El arte del abanico

Se cuenta que en el siglo VII fue inventado en China y su desconocido artífice se inspiró en el movimiento del ala de un murciélago, llegaron a Europa en el siglo XV de la mano de los portugueses, se convirtieron en un objeto de lujo sólo al alcance de las damas, en el XVII tomó su forma actual y en el XVIII España era una de las grandes productoras de tan delicado cuanto bello objeto.

El abanico y el arte, como objeto precioso en sí y como objeto en la mano de esta dama de guantes lujosos y blancos que nos mira en el cuadro de Velázquez, el fondo y el ropaje oscuros, un rosario de oro y un lazo con una medalla como contrapunto al escote generoso, el abanico entreabierto dejando abierto el camino de las promesas.

El abanico y su lenguaje, su código de signos. Te amo y me abanico rápidamente, me eres indiferente y lo abro y lo cierro con lentitud, lo cierro lentamente y ya sabes que te digo que sí, me muevo el flequillo con el aire del abanico y sabes que pienso en ti, si cuento las varillas es que quiero que hablemos, si lo apoyo en la mejilla derecha es que sí, en la izquierda es que no, si le entrego el abanico a mi madre es que se acabó. Como decimos en estas tierras del sur mucho arte en tan pequeña maravilla.