia judía de origen ruso, nacionalizado israelí y español y la personificación de la lucha por la fraternidad de los pueblos en oriente medio, presidía ayer el Salón del Trono sujetando en sus manos el IX galardón que otorga la Ciudad Autónoma de Ceuta a través de la Fundación Premio Convivencia, un reconocimiento que honra la labor de los hombres en pro del «sencillo arte de vivir como hermanos», según definió Vivas parafraseando a Martin Luther King.

El acto hubo de demorarse una hora ante el retraso del barco que traía al músico a Ceuta para recoger el IX Premio Convivencia. «No he traído corbata», se preocupaba Barenboim en los pasillos del Palacio Autonómico al ver las galas que lucía el público asistente. Vestido con un traje de lino blanco y camisa negra, Barenboim entró en el Salón del Trono en medio de una calurosa ovación. Eran las 20.30 del 17 de julio de 2008. Daniel Barenboim, el hombre que lucha por unir bajo el manto de la música a dos pueblos separados por un conflicto enquistado, recogía el testigo de Muhammad Yunnus, el padre de los microcréditos y octavo Premio Convivencia.

Barenboim habló sin papeles, desde el corazón, saltando de Ceuta a Líbano y «haciendo un llamamiento al mundo desde Ceuta» para detener el asesinato recurrente de niños en los conflictos bélicos que desangran el planeta. «Nos vamos a convertir todos en animales», advirtió.

Ceuta es diferente

El noveno Premio Convivencia agradeció el premio, especialmente al venir de los ceutíes, un «ejemplo de convivencia distinto a cualquier otro en el mundo». Barenboim sabe de lo que habla. Proviene de la Argentina que acogió con los brazos abiertos a sirios judíos, sirios musulmanes, italianos, holandeses, ingleses, españoles... «Pero Ceuta es diferente, es la suma de cuatro comunidades, un símbolo que la hace única en el mundo».

«La música está dentro y fuera de este mundo», parafraseó el director y compositor que fundó en 1999 las Orquesta West-Eastern Divan Orchestra con músicos hebreos, palestinos, libaneses, jordanos, turcos, iraníes... «Soy el único en el mundo que tiene pasaportes de Palestina e Israel», proclamó Daniel Barenboim con el X Premio Convivencia en la mano pidiendo para sus dos pueblos la mejor solución, «la que sea buena para los dos». Daniel Barenboim confesó a la audiencia que el miércoles había pasado un día muy duro, pegado al televisor viendo las imágenes del intercambio de cadáveres por prisioneros en la frontera entre Líbano e Israel. «No quiero entrar en discusiones políticas», advirtió clamando por una solución.

Vendrá a Ceuta

El músico argentino cerró su discurso de agradecimiento con una promesa. Dirigiéndose a la consejera de Educación y Cultura, Mabel Deu, Barenboim se comprometió a venir a Ceuta con sus músicos de la West Eastern Divan Orchestra. «Mis músicos son muchachos de Siria, Turquía, Irán, Israel, Líbano y Palestina y podrán aprender conociendo Ceuta», afirmó. Una orquesta nacida para esforzarse por tocar mejor pero escuchando a los demás; nacida para que ninguno de sus músicos quiera tocar más alto que sus compañeros. Nacida para el Premio Convivencia.

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Daniel Barenboim, nacido para el Premio Convivencia