A por la tercera generación

SI hay en Algeciras una empresa familiar propiamente dicha, esa es Carrillo Dávila S.L. Francisco Carrillo, socio fundador, ha tenido el ingenio suficiente para mantener a la empresa constructora en épocas de crisis (ya tuvo que sufrir la de 1992) y ahora, a las puertas de su jubilación, dejarla en buenas manos. Su hijo, José Manuel Carrillo, ya está totalmente integrado en el negocio junto a otros dos hermanos. Sin embargo, las semillas que sembró Francisco allá por el año 1989 no sólo continúan en vigor, sino que siguen dando sus frutos. La constancia, la superación y la honradez son los tres pilares básicos de Carrillo Dávila, y que la han llevado al reconocimiento de todos aquellos con los que ha tenido ocasión de trabajar y conocer.

A las puertas de la década de los 90, Francisco Carrillo, de profesión fontanero, asumió la responsabilidad de crear su propia empresa basada en la garantía y la profesionalidad. La empresa comenzó su andadura atendiendo a clientes privados, aunque la crisis de 1992 obligó a Carrillo Dávila a redirigir sus relaciones comerciales hacia las instituciones públicas. Es en este sector donde adquiere experiencia durante años y una clasificación empresarial de las más altas de la comarca, sobre todo debido a la solvencia técnica y económica para afrontar obras de las administraciones públicas.

Primer relevo

A partir del año 2000 es cuando tres de sus cinco hijos van tomando la dirección de los distintos departamentos de la empresa. Cada uno de ellos aportó sus visiones de trabajo, renovaron y actualizaron la empresa, adaptándola a las nuevas normativas del sector y exigencias del mercado. Aunque eso sí, sin perder de vista los valores marcados por su padre. La continuidad de la empresa fue en ese momento objetivo prioritario, por lo que padre e hijos optaron por la elaboración del Protocolo Familiar en el que se reflejaron los valores transmitidos por su fundador y sentando el carácter independiente de la empresa. Su plantilla, compuesta por más de 40 trabajadores, algunos de ellos desde su fundación, es uno de los valores de Carrillo Dávila, según reconocen sus socios.

Actualmente, la empresa constructora tiene el certificado de calidad ISO 9001 y mantiene como objetivos prioritarios la formación de los trabajadores, la seguridad en el trabajo, la certificación medioambiental y el compromiso social, «todo dirigido a mejorar la calidad y la confianza de sus clientes, y así poder garantizar la estabilidad laboral de los que forman parte de ella».

Ante las nuevas perspectivas del sector, Carrillo Dávila cree que la ampliación de servicios con aporte de valor a los trabajos y la continua mejora de los procesos serán fundamentales para el futuro próximo.